¿Meta del 2022 para Álvarez?: “Llegar a G.L.”
PORT ST. LUCIE, Florida – A sus 20 años, en realidad Francisco Álvarez está a poco más de un año de alcanzar las Mayores. El venezolano nunca ha jugado por encima de Clase-A y suma menos de 600 turnos al bate como profesional.
Pero también es uno de los prospectos más talentosos del béisbol, uno de los más prometedores de las fincas de los Mets y, sin lugar a dudas, el tipo de jugador que busca desafiar las expectativas. Cuando se le preguntó el viernes sobre sus metas para la venidera temporada, Álvarez respondió: “Llegar a Grandes Ligas. Llegar a las Mayores. Ésa es la meta”.
“Por ahí viene”, dijo el manager Buck Showalter luego. “A esa edad y con el desarrollo que tiene, está emocionándonos a todos”.
Álvarez se reportó al Clover Park esta semana para un campamento especial de liga menor, que junta a varios de los mejores prospectos de la organización. Con temple tranquilo, el talentoso receptor pasó la mañana del viernes bromeando con sus compañeros durante los estiramientos y el resto de los ejercicios. Cuando miró a un grupo de periodistas viéndolo, el oriundo de Guatire se acercó y se presentó como “Álvarez”, estrechando manos con cada uno de ellos. Sin que nadie se lo pidiera, fue en busca del traductor para que pudieran conversar más.
Esa actitud es parte de lo que ha elevado su perfil. Con un portentoso físico, Álvarez siempre ha sido visto como un bateador élite. En su breve pasó por Clase-A, Álvarez lo demostró, al batear .285/.394/.539 con 31 jonrones en 141 juegos. En algún momento del verano, enfrentará una dura prueba cuando se pare en el plato para enfrentar a un nivel superior de lanzadores. Pocos dudan de su éxito. Fue apenas en la primavera pasada cuando a sus 19 años, Álvarez detonó un jonrón hacia la banda contraria ante Jacob deGrom en las prácticas de bateo en vivo.
“Tiene un talento único”, dijo Showalter. “Lo que diferencia a un receptor en muchas ocasiones es el impacto ofensivo que puede llegar a tener”.
La mayor interrogante es su futuro detrás del plato. Si se desempeña bien como bateador designado, como lo hizo parcialmente en la temporada pasada, Álvarez podría ser un ligamayorista durante muchos años. Si batea a un nivel élite y es un receptor competente, el venezolano podría convertirse en una superestrella. (En una injusta y prematura comparación, suele levantar parecidos con Mike Piazza).
Con eso en mente, los coaches de los Mets han trabajado incansablemente para mejorar la movilidad de Álvarez detrás del plato. Showalter está ansioso por tener a Álvarez en la alineación primaveral, trabajando junto al nuevo coach de la banca e instructor de receptores, Glenn Sherlock, quien hizo de mentor del puertorriqueño Jorge Posada, Brad Ausmus, el venezolano Miguel Montero y muchos otros. Puede que incluso Piazza hablé con él en su acostumbrada visita a Port St. Lucie.
“Realmente estoy trabajando en mi forma y dónde estoy más cómodo bloqueando”, dijo Álvarez. “Ahora estoy pensando en eso y cómo puedo ser un receptor por mucho tiempo en las Mayores”.
Si Álvarez tiene éxito, su futuro en Flushing está asegurado. Aunque James McCann está bajo contrato por tres temporadas más, viene de un decepcionante primer año con los Mets. Un sólido 2022 pondría a Álvarez en la conversación para un debut en el 2023, sin importar si McCann se recupera.
Álvarez, como señaló Showalter, está llegando. Ya no tiene 16 años – no es el talentoso pero jugador no pulido que firmó por US$2.9 millones en el 2018. Es un prospecto legítimo ahora. El futuro está llegando. Aunque la meta de Álvarez de debutar en el 2022 podría no estar en sus manos, intentará forzar a los Mets.
“Mira, no es mi decisión”, señaló Álvarez. “Pero voy a trabajar muy duro. Estaré listo para lo que venga”.