Giancarlo Stanton se llevó el premio MVP del Juego de las Estrellas de Grandes Ligas 2022 y al terminar el choque, le pregunté si era este el día más especial de su carrera dentro de un terreno de béisbol y esto me respondió el slugger de los Yankees:

“Si. Es muy especial este día para mí. Esta en lo más alto en lo personal. Tengo muchas metas como llegar a una Serie Mundial y ganarla, pero en lo personal y basado en la dura carretera que he tenido que cruzar para llegar aquí, este día es realmente maravilloso”.

Stanton le sacó la bola en la cuarta entrada al lanzador de casa, Tony Gonsolin. La reina de las 108 costuras, salió de su bate a 111.7 MPH y recorrió una distancia de 457 pies, un enorme batazo del pelotero que mas duro le pega a la bola en todas Las Mayores.

Antes del partido, también había conversado con Giancarlo Stanton en esta entrevista y me decía la cantidad de familiares que vendrían a verlo jugar. El musculoso toletero de los Yankees de Nueva York, creció siendo un fanático a muerte de los Dodgers y de pequeño, venia al Dodger Stadium a intentar atrapar jonrones y fouls, sin pensar que años después, el daría muchos cuadrangulares en el mejor béisbol del mundo.

“Yo vivía a 30 minutos de aquí, dijo refiriéndose al Dodger Stadium. “Pero ustedes saben el tráfico de Los Ángeles, así que me tomaba como dos horas” respondió riéndose.

Esta noche, fueron muchos los familiares que lo vinieron a ver ganarse este premio MVP:

“Vinieron muchas personas, tantos que no se ni el número. Me siento muy orgulloso que me vean jugar. Esto es un pequeño recordatorio de lo mucho que he crecido”.

La salud ha acompañado a Stanton y también a Aaron Judge y es por esto que finalmente esta dupla mortal, le sigue haciendo daño a los lanzadores contrarios, así como también sigue aportando victorias a su equipo, que es el más ganador del béisbol.

“Es maravilloso jugar con Aaron Judge. Nos pasamos ideas uno al otro y hacemos muchos planes de juego porque queremos vencer a nuestros oponentes”.

Al final, la estrella local brilló, como el final de Hollywood que imaginamos pasaría. Este fue sin dudas especial, para un muchachito que nació en Panorama City, California y que hoy gozo de su mejor día en un diamante beisbolero.