Víctor Martínez dejó su huella como el mejor bateador ambidiestro de Venezuela
Las lágrimas de Víctor Martínez quedaron prendidas en las retinas de los aficionados como la última imagen que dejó el slugger en los campos de pelota. Fueron lágrimas entremezcladas con sonrisas, al concretarse su adiós. El domingo fue su último día en el roster activo de los Tigres de Detroit, aunque una semana antes había decidido no jugar más. Desde ahora, las crónicas se referirán a él como el ex pelotero.
El venezolano puso fin a una carrera de 16 temporadas en las Grandes Ligas, en medio del reconocimiento general. Sus compañeros y rivales le aplaudieron con el mismo fervor que los aficionados en Cleveland y Detroit.
"El beisbol me enseñó a ser una mejor persona", repitió hasta el final. En su última entrevista, a través de FOX Sports, agradeció el afecto que le dispensaron todos en el último recodo. "Me hacen sentir orgulloso y feliz".
Martínez cerró discretamente el último capítulo de un brillante historial. Fueron cinco juegos de estrellas, dos bates de plata y seis menciones en la votación del Jugador Más Valioso. Un largo camino que ha podido ser mucho más fructífero, de no haber aparecido las lesiones a partir de 2012, robándole un torneo entero y unos 80 juegos en dos campeonatos más.
Ese hombre que cumplirá 40 años de nacido el día antes de Navidad, que habla ahora de querer disfrutar de los desayunos en familia que tanto le faltaron y que en su despedida recibió regalos que le servirán para su nueva vida de ranchero, deja una huella bien marcada en la historia de las Grandes Ligas entre los mejores bateadores ambidiestros que ha dado América Latina.
V-Mart es uno de apenas ocho bateadores ambidiestros de la región sobre los 2.000 hits, el sexto en la cuenta jonronera y el cuarto mejor empujador. Pero sus logros van mucho más allá de eso.
Las lesiones y la exigencia de ser catcher en la primera mitad del camino le arrebataron al oriundo de Ciudad Bolívar una parte de los números totales que ha debido poner. Pero no le robaron la consistencia. De hecho, sus promedios le dejan entre los cinco mejores bateadores de las dos manos que han nacido más abajo del Río Grande.
Martínez se marcha con una buena línea ofensiva, que incluye promedios de .295/.360/.455. Entre los ambidiestros venezolanos no tiene par. Salvo Omar Vizquel, que le sacó una buena ventaja, con sus 2.877 hits, gracias a su durabilidad, superó a todos sus compatriotas con sus 246 jonrones, 1.178 impulsadas, 423 tubeyes y 914 carreras anotadas.
Entre los latinos con al menos cinco mil apariciones en el home, ocupa lugares privilegiados.
En average solamente está por debajo de los puertorriqueños Roberto Alomar (.300), José Vidro (.298) y Bernie Williams (.297), en la cuarta posición.
Su promedio de embasado se ubica en la sexta plaza, después de Williams (.381), el boricua Jorge Posada (.374), Alomar (.371) y los dominicanos Luis Castillo (.368) y Carlos Santana (.363).
Su slugging le deja en el quinto peldaño, luego de los puertorriqueños Carlos Beltrán (.486), Williams (.477), Posada (.474) y el cubano Kendrys Morales (.460).
Todo eso explica que el guayanés tenga el cuarto mejor OPS de todos los tiempos entre los paleadores ambidiestros de América Latina.
Su nombre estará en la planilla de Cooperstown en diciembre de 2023. Pero a pesar de sus buenos momentos, aunque casi le arrebata a su compatriota José Altuve el título de bateo en 2014 y pese a que en sus inicios fue uno de los catchers más ofensivos del beisbol, se quedará corto en la votación.
Su WAR (en la cuenta de Baseball Reference) resintió su pase transitorio a la inicial y finalmente al rol de designado. Por eso terminó únicamente con 32.2, noveno entre los latinoamericanos, porque en ese baremo vale más lo que se hace cuando se es infielder o receptor.
El contraste con Beltrán, en ese aspecto, es notable.
El oriundo de Manatí terminó sus 20 torneos en las Mayores como designado, pero cimentó su reputación inicialmente como uno de los más dinámicos peloteros de su tiempo. Novato del Año en 1999, defendió la pradera central hasta 2010, patrulló la derecha hasta 2014 y únicamente en 2016, su penúltimo año de servicio, se mudó permanentemente a la cueva, para batear por el pitcher a tiempo a tiempo completo.
Beltrán es el bateador ambidiestro con mejor bWAR entre México y la Patagonia. Tiene un sólido registro de 69.8, mejor que su paisano Alomar, quien posee una placa en el pabellón de los inmortales. Con dos bates de plata, tres guantes de oro, nueve juegos de estrellas y siete apariciones en la planilla del Jugador Más Valioso, tiene una candidatura clara para Cooperstown.
El ex outfielder entrará a la planilla en diciembre de 2022. Y tendrá mucho apoyo. Contando todas las nacionalidades, su nombre figura entre los 10 toleteros de las dos manos con bWAR más sobresaliente, una lista en la que Pete Rose es el único ausente del Salón de la Fama, entre los elegibles, y ya sabemos por qué. Allí están Mickey Mantle, Chipper Jones, Roger Connor, George Davis, Ozzie Smith, Frankie Frisch, Tim Raines y Eddie Murray.
Martínez tiene un lugar entre los 50 mejores de ese grupo. Pero no tiene nada de qué avergonzarse. Al colgar los spikes, puede mirar atrás y hallar su nombre entre los 10 mejores averages, en la décimo quinta casilla en impulsadas y el décimo sexto peldaño en jonrones, slugging y OPS entre quienes esgrimieron el madero de las dos formas.
Pocos en este siglo le hicieron más daño a los pitchers contrarios desde los dos lados de plato. Pero los abrazos y muestras de aprecio que recibió en su tour de despedida hablaban más del respeto por la persona que por el slugger.
"Siento como si hubieran sido solo cinco años", sonrió en su última entrevista, el fin de semana. Y añadió: "Siempre trabajé duro. Prácticamente no tomaba vacaciones. Dos o tres semanas después de terminada cada temporada, empezaba a prepararme para el Spring Training. Esas muestras de aprecio me causan orgullo y me hacen feliz".
Se va uno de los grandes productores latinos de los últimos años, el mejor bateador ambidiestro de Venezuela y uno de los más emblemáticos de América Latina.