Vuelve el swing de la banda contraria de Miguel
LAKELAND, Florida – El otrora ganador de la Triple Corona de bateo de la Liga Americana entró a la caja de bateo el jueves y los jugadores del cuadro de los Rays inmediatamente se movieron a la izquierda. Tampa Bay le jugó al venezolano cargado hacia ese lado, anticipando que “jalara” la bola, basados en cómo bateó el año pasado. Y no son el único equipo en hacerlo.
“Todo el tiempo”, dijo Cabrera luego. “Todo el tiempo”.
La consiguiente línea que pegó Cabrera pasó justo hacia el lado de la primera base del relevista Peter Fairbanks, siguió por el medio del terreno y terminó de hit en terreno corto entre el jardín central y el derecho en el cuarto inning. Fue sólo un hit, pero continuó una tendencia que empezó cuando se iniciaron los juegos primaverales hace una semana.
Cabrera habló al inicio de los entrenamientos sobre lo mucho que quería recuperar su viejo swing y no tener que compensar por las lesiones. El swing clásico de Cabrera produce líneas fuertes hacia la banda contraria. El swing del maracayero durante esta primavera va encaminado en esa dirección.
Los cuatro hits de Cabrera esta primavera han sido hacia el lado derecho o por el medio del terreno, incluyendo el jonrón que bateó entre el jardín central y el derecho durante la victoria del martes de los Tigres sobre los Mets. Cabrera dijo que no es intencional, que simplemente está yéndose con los pitcheos. Pero no es una mala señal.
“Miggy sabe batear hacia todo el terreno”, dijo el manager de los Tigres, Ron Gardenhire. “Él sabe lo que hace. Yo dejo que Miggy sea Miggy. Tiene un buen swing en estos momentos. Está trabajando para usarlo de esa forma, pero todavía es temprano”.
Cabrera siempre ha sido famoso por su capacidad de batear para todas partes. Tiene promedio de .364 de por vida en bolas conectadas por el centro y de .373 cuando lleva la bola a la banda contraria, de acuerdo con Baseball-Reference. Tiene más cuadrangulares de por vida por el medio (201) que hacia el jardín izquierdo (180). El año pasado, conectó apenas dos bambinazos hacia el jardín derecho, pero bateó .394 hacia ese lado. Otros dos vuelacercas salieron entre el derecho y el central, de acuerdo con Statcast.
Cabrera utilizó la banda contraria el año pasado, pero sus hits tuvieron menos autoridad. Aunque el ángulo de sus batazos estuvo cerca de lo normal en el 2019 (12.2 grados), de acuerdo con Statcast, la velocidad de salida sus conexiones bajó a 90.3 mph, la más baja para él desde que se empezaron a llevar esos registros en el 2015 y la 68va entre los bateadores de las Grandes Ligas. De la misma manera, su tasa de batazos fuertes bajó a 44.6%, todavía en el 18% de los mejores bateadores de Grandes Ligas en ese sentido, pero una cifra no acorde con sus estándares.
Por consiguiente, aunque Cabrera elevó su porcentaje de batazos hacia la banda opuesta a sus niveles usuales el año pasado, la cantidad de líneas y “macetas” (batazos con la combinación ideal de ángulo de salida y velocidad para conseguir extrabases) apenas mejoró, manteniéndose por debajo de sus promedios en los últimos cinco años.
Si un Cabrera más saludable y más delgado puede usar su pierna trasera para generar poder en su swing como en el pasado, esos números deben de mejorar.
“Vamos a esperar la temporada”, pidió Cabrera.
Esas líneas hacia el bosque derecho son también una razón bien importante para que Cabrera esté en un momento de su carrera en el que puede pensar en hitos como los 3,000 hits. Necesita 185 para llegar hasta allí, un total que ha conseguido una sola vez en los últimos cinco años. También necesita 23 cuadrangulares para unirse al club de los 500.
Cabrera está lo suficientemente cerca como para reconocer que está pensando en ello, especialmente después de ver al dominicano Albert Pujols llegar a las 2,000 empujadas en el Comerica Park el año pasado.
“Los últimos dos años he estado lesionado”, recordó Cabrera. “Espero poder tener una mejor temporada este año. Por eso es que tenemos que esperar. Hay que esperar que comience la temporada”.