La familia Clemente visita el Estudio 21 de MLB Network
SECAUCUS, New Jersey - El impacto de Roberto Clemente en el béisbol ha perdurado de múltiples formas desde la muerte del puertorriqueño el 31 de diciembre de 1972. En la MLB Network, hay toda un área dedicada a él: El Estudio 21, que fue inaugurado en el primer día de la presente temporada de Grandes Ligas.
Adornado con imágenes y recuerdos de Clemente, el Estudio 21 ha venido después del Estudio 3 (Babe Ruth) y el Estudio 42 (Jackie Robinson) en la MLB Network como tributos a los jugadores que causaron impactos duraderos en Grandes Ligas.
Construido en un edificio renovado al lado de las instalaciones principales de MLB Network, el Estudio 21 comprende un área de 8,000 pies cuadrados con jerseys, fotos, premios, souvenirs y una pantalla gigante que cubre toda una pared con videos continuos de Clemente, leyenda de los Piratas de Pittsburgh.
En estos días la familia de Clemente-su viuda Doña Vera y sus hijos Roberto Jr. y Luis-fueron invitados especiales en el Estudio 21, visitándolo por primera ocasión a la vez que grabaron un segmento para el programa MLB Central.
"No tengo palabras para expresar el sentimiento cuando entré por la puerta principal y luego llegué a la puerta de cada salón", dijo Doña Vera. "Pusieron todos los detalles, lo precioso y el material que tiene de lo importante de Roberto en este estudio. La forma en que lo colocaron y lo presentaron, es una cosa bellísima".
Agregó Roberto hijo: "Es asombroso. Veo los programas y estar aquí hoy es impresionante.
"Es una obra de arte".
Durante su comparecencia en MLB Central, Doña Vera, Roberto hijo y Luis hablaron sobre el legado de Roberto como pionero entre los jugadores de América Latina. Como puertorriqueño de color llegando a Grandes Ligas en los años 50, Clemente se encontró con discriminación racial y cultural, a la vez que trataba de acostumbrarse a un nuevo ambiente, un nuevo idioma y el reto de rendir al más alto nivel del béisbol.
"Su valentía siempre se vio en esos tiempos", afirmó Luis. "Él dijo, 'No quiero que me traten mejor que los otros, pero sí que me traten igual'. Y no aguantaba las cosas que se hacían en aquellos tiempos.
"Estaba bien consciente de que tenía que hacer las cosas de la manera correcta, para abriles el camino a los que vendrían después".
En el terreno de juego, Clemente ayudó a los Piratas a ganar dos Series Mundiales, en 1960 y 1971. Durante una carrera de 18 años en la que bateó .317, el "Cometa de Carolina" fue seleccionado a Juegos de Estrellas en 12 temporadas diferentes (para un total de 15, ya que durante un período de los años 60 se jugaban dos por año), ganó cuatro títulos de bateo, fue el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en 1966 y JMV del Clásico de Otoño de 1971. El 30 de septiembre, se convirtió en el primer latinoamericano en alcanzar los 3,000 hits en Grandes Ligas.
Fuera del terreno, Clemente era famoso por su altruismo y obras de caridad, además de su forma de abrirles camino a las siguientes generaciones de peloteros latinoamericanos.
"Él fue el pionero", dijo el dominicano Carlos Peña, analista de MLB Network ahora después de una carrera de 14 años como ligamayorista. "Para todos nosotros, aun siendo bien jóvenes, Roberto era una inspiración y nos ayudó a entender que sí es posible alcanzar tus sueños.
"Roberto Clemente encabezaba esa lista".
Clemente falleció el último día de 1972, cuando el avión que había contratado para lleva provisiones a las víctimas del terremoto de ese año en Nicaragua cayó al Mar Atlántico poco después de salir de Puerto Rico.
En marzo de 1973, la Asociación de Escritores de Béisbol de Norteamérica decidió dejar a un lado el período reglamentario de cinco años para que Clemente apareciera en la boleta para el Salón de la Fama. El puertorriqueño fue electo de manera póstuma a Cooperstown ese mismo año.