El día en que Shawn Green explotó con el madero
El jueves 23 de mayo del 2002 fue un día histórico en Miller Park. En la victoria por paliza 16-3 que los Dodgers le propinaron a los Cerveceros, el patrullero derecho Shawn Green tuvo una jornada de ensueño en la caja de bateo: se fue de 6-6 con una marca de la era moderna de seis carreras anotadas, empató un récord con cuatro jonrones, e igualó otro más con cinco extrabases, siete carreras empujadas y una nueva marca de 19 bases totales.
Sin lugar a dudas, Green había tenido una de las jornadas más grandes para un jugador de posición en la historia de Grandes Ligas. ¿Pero qué define más grande? ¿De qué manera determinas eso? No es para nada una pregunta fácil.
Para los pitchers, la forma de medir su desempeño es un poco más directo. Existen los juegos perfectos, por supuesto. Pero en cuanto a un desempeño general, se puede decir que el juego de 20 ponches y un sólo hit de Kerry Wood en 1998 es la mejor actuación de nueve entradas para un lanzador en la historia.
Pero en el bateo, “la mejor” actuación podría definirse de varias maneras.
El enfoque dependiendo del contexto: Art Shamsky de los Rojos tiene la marca de un solo juego para un jugador de posición en probabilidad de victoria agregada, por haber venido desde la banca y conectado tres jonrones para empatar o ponerse arriba en el marcador en los últimos innings de una alocada derrota contra los Piratas en 1966.
El enfoque de producción de carreras: Dos jugadores han producido una docena de carreras en un partido, y ambos fueron Cardenales: Jim Bottomley en 1924 y Mark Whiten en 1993. Whiten también sacudió cuatro jonrones.
El enfoque de evitar el out: Max Carey de los Piratas de 1922 es el único jugador del que se tenga récord en tener nueve visitas al plato en un juego y embasarse en cada una de ellas, bateando de 6-6 con tres boletos gratis y tres bases por bolas en un maratón de 18 entradas en contra de los Gigantes.
El enfoque de más jonrones: El ex compañero de Green en los Azulejos y Mets. El puertorriqueño Carlos Delgado, es el único jugador en obtener por lo menos cuatro turnos al bate en un juego y volarse la cerca en cada uno, logrando la hazaña en 2003.
Pero, ¿qué tal si simplemente definimos “la mejor actuación” en la cual el bateador hizo más daño? Si la medimos de esa manera, el desempeño de Green no tiene rival. Consideremos estas nuevas marcas, que datan al menos de 1904:
• Green es el único jugador en anotar y producir por lo menos seis carreras en un mismo encuentro.
• Green es el único pelotero en conectar cuatro cuadrangulares en un juego y terminar el mismo con seis imparables en total.
• Green también es el único jugador en acumular seis hits en un juego con cinco de ellos siendo extrabases.
• Los cuatro bambinazos de Green, además de un doble y un sencillo, fueron buenos para 19 bases totales. Ese desempeño rompió el récord de Grandes Ligas de Joe Adcock de 18, la cual impuso en el partido en el que conectó cuatro jonrones en 1954, y hasta la fecha dicha marca sigue vigente (Josh Hamilton logro después acumular 18 bases en total en un partido).
Green finalizó su carrera con 328 bambinazos, pero cuatro de ellos en particular han quedado plasmados en la historia de las Mayores. Aquella tarde en Milwaukee, el cañonero zurdo tuvo quizás el mejor desempeño posible para un bateador en la Gran Carpa.