SEATTLE – Pregúntenle a Aaron Judge por el éxito que viene teniendo recientemente en el plato,  y el slugger de los Yankees ofrecerá una respuesta bien breve y sencilla: “Las bolas están cayendo y los muchachos no las están atrapando. Eso es todo”.

Esas palabras son técnicamente correctas, por supuesto, y especialmente ciertas cuando se trata de las líneas que están cayendo detrás de la pared del outfield.

Al manager de los Yankees, Aaron Boone, le encanta disfrutar del poder y la presencia de Judge en el segundo puesto del orden. “No vas a poder contener la grandeza por mucho tiempo”, apuntó, refiriéndose a la difícil labor que tienen los pitchers rivales.

“Los muchachos lo admiran mucho”, siguió Boone. “Es una presencia muy poderosa en el clubhouse. Es una de las voces de nuestro equipo y ciertamente el rostro del club. Y además de todo eso, es uno de los mejores jugadores de todo le béisbol. Cuando está bateando como él usualmente lo está haciendo, es un tremendo problema para el otro equipo”.

Judge, que el lunes en Seattle se fue de 4-1, jonroneó en los tres juegos de los Yankees en Los Ángeles, sumando una serie de turnos de calidad después de un slump de tres semanas que parece ser ya cosa del pasado.

Sin contar la jornada del lunes, Judge dio jonrones en cuatro de sus últimos seis juegos, bateando .320 (de 25-8) con cinco empujadas en ese lapso. Eso ayudó a potenciar un lineup que ha dado 64 jonrones en agosto, el récord de más cuadrangulares en un mes en la historia de la Gran Carpa.

“Sencillamente estamos teniendo turnos buenos y consistentes a lo largo del lineup”, explicó Judge. “Eso es lo que vuelve tan peligroso a este equipo. Cuando nos atenemos a nuestro plan y forma de batear, simplemente vamos al terreno y ejecutamos”.