Un “Clásico Miggy” celebró el fin de su sequía de jonrones
DETROIT – Miguel Cabrera pasó por la segunda base encogiéndose de hombros, mirando hacia el dugout de los Tigres camino a la antesala. Luego de dos meses, 51 juegos y 204 visitas al plato desde su último jonrón, el venezolano no estaba pensando en volarse la cerca.
“Estoy cansado”, bromeó Cabrera después del partido. “Primera vez que tengo que recorrer las bases en años”.
Su manager, A.J. Hinch dijo: “Ves su reacción pasando por tercera, pasándola bien con el dugout. El clásico Miggy”.
El bambinazo número 506 de Cabrera fue una pequeña parte del despliegue ofensivo de los Tigres, que vencieron por 12-4 a los Padres el lunes en el Comerica Park.
Cabrera ha sido uno de los bateadores más productivos del equipo a lo largo del año, pero lo ha hecho mayormente a fuerza de sencillos y dobles. La sequía de cuadrangulares era más causa de su mentalidad en el plato que de un mal momento.
El estado de las piernas del venezolano de 39 años hace que sea difícil producir la fuerza necesaria para dar jonrones, pero aún puede encontrar las brechas en la defensa gracias a la velocidad de su swing. En una alineación más productiva, tal vez no estaría bateando en el mismo puesto en el orden, pero de cualquier manera sería de gran ayuda, sin importar quién estuviera en la parte gruesa del orden al bate.
“Creo que el cuadrangular la banda contraria emocionó a todos”, dijo Hinch. “Especialmente cuando está un poco golpeado. No lo va a decir, pero creo que no estaba sintiéndose muy bien físicamente. Esos momentos divertidos son la clave”.