Jesús Sánchez ha lucido con el madero
MIAMI -- Cuando los Marlins trazaron sus prioridades para el invierno, adquirir bates para los jardines estaba en el tope de la lista.
Antes del cierre patronal, Miami firmó al agente libre venezolano Avisaíl García. A medida que fueron avanzando los entrenamientos primaverales, quedó claro que el club no iba a poder hallar a un verdadero guardabosque central, por lo que firmó al cubano Jorge Soler, JMV de la Serie Mundial, para que se hiciera cargo del jardín izquierdo. Eso significó dejar a Jesús Sánchez en el jardín central pese a que el dominicano no había patrullado esa posición desde el 2019, cuando estaba en Triple-A.
Hasta ahora, la decisión ha rendido dividendos. Aunque la ofensiva de Miami tuvo dificultades durante la primera semana de la temporada, Sánchez lució en la parte gruesa del lineup. El quisqueyano se fue de 5-2 con un doble, un triple y dos remolcadas el viernes en el triunfo de Miami por 7-1 sobre los Filis en el loanDepot park.
Sánchez ha dado más de un hit en cuatro de sus últimos cinco juegos y se ha embasado en seis de siete juegos esta temporada. De cara el viernes, había empujado carreras decisivas en las primeras dos victorias de Miami este año.
La confianza de la organización en Sánchez no es nada nuevo. Los Marlins enviaron a Nick Anderson y a Trevor Richards a los Rays por Sánchez y Ryne Stanek en la fecha límite de cambios del 2019. En junio del año pasado, se desprendieron a Corey Dickerson en un cambio con el fin de permitirle a Sánchez fungir como titular con regularidad. El oriundo de Higuey recompensó la fe del equipo con OPS+ de 111 en 64 juegos (perdió un mes debido al COVID-19).
El poder de Sánchez, de 24 años, también es llamativo. El viernes, tuvo tres de las mayores velocidades de salida, según Statcast, incluyendo 111.1 mph – el batazo más duro de su carrera -- con su doble productor en la primera entrada.
“Tiene gran confianza [en el plato]”, dijo el coach de la banca de Miami, James Rowson, acerca de Sánchez. “Tiene bueno ojo al bate, y es otro, como [Jazz Chisholm Jr.], que está decidido cuando va a batear. El fracaso lo incomoda. Se nota que le molesta, porque espera ser buen jugador. Sabe el tipo de jugador que es, y va a seguir evolucionando”.