Este equipo de Triple-A concretó el triunfo apelando al reto automatizado de strikes
Gran Holmes lanzó un pitcheo rompiente hacia una de las esquinas de la zona de strikes.
Pero el umpire no lo vio así.
El venezolano Sandy León, receptor de Holmes en Triple-A Gwinnett, confiaba en lo que él había visto.
León apeló al desafío de Bolas-Strikes Automatizado (ABS, por sus siglas en inglés), que terminó demostrando que efectivamente la curva había tocado la parte superior de afuera de la zona. Con la asistencia de la tecnología, que ayudó a que la decisión fuera la correcta, la filial de los Bravos detuvo una posible remontada en el noveno inning para concretar el triunfo 6-5 el viernes por la noche.
En Triple-A y en nueve de los 10 estadios de las Ligas Estatales de Florida, entre martes y jueves, el umpire se apoya en las sentencias de bolas y strikes dictadas por el ABS vía un auricular. Entre viernes y domingo, el umpire declara las bolas y los strikes, pero los bateadores, lanzadores y receptores tienen la posibilidad de apelar la sentencia. Cada equipo tiene hasta tres retos fallidos por compromiso.
El viernes por la noche en el Coolray Field de Gwinnett, el reto de León no pudo haber sido en un momento más apremiante. Los visitantes Louisville Bats (Rojos) habían anotado dos veces y tenían corredores en las esquinas en el noveno inning, colocándose a una rayita. Con aquel pitcheo de Holmes en cuenta de 1-2 ante Michael Trautwein, el corredor que representaba la ventaja, Rece Hinds, se había movido a posición anotadora con un robo de base, con la sentencia de bola del umpire.
Pero cuando se revirtió esa decisión con el uso del ABS, el pitcheo en strike terminó el juego. Ganaron los Stripers.