¿Hay algo que no pueda hacer el puertorriqueño Javier Báez? El Mago es capaz de dar kilométricos jonrones, poner out a un corredor sin necesidad de ni siquiera verlo y hasta hacerse un tatuaje él mismo.

Y bueno, al parecer, tampoco tiene el mínimo problema de ponerse los aperos, arrodillarse detrás del plato y hacer de receptor.

Por supuesto, cuando la estrella de los Cachorros se agachó detrás del home el lunes, lo hizo para recibir los pitcheos de uno de los lanzadores más electrizantes del béisbol: Su compatriota, cuñado y gran amigo, José Berríos, de los Mellizos de Minnesota. Lo que tira Berríos no es fácil de atrapar, y mucho menos de batear.

Desafortunadamente, ésta es probablemente la única vez en la que veremos estas imágenes, ¿pues qué manager se va a atrever a poner a Báez como careta y tomar el riesgo de que se lesione en esas lides? No obstante, siempre podremos soñar con ver algún día a Javy defendiendo las nueve posiciones, al mejor estilo del venezolano César Tovar o del cubano Dagoberto Campaneris.