Lanzó en MLB a los 15 años. ¿Cómo sucedió?
Con una cantidad cada vez más grande de atletas cumpliendo servicio militar en la Segunda Guerra Mundial y la barrera racial todavía a varios años de ser derribada, el grupo de jugadores de la Liga Nacional y la Liga Americana estaba seriamente mermado.
Fue así como un adolescente de 15 años se encontró en el roster de los Rojos.
El viernes se marca el aniversario del día en que el joven Joe Nuxhall firmó con Cincinnati en 1944, por lo que en su momento se informó como un salario de US$175 más un bono por firmar de US$500, dando inicio a una notable odisea de béisbol.
Nuxhall, quien murió en el 2007 tras una batalla con el cáncer, sigue siendo el jugador más joven en aparecer en un encuentro de la L.A/L.N. Pero tras debutar en la Gran Carpa en 1944, el zurdo no volvió a lanzar en MLB sino ocho años después.
Ésta es la historia de un prodigio del juego que se desvaneció rápidamente, se alejó un tiempo del juego, dio vueltas por las menores por años, eventualmente regresó a las Mayores y terminó convirtiéndose en un ícono en Cincinnati.
Su llegada a los Rojos
Inicialmente, los Rojos estaban interesados en el padre de Nuxhall, Orville, un lanzador semi-profesional.
“He contado esta historia muchas veces”, dijo Nuxhall en una entrevista con el New York Times en 1976. “Estaban siguiendo a mi padre. Yo simplemente estaba jugando en Hamilton (Ohio). Mi papá, que tenía como 36 años, estaba lanzando en un equipo y yo estaba en el otro. Estos dos scouts llegaron al campo Nro. 1 de este complejo donde ya nuestro juego había empezado”.
“¿Dónde está Ox?’, decían. Todo el mundo llamaba Ox a mi padre. ‘Está en el campo Nro. 3’, les dijo alguien. ‘¿Quién es ese muchacho que está lanzando?’, preguntó uno de los scouts. ‘Ése es el hijo de Ox’, le dijeron.
“Así que se quedaron a verme y me invitaron a Cincinnati para probarme. A mi papá le ofrecieron una prueba también, pero tenía cinco hijos que alimentar y no podía asumir el riesgo. Estaba trabajando en una planta de locomotoras y motores diésel.
“Pero yo siempre digo que le gané a mi papá y me quedé con el trabajo”, bromeó.
Nuxhall, de 14 años para ese momento, asistió a una prueba en el Crosley Field en el verano de 1943. De más de seis pies (1.82 metros) de altura y con un brazo bien rápido, impresionó al manager de los Rojos, Bill McKechnie, y recibió la oportunidad de viajar con el equipo en la gira a San Luis.
“Tiré prácticas de pitcheo por tres días en el Cardinal Park de San Luis”, le contó años después Nuxhhall al The Journal Herald. “Hubiese ido también a Chicago con los Rojos, pero tenía que regresar a casa porque iba a empezar el año escolar”.
Nuxhall se había enamorado del juego de béisbol desde muy temprana edad. Pero antes de que se presentara la oportunidad de jugar con los Rojos, se estaba abriendo un prometedor camino en otro deporte, destacándose con el equipo de baloncesto de la escuela intermedia Wilson Junior High School, con planes de jugar básquet una vez llegara a la preparatoria Hamilton High School en 1944.
De acuerdo con el periodista deportivo e historiador de béisbol Lee Allen--para entonces el director de publicidad de los Rojos--Nuxhall no firmó con el club sino hasta febrero, porque quería preservar su estatus de amateur para la temporada de baloncesto.
Los Rojos finalmente lograron firmarlo el 18 de febrero de 1944, a un contrato que su padre firmó en su nombre. Los funcionarios del equipo insistían en que no habían firmado al joven solamente por la escasez de talento provocada por la guerra.
