GLENDALE, Arizona – Cualquier fanático que vaya en busca de Óscar Colás durante las prácticas de los entrenamientos primaverales de los Medias Blancas o en los próximos juegos de la Liga del Cactus deberá fijarse en la camiseta con el Nro. 76.

Pero si el cubano de 24 años hace el roster de los Patipálidos esta primavera como el jardinero derecho titular, su preferencia sería portar el Nro. 44.

“Es el número que he venido utilizando desde que fui ascendido a Doble-A el año pasado”, destacó Colás. “Y tuve buenos resultados con ese número”.

No piensen que Colás se ha adelantado y está pensando ya en el 30 de marzo y en el Día Inaugural en Houston al hablar de un potencial número en su jersey de Grandes Ligas. El nativo de La Habana, Cuba, está bien consciente del reto que tiene enfrente y ha venido trabajando duro para ganarse esta oportunidad.

Colás, clasificado como el segundo mejor prospecto del club en la lista de MLB Pipeline, se tomó muy poco tiempo de descanso tras registrar una impresionante línea de bateo de .314/.371/.524 con 23 jonrones, 24 dobles, 79 carreras producidas y 81 anotadas en varios niveles en 2022 por Clase-A Alta Winston-Salem, Doble-A Birmingham y 31 turnos al bate por Triple-A Charlotte. Sus rutinas de entrenamiento personales fueron complementadas con sesiones de bateo en Miami junto a su compañero y compatriota Luis Robert, además de trabajar de cerca con el coordinador de campo de los Medias Blancas, Mike Tosar, y el coach de bateo, el también cubano José Castro, en sesiones que incluían a su compañero Romy González.

“Todos ellos obtuvieron los reportes de cómo te fue en la temporada y en las áreas en las que necesitas mejorar”, detalló Colas. “Ellos identificaron – y yo lo sabía – que necesitaba ser más selectivo con pitcheos a los que quería hacerle swing. Nos enfocamos en eso durante el invierno. Ellos cuentan con instructores bastante buenos ahí, y eso me ayudó, me puso en una mejor posición ahora.

“Fue bien importante comenzar a conocernos. Ellos me conocen como atleta. Pero ahora también me conocen como persona. Eso es bueno. Creo que la relación es buena y la forma en que nos comunicamos en español hizo las cosas más fáciles. Eso es importante poque la comunicación es directa”.

Ese proceso de bateo para Colás evolucionó desde su debut en ligas menores de los Medias Blancas. El cubano pasó de pensar en “sólo batear jonrones” a repartir batazos por todo el diamante.

Justin Jirschele, quien dirigió a Colás con Birmingham y ha sido trasladado a Triple-A Charlotte esta campaña, dijo que Colás puede hacer muchas cosas y es capaz de impactar el juego de muchas maneras diferentes en un sentido positivo.

“Todo lo que él hace es del siguiente nivel. Puede echarse un equipo al hombro tanto en ofensiva como en defensa”, aseguró Jirschele. “El muchacho aporta mucha energía. Es un competidor. Quiere ganar. Llega al estadio día a día con hambre de triunfo. Sus compañeros lo quieren.

“Sé que cuando le está yendo bien, siempre tiene una sonrisa en su rostro y se divierte al máximo, y las cosas se dan un poco más naturales para él. Es un talento espectacular y me emociona saber qué viene para él”.

Clasificado como el prospecto Nro. 85 del béisbol, existen varias expectativas tras la llegada de Colás. El habanero está listo para cualquier desafío que se le presente, alentado por un sólido y experimentado lineup donde puede encajar en lugar de tener que destacar entre los demás.

Robert y Colás han sido amigos más allá de practicar juntos en el invierno, tanto que Colás asegura que son “como hermanos, como familia”. Y Colás muestra el comportamiento apropiado para mezclarse en este grupo, eso sin mencionar su poderoso bate a la zurda.

“He pensado en ello. Eso es parte de mi sueño”, expresó Colas acerca de llegar a las Mayores. “A veces piensas que no es real. Pero estoy aquí trabajando para eso y ese va a ser un tremendo logro para mí y para mi familia, y de toda la gente que me ha ayudado”.

El receptor Seby Zavala es quien actualmente porta el Nro. 44, por lo tanto, Colás podría tener que escoger otro número o tratar de negociar un poco para obtenerlo. Pero actualmente es el Nro. 76, sin dar nada por hecho en medio de una competencia por hacer el roster.

“El muchacho no se anda con rodeos. Él viene aquí a trabajar”, elogió el piloto de ascendencia cubana Pedro Grifol. “Ésto es lo que le gusta hacer. Se siente orgulloso de ello. Hace muchas buenas preguntas. Es extremadamente detallista para su corta edad. Obviamente, posee grandes habilidades. Estoy ansioso por verlo progresar esta primavera”.

“Trabajé bien duro para llegar hasta este punto”, exclamó Colás. “No fue una sorpresa. Sabía que este momento llegaría”.