Tenacidad de Bravos resulta en glorioso final
HOUSTON -- Ahora que han superado el último obstáculo, los Bravos siempre podrán recordar con orgullo el año en el que se recuperaron de una gran baja, desaparecieron la narrativa que rodeaba a la ciudad de Atlanta y celebraron lo que puede ser el título más satisfactorio en la historia del equipo.
Más de tres meses después de que parecían estar rumbo al abismo tras la lesión en la rodilla que le dio fin a la temporada del jardinero venezolano Ronal Acuña Jr., los Bravos saborearon toda la gloria de octubre con una victoria por 7-0 sobre los Astros en el decisivo Juego 6 el martes en el Minute Maid Park. Esta victoria les dio a los Bravos su cuarto campeonato, el segundo desde que se trasladaron a Atlanta y el primero desde 1995.
“Es un honor y una bendición estar aquí sentado ante ustedes como campeón”, declaró el piloto de Atlanta, Brian Snitker. “Es algo que siempre sueñas, pero algunas veces piensas que no se hará realidad”.
Señalados por algunos antes de la temporada como los favoritos para conquistar la Serie Mundial, los Bravos a ser vistos con pocas posibilidades tras lesiones y asuntos fuera del terreno resultaron en las ausencias de Mike Soroka, el dominicano Marcell Ozuna y Acuña. No consiguieron su primera foja positiva sino hasta el 6 de agosto -- la fecha más tarde para un eventual club que participa en un Clásico de Otoño y ahora un campeón -- y resultaron con apenas 88 victorias, por mucho la menor cantidad entre los 10 equipos que clasificaron a la postemporada este año.
Pero gracias a una exitosa ola de movimientos en la fecha límite de cambios, los Bravos se transformaron en una amenaza en los últimos dos meses y llegaron a los playoffs en gran ritmo, consiguiendo marca total de 11-5 contra los Cerveceros, Dodgers y Astros. Al lograr todo eso, Atlanta le puso fin a una racha de 16 postemporadas consecutivas sin conquistar una Serie Mundial, que era el trecho más largo de MLB.
“Chocamos con cada obstáculo que pudo haber este año y de alguna manera el coche llegó hasta el otro lado”, dijo el inicialista Freddie Freeman, quien se voló la cerca y empujó dos carreras en el Juego 6. “Simplemente es un grupo increíble”.
Este gran grupo también borró la idea de que los equipos de Atlanta se achicaban en los momentos apremiantes. Al final de esta Serie Mundial, nadie mencionó lo ocurrido con los Falcons en el Super Bowl LI ni los Bravos dejando escapar una ventaja de 3-1 en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional contra los Dodgers en el 2020.
“No le pudo haber sucedido a un mejor lugar”, dijo el torpedero Dansby Swanson. “Atlanta siempre ha sido mi hogar. Entonces es simplemente adecuado que llevamos este trofeo a casa”.
El jonrón del cubano Jorge Soler contra el venezolano Luis García en la tercera entrada del Juego 6 será celebrado de igual manera que el bambinazo que David Justice pegó para darle a los Bravos la Serie Mundial de 1995. El vuelacercas de Justice respaldó una dominante apertura de Tom Glavine, mientras que el bambinazo de Soler ayudó a Max Fried a sentirse más cómodo durante su joya.
Fried sufrió un pisotón en el tobillo derecho por parte de Michael Brantley en la primera entrada y de todas maneras lanzó seis entradas en blanco. El esfuerzo del diestro fue un reflejo de la tenacidad que los Bravos demostraron bajo el liderato de Snitker, un hombre que tuvo que esperar 40 años para su oportunidad como manager en las Grandes Ligas. Cinco años después, es dueño de división y la distinción de unirse a su querido mentor como los únicos en guiar a los Bravos de Atlanta a un título.
“No veo la hora de mostrarle el trofeo a Bobby Cox”, dijo Snitker.
Tras la victoria del martes, Snitker pasó horas limpiando lágrimas, saboreando la dulce gloria del champán y elogiando al equipo de tenía marca de 51-54 el 30 de julio, el día que el máximo directivo Alex Anthopoulos logró adquirir al JMV de la Serie Mundial (Soler), el JMV de la SCLN (el puertorriqueño Eddie Rosario) y Adam Duvall en tres transacciones diferentes.
Repentinamente el panorama fue diferente. Las praderas fueron reconfiguradas con las adiciones de Soler, Rosario Duvall y Pederson, quien le dio alta confianza, gran actitud y varias sonrisas al clubhouse tras su llegada desde los Cachorros el 15 de julio.
Los Bravos ganaron 36 de sus últimos 54 encuentros de la temporada regular desde el 3 de agosto. Su porcentaje de .667 en ganados y perdidos en ese trecho los colocó de terceros en las Mayores, por debajo de los Gigantes y Dodgers. Cuando llegó octubre, se convirtieron en uno de los mejores equipos y un verdadero candidato para ganarlo todo.
“Esta es una organización que ha tenido hambre de un campeonato por un buen tiempo”, agregó Freeman. “Estoy muy contento de que lo logramos”.