Soto protege a Judge, pero bateando delante de él. Explicamos

2 de julio de 2024

No es una exageración decir que se está encaminando hacia una de las mejores temporadas del siglo XXI. Sólo hace falta ver una tabla de lideratos individuales, como la que dice que su OPS+ de 214 es el mejor que hemos visto desde la mágica racha de Barry Bonds entre el 2001 y el 2004. Acaba de tener trechos de 40 juegos y 50 juegos que se comparan con los mejores de todos los tiempos; su línea ofensiva del 2024, hasta la fecha, se parece inquietantemente a su línea del 2022, y ésa -- como sabemos -- terminó con 62 cuadrangulares y el premio a Jugador Más Valioso. Cuando está saludable, es el cañonero más peligroso del planeta.

Dicho esto, cuando eres un toletero que está teniendo un año tan increíblemente bueno y con números comparables a los de algunos de esos años de Bonds - quien a pesar de todos sus defectos, fue indiscutiblemente uno de los mejores bateadores de la historia - surge una pregunta obvia: ¿Por qué se le sigue lanzando?

Después de todo, Bonds, en un momento dado, simplemente dejó de ver strikes. Entre el 2001 y el 2004, recibió un boleto el 31% de las veces que se paró en el plato. Incluso antes de eso, infamemente se le dio una base por bolas intencional con la casa llena en 1998. En el 2004, fue embasado intencionalmente 120 veces, una marca histórica que nunca recibe suficiente atención en las listas de “los récords más inquebrantables del béisbol”.

Pero eso no le está pasando a Judge. No está recibiendo más pasaportes que el año pasado; incluso, es menos. (Bajó del 19.2% al 16.5%.) No está recibiendo bases por bolas intencionales; sus seis son simplemente las mismas que tienen Josh Naylor o el venezolano Salvador Pérez, y dos de ellas apenas cuentan porque vinieron en entradas extras con un corredor ya en segunda. Tampoco está viendo menos pitcheos en la zona. Está viendo más, con una tasa de envíos en strike que pasó del 46% el año pasado a casi el 49%, lo cual sería un récord personal.

Judge isn't seeing fewer pitches in the zone; he's actually seeing a career-high 48.6%.

Todo esto ocurre en un momento en que la idea de tener “protección” en la alineación detrás de él es absolutamente inexistente. El buen comienzo de Alex Verdugo se ha desvanecido en el aire, a la vez que Giancarlo Stanton está nuevamente lesionado, dejando el medio y la parte trasera del lineup de los Yankees como un punto problemático. Peor aún; el grupo de jugadores de los Yankees que ha visto acción este año en el cuarto turno ha sido el segundo más débil en las Grandes Ligas desde el 15 de mayo y, dos veces en la última semana, el puesto detrás de Judge ha sido ocupado por J.D. Davis, un trotamundos que está teniendo un año tan malo que los Atléticos lo designaron para asignación hace dos semanas.

Sin embargo, los equipos no han dejado de tirarle strikes a Judge. De hecho, es todo lo contrario, porque mayo y junio del 2024 representan los dos meses en los que ha visto la tasa más alta de strikes en su carrera. Por supuesto, eso no ha ayudado a frenarlo.

Entonces, ¿por qué? No puede ser porque le teman a Davis, ni a la versión actual de Verdugo, quien tiene porcentaje de embasarse de .274 desde el 15 de mayo. Ésas no son las respuestas. Es un poco porque Judge ha reducido su tasa de swing a envíos fuera de la zona, hasta el punto de que ahora es uno de los bateadores más selectivos en las Grandes Ligas. Pero también es debido al dominicano Juan Soto, quien en su primer año con los Yankees ha estado bateando de segundo toda la campaña y actualmente, junto con Judge, es uno de los únicos dos bateadores por encima del promedio en la alineación de los Yankees. Es porque la protección en la alineación realmente no viene desde atrás. Viene desde el frente.

¿Por qué no bolear a Judge, o lanzarle difícil? Esto podría ayudar a aclarar el porqué.

% de visitas al plato con corredores en base, para Judge:

2023 // 39%
2024 // 49%

El año pasado, Judge bateó principalmente de segundo en el orden para el momento en el que se lesionó el dedo gordo del pie. Los hombres que batearon primero delante de él fueron principalmente Anthony Volpe, DJ LeMahieu y el venezolano Gleyber Torres, ninguno de los cuales tuvo un año particularmente fuerte; en total, los hombres que batearon primero para los Yankees en el 2023 tuvieron porcentaje de embasarse de .306, el cuarto peor en la Gran Carpa.

Entre los 164 bateadores con al menos 250 visitas al plato este año, sólo siete llegan con un corredor en base más a menudo que Judge. Esto, claro, no es gracias al primer bate Volpe (quien tiene un OPS de .547 en junio) o a quien pueda estar bateando noveno. Es debido a Soto, quien lidera las Mayores en porcentaje de embasarse, ayudando a darle a Judge un impulso en la frecuencia con la que batea con gente en circulación, lo que, comprensiblemente, hace que sea un poco más difícil para los oponentes querer darle una base gratis.

2024: Mayor % de visitas al plato con corredores en base, mínimo 300 PA

54.0% // Will Smith (LAD)
52.3% // Willy Adames (MIL)
50.8% // Jared Triolo (PIT)
50.5% // Jorge Soler (SF)
50.4% // Christian Walker (AZ)
50.3% // Alec Bohm (FIL)
49.0% // Judge (NYY)

Consideren esto: Desde el 2018, ha habido 14 toleteros diferentes (divididos por temporada individual) que han bateado delante de Judge al menos 70 veces en una campaña. ¿Adivina detrás de quién está viendo más strikes?

It extends past Judge, too. Verdugo, the team’s primary cleanup hitter, sees 55% of his pitches in the zone when he’s hitting behind Judge, as he’s done 156 times. He’s hit behind three other hitters at least 35 times, and he’s not being challenged nearly as often. (That’s Stanton; 55 times and a 52% zone rate; Gleyber Torres, 74 times and a 47% zone rate; Volpe, 36 times and a 52% zone rate.)

For Judge, it manifests in other small ways, beyond just “is it a strike.” He’s seeing somewhat more in-zone fastballs when runners are on as compared to when they aren’t, and he’s seeing more first-pitch in-zone fastballs when runners are on as compared to not, and so on, a dozen other small things that add up to an advantage for him – which is part of why he’s slugging 203 points higher with a runner on base. Why, then, wouldn’t you work around him and risk putting him on? Because more often than ever before, someone is already on.

“What he and Juan are doing as a tandem is hard to wrap your brain around,” said manager Aaron Boone.

No kidding. As it turns out, the best thing to do in order to help diminish Judge may be the most difficult thing in baseball to actually achieve: Keep Juan Soto off the bases. Good luck with that one, pitchers.