“Nuxhall es un gran prospecto”, le dijo el gerente general de Cincinnati, Warren Giles, a la Prensa Asociada. “No lo estamos firmando por la situación de la guerra. Otros dos equipos lo querían y lo hubiesen firmado, con guerra o sin guerra”.
“El muchacho no es simplemente una flor de tiempos de guerra que se marchitará en el béisbol de primer nivel”, dijo McKechnie. “Tiene más aplomo que la mayoría de los jovencitos y sabe todos los trucos por instin
Aunque se uniformó por los Rojos para el Día Inaugural el 19 de abril de 1944 (con el permiso de la directora de su escuela), Nuxhall no hizo su debut de Grandes Ligas hasta que terminó el año escolar en junio. Para entonces, estaba ansioso por jugar.
“Estoy listo”, le dijo al Dayton Herald. “Estoy convencido de que estoy tomando la decisión correcta al ir directo al campamento de los Rojos en lugar de aceptar que me manden a ligas menores. Sé que puedo aprender mucho del Sr. McKechnie, Bucky Walters y los otros jugadores. El Sr. McKechnie no me ha dicho lo que tiene en mente para mi programa. ¿Que si me gustaría entrar a un juego de Grandes Ligas? ¿Qué creen que llevo anhelando todos estos meses?”
Nuxhall tuvo su oportunidad el 10 de junio del 1944 contra los Cardenales. Con los Rojos abajo 13-0, McKechnie le dio la bola al joven en el noveno inning.
“Tuvo que haberme llamado tres veces”, relató Nuxhall en su biografía. “No estaba poniendo atención. Nunca pensé que me pondrían [a lanzar] en un partido. Supuse que me quedaría ahí sentando hasta que decidieran a dónde me iban a mandar. Para decir la verdad, estaba en shock”.
Nuxhall retiró a dos de los primeros tres bateadores que enfrentó, con una base por bolas en el medio, pero después de un pitcheo desviado y otro boleto, se encontró cara a cara con Stan Musial, el JMV de la Liga Nacional en 1943.
Musial conectó un sencillo al bosque derecho para llenar las bases y Nuxhall dio otras tres bases por bolas consecutivas, cediendo tres carreras, antes de permitirle un sencillo de dos rayas a Emil Verban, lo que provocó que McKechnie lo sacara del encuentro.
“De un momento a otro, no era capaz de tirar un strike”, Nuxhall dijo en el libro. “Ni me acercaba. Una maldición. Creo que finalmente entendí dónde estaba y lo que estaba haciendo. Pero, saben, tres semanas antes de eso, estaba lanzando a muchachos de escuela intermedia en Hamilton. Los nervios se apoderaron de mí”.
La línea de Nuxhall en su debut fue la siguiente: Cinco carreras, dos hits y cinco transferencias en dos tercios de una entrada.
Pasarían 2,902 días antes de que tuviera la oportunidad de sacar ese tercer out.
Un regreso a classes
Tras su debut para el olvido, los Rojos enviaron a Nuxhall a Birmingham. Estuvo en ligas menores hasta 1945 y luego decidió poner su carrera de béisbol profesional en pausa para terminar la secundaria.
En 1946, Nuxhall recibió permiso para volver a competir como deportista de secundaria amateur y se adjudicó honores estatales en fútbol americano y baloncesto.
Nuxhall regresó al béisbol profesional en el verano de 1947 y durante los siguientes cinco años, lanzó por varios equipos de liga menor afiliados con los Rojos, con la esperanza de mejorar lo suficiente para tener otra oportunidad de tirar en Grandes Ligas.
Nuxhall lanzó por Doble-A Tulsa en 1951 y luego le dio crédito al manager de Tulsa, Al Vincent, por ayudarlo a superar sus problemas de control.
“Tenía la costumbre de enfadarme con mí mismo por dar una base por bolas. Perdía todo el control de mis pitcheos y concedía más pasaportes para entrar en más apuros”, le explicó al periódico Cincinnati Post mientras participaba en los Entrenamientos de Primavera de los Rojos en febrero de 1952. “Después de que hice eso varias veces con el equipo de Tulsa el año pasado, Vincent me lo advirtió firmemente”.
