Los Rays, a luchar contra viento y marea en el 2018
Chris Archer se arrancó a decir que los Rays de Tampa Bay podrían tener la mejor rotación de las Grandes Ligas.
Las palabras del as de los Rays estaban aún frescas cuando, en 72 horas, el equipo decidió prescindir de uno de los componentes de ese grupo al traspasar a Jake Odorizzi a los Mellizos de Minnesota por un torpedero que estuvo en Clase A en su cuarta campaña en las menores.
Fue la más reciente transacción gestada por su gerente general Erik Neander como parte de una transformación del roster que arreció en los primeros días del campamento de pretemporada. Es la estrategia que hermana a los dos clubes del estado de Florida, ya que los Marlins de Miami han hecho otro tanto con el suyo.
Pero lo realizado en Tampa Bay ha sido un caso aparte.
REUNIONES DE INVIERNO EN PRETEMPORADA
Todo comenzó en diciembre al desprenderse del tercera base Evan Longoria, enviando al último eslabón del equipo que perdió la Serie Mundial de 2008 ante los Gigantes de San Francisco.
Lo lógico es tener el roster bastante definido al iniciar los entrenamientos de primavera, pero los Rays apenas empezaban la tarea. Desde el 14 de febrero, día que abrieron oficialmente su pretemporada, concretaron cuatro transacciones de importante calado.
Para desconcierto de sus aficionados, los que empacaron maletas fueron varias de las piezas más destacadas en su personal, incluyendo a los dos peloteros que acudieron al pasado Juego de Estrellas, Odorizzi y el jardinero Corey Dickerson. También canjearon al jardinero Steven Souza, quien venía de una temporada de 30 jonrones. Se sospecha que Archer, el cerrador dominicano Alex Colomé y el receptor venezolano Wilson Ramos podrían salir en los próximos meses si se rezagan en su división.
SOBREVIVIR
Los Rays buscan subsistir como sea, obligados a actuar despiadadamente por su condición de estar en uno de los mercados más pequeños de las mayores.
Pese a todo, han logrado un banderín de la Liga Americana, clasificarse cuatro veces a los playoffs y emerger sobre .500 en seis de las últimas 10 temporadas en una División Este en la que compiten contra el inmenso poder económico de los Yanquis de Nueva York y los Medias Rojas de Boston.
Siguen condenados a jugar en el Tropicana Field, un estadio techado y desfasado en una zona que no es la ideal en la vecina ciudad de St. Petersburg. Su contrato de transmisiones televisivas reporta exiguos ingresos, aunque vislumbran un importante incremento con el contrato que negocian a partir de la temporada de 2019.
Los Rays dieron a conocer en febrero que tenían en la mira un terreno en Ybor City, un distrito histórico en Tampa, para así salir de St. Petersburg, su sede desde que debutaron en 1998.
¿RENDICIÓN?
Cualquiera diría que están mandando señales contradictorias cuando se mencionan el proyecto del estadio y se barajan cifras por los derechos de TV.
Si depuras tu roster, para quedar con un presupuesto de 70 millones de dólares, ¿acaso eso no quiere decir que te estás rindiendo de antemano?
Pese a los canjes y perder al abridor Alex Cobb y al primera base Logan Morrison en la agencia libre, los Rays insisten que darán pelea.
"Yo no mezclo las dos cosas", comentó el dueño principal Stuart Sternberg sobre las maniobras recientes. "Haremos lo necesario en pro del mejor interés de la organización. Eso implica darle a este equipo la mejor oportunidad de competir todos los años".
PROSPECTOS
Neander valoró la importancia de la renovación de tener de un formidable sistema de ligas menores, ahora considerado como uno de los cinco mejores, con piezas como el torpedero dominicano Willy Adames, el tercera base Christian Arroyo y el jardinero Jake Bauer.
La mala noticia es que Brent Honeywell, su mejor lanzador prospecto, acaba de someterse a una cirugía reconstructiva de ligamento en el codo.
"Hemos podido ensamblar un fuerte sistema de ligas menores sin tener que abocarnos a una purga del equipo grande por un periodo de tres o cuatro años", dijo Neander. "Eso es algo de lo que nos sentimos orgullosos".
CLAVES
La defensa y la rotación abridora han sido los elementos determinantes para mantener al equipo en la lid. Y ambos serán otra vez esenciales en las alineaciones del manager Kevin Cash.
El jardinero central Kevin Kiermaier, dos veces ganador del Guante de Oro, y el torpedero cubano Adeiny Hechavarría son los pilares defensivos.
Afrontan 2018 inmersos en una racha de 560 juegos consecutivos en los que el abridor no pasaba de los 30 años de edad, sin que nadie les haga sombra en las mayores.
Archer (29 años), Blake Snell (25), Jake Faría (24), Nathan Eovaldi (28) y Matt Andriese (28) son los cinco pautados para iniciar la campaña, con el venezolano Yonny Chirinos, el puertorriqueño José De León y Ryan Yarbrough tocando la puerta.
"Es un grupo dinámico", dijo Archer, quien viene de su tercera campaña seguida cubriendo al menos 200 innings. "Tenemos mucha profundidad. Vamos a tener a tres o cuatro lanzadores en Triple-A que podrían estar abriendo en las mayores con varios".