Mays se pulió en las Ligas Negras, incluyendo el Rickwood Field

20 de junio de 2024

Cuando cumplió los 21 años, ya estaba en las Mayores y considerado por muchos como un jugador de las cinco herramientas. Dicha clasificación fue hecha primero por Leo Durocher, el primer dirigente de Mays a comienzos de los años 50 con los Gigantes de Nueva York.

Mays podía hacerlo todo. Su guante y brazo eran excepcionales. Su velocidad era vista como la mejor en todo el béisbol y su trueno y bateo estaban en una clase aparte.

No es difícil descifrar por qué Mays se había afianzado a tan joven edad. Todo empezó en las Ligas Negras, donde Mays debutó como profesional a los 15 años. Es decir, todavía no se había graduado de la escuela secundaria y ya estaba jugando con profesionales.

“Si lo piensas bien, los jugadores que salieron de las Ligas Negras [como lo hizo Mays], no eran simplemente buenos. Eran excepcionales”, declaró el analista de MLB Network, Harold Reynolds. “La crema de los atletas… Willie era el más grande. Pienso que no nos fijamos tanto en sus capacidades atléticas”.

Según John Saccoman de SABR, Mays sobresalió primero con Chattanooga Choo-Choos en una sucursal de liga menor en las Ligas Negras, antes de integrarse en la siguiente temporada a los Barones Negros de Birmingham del Circuito Americano en las Ligas Negras.

Fue con los Barones que Mays aprendió a jugar béisbol de la manera correcta. Según el historiador de las Ligas Negras, James A. Riley, el dirigente Piper Davis fue clave para ayudar a pulir las habilidades de Mays.

Mays empezó como torpedero de los Barones, pero no podía fildear bien en dicha posición. Ahí fue que Davis envió a Mays a los bosques, y el resto es historia. En su único año con el equipo, Mays bateó .233 con seis impulsadas en 13 partidos.

“Creo que yo estaba programado para hacer cosas buenas cuando llegué a las Mayores. Ya sabía cómo jugar [gracias a Piper]”, le explicó Mays al Museo Academy of Achievement. “Nos sentábamos en la banca y él me decía, ‘Este [lanzador] te tirará pegado. No te preocupes. Sólo tratará de intimidarte’.

“Teníamos una señal. La hacía en la espalda. Así es cómo este muchacho le lanzará [al bateador oponente].

“Piper fue mi primera influencia para tener paciencia y aprender, porque yo no tenía la suficiente edad para comprender cómo jugar contra oponentes de 25 años o hasta mayores. … Ya todos eran adultos. Yo era el único. Probablemente era el más joven [en toda la liga]”.

Bob Kendrick, el presidente del Museo de Béisbol de las Ligas Negras, señala a Mays como la barra para que los aficionados puedan medir a los demás jugadores.

“Este joven de Birmingham, Alabama, para ascender a ese nivel y tener las Ligas Negras como sus raíces, obviamente lo hacen una figura muy importante -- no sólo en la historia de las Ligas Negras, sino en la historia del béisbol”, expresó Kendrick. “Es especial tener el nivel y la altura que tuvo para varios. Cuando alguien dice Willie Mays, la cara de todos brilla”.

Antes de su muerte en el 2006, el legendario Buck O’Neil invitó a Mays al museo. O’Neil recorrió la institución con Mays, pero por la mala vista de Mays, el tour no duró mucho.

“Incluso en ese momento, Mays tenía varios lentes, así que fue difícil completar la experiencia”, recordó Kendrick. “Cuando entramos y Buck dijo, ‘Ahí está Oscar Charleston en el jardín central, y Oscar Charleston hizo todo lo que tú hacías antes de que llegaras’. [Mays] comenzó a sonreír y la gente a su alrededor [ese día] dijo que Charleston entonces tuvo que haber sido muy bueno”.

Mays era esa clase de figura, y por eso es uno de los jugadores más grandes en la historia del béisbol.