Trevino rebosó de emociones en el Bronx
NUEVA YORK -- Desde la primera taza de café, el martes fue un día muy emotivo para el receptor de los Yankees, José Trevino. Estaba bebiendo de una taza que era la favorita de su padre -- una decorada con la postalita de novato de Mickey Mantle. Luego, Treviño entró al terreno con el peso de la tragedia en su natal Texas.
El catcher estaba pensando en los inocentes niños de Uvalde, Texas durante el segundo juego de la serie del conjunto del Bronx contra los Orioles. Y en lo que hubiera sido el cumpleaños de su padre, se preguntó si el espíritu de su padre lo acompañó en el estadio.
Mientras el hit decisivo de Trevino llegaba hacia la esquina de la pradera izquierda, el careta no pudo contener más su emoción y gritó “¡Papi!” para celebrar la victoria de los Yankees por 7-6 en 11 entradas el martes.
“Quiero comenzar diciendo que estoy pensando y rezando por todos en Uvalde, Texas”, declaró Trevino con sus ojos llorosos. “Sé que ven algunas lágrimas y hay motivos de ello. Mi padre era un gran fanático de los Yankees. Siempre practicábamos esas situaciones y me decía, ‘Novena entrada, abajo por una carrera, necesitas un hit para empatar o ganar el partido en el Yankee Stadium’”.
Trevino tampoco pudo contener las lágrimas en su primer día como miembro de los Yankees tras su paso desde los Rangers el 2 de abril, pero el martes fue una jornada difícil, incluso para los más fuertes.
La escuadra de Nueva York observó un minuto de silencio en honor a los trágicos eventos en Robb Elementary School, donde al menos 19 niños y dos adultos fueron masacrados. Trevino, quien dijo que vive a menos de 90 minutos de dicha escuela, reconoció que tuvo problemas para enfocarse en el partido -- pero tuvo que encontrar una manera de hacerlo.
“Simplemente estaba pensando en todos ellos”, concluyó el receptor.