Según Nuxhall, Vincent le dijo que lo sacaría del partido si lo notaba enfadado en la lomita, sin importar el marcador ni el inning.
“Noté que hablaba en serio y por un buen tiempo, cada vez que otorgaba un boleto me concentraba para batallar con el rival en vez de conmigo mismo”, señaló Nuxhall. “Con el paso del tiempo, desapareció la costumbre de perder el control de mi temperamento tras otorgar una base por bolas y me convertí en alguien más capaz de hacer un buen trabajo en cada aspecto. El controlar mis emociones fue el mayor ajuste que hice en cuanto al pitcheo se refiere. De ahora en adelante, me concentraré en mejorar mi control y en confundir a los bateadores”.
Nuxhall se ganó un puesto en los Rojos tras los Entrenamientos de Primavera, pero tuvo que esperar un poco más para completar su regreso, debido a que no realizó ninguna presentación en los primeros 28 encuentros del equipo en la campaña de 1952.
Una carrera larga
Finalmente, la escuadra de Cincinnati acudió a Nuxhall para lanzar ante los Dodgers en Brooklyn el 21 de mayo de 1952.
Llegó a una situación bastante similar a la que enfrentó contra los Cardenales en 1944, con los Rojos abajo por 19-1 ante los Dodgers. Pero a diferencia de su primera presentación, el zurdo controló al oponente, tirando tres entradas en blanco con tres ponches y sin conceder transferencia alguna.
Nuxhall terminó su temporada de novato con efectividad de 3.22 en 92.1 episodios, demostrando que merecía estar en las Mayores. Fue convocado a dos Juegos de Estrellas consecutivos en 1955 y 1956, un trecho en el que registró promedio de carreras limpias de 3.58 en 457.2 capítulos.
Los Rojos lo enviaron a los Atléticos de Kansas City en 1961, pero después de breves estadías con los Atléticos, Orioles y Angelinos, regresó a Cincinnati en 1962 y permaneció con el club hasta su última campaña en 1966 a los 37 años de edad.
Al final, Nuxhall tuvo foja de 135-117 con efectividad de 3.90 y 1,372 ponches en 16 campañas (2,302.2 entradas)
En medio de todo eso, fue apodado “El Viejo Zurdo”, algo irónico teniendo en cuenta que se destacó por ser el jugador más joven en la historia de la Americana/Nacional.
Tras su carrera como lanzador, Nuxhall inmediatamente pasó a la cabina de transmisiones de los Rojos, eventualmente juntándose con Marty Brennaman -- ganador del Premio Ford C. Frick -- hasta que se retiró en el 2004.
Luego de su muerte el 15 de noviembre del 2007, la dirección del Great American Ball Park cambió a 100 Joe Nuxhall Way. Hay una estatua del serpentinero afuera del estadio junto a otras figuras de los Rojos, y un letrero que lleva parte de su famosa despedida en la radio cuelga en la entrada del estadio.
Casi 6,000 personas asistieron a la visita pública de Nuxhall en su escuela secundaria en Fairfield, en las afueras de Cincinnati, para expresar sus respetos a Nuxhall. Los exjugadores de los Rojos Ken Griffey y Ken Griffey Jr., Barry Larkin, Sean Casey y Pete Rose estuvieron entre los presentes.
En el Día Inaugural del 2008, el equipo le rindió homenaje a Nuxhall retirando su número 41 durante una ceremonia antes del partido. El abridor de Cincinnati, Aaron Harang, recibió el visto bueno de Major League Baseball para vestir dicho número en vez de su habitual 39. El conjunto también llevó un parche de “NUXY” en una de sus mangas durante toda la temporada.
En el 2003, Brennaman resumió de la siguiente manera lo que significó para los Rojos su compañero de transmisiones de tantos años:
“No dudo en decirlo: Ha habido jugadores más populares. Ninguna figura en la historia de esta gran franquicia será más popular que él”.