NUEVA YORK – Si cuatro lesiones diferentes no pueden detener a Jacob deGrom, y un par de chequeos por parte de los umpires para ver si tiene alguna sustancia pegajosa no consiguen bajarle el ritmo, e incluso un hit que no ha debido ser hit no logra descarrilarlo, entonces la pregunta se hace obvia: ¿Hay algo que pueda hacerlo?

Cinco días después de dejar su última apertura debido a dolores en el hombro derecho, deGrom regresó a la lomita luciendo como alguien que ha estado bien todo el tiempo. Retiró a los ocho primeros bateadores que enfrentó camino a una victoria 4-2 sobre los Bravos en el Juego 1 de la doble cartelera del lunes, terminando con cinco innings en blanco en total. El único hit que le conectaron a deGrom fue un elevado de Kevan Smith entre el central y el izquierdo que cayó entre los jardineros Dominic Smith y Albert Almora Jr., quienes tuvieron ambos oportunidad de hacer la jugada.

deGrom no hubiese podido lanzar un juego sin hit ni carrera, de cualquier manera, pues los no-hitters de siete entradas no cuentan en el libro de récords oficiales de Major League Baseball. Y los Mets probablemente no lo hubiesen dejado ir tan lejos, considerando lo precavidos que han sido con deGrom cada vez que viene de una lesión. Pero fue de cualquier manera un momento notable para deGrom, que extendió su cadena de innings sin permitir carrera a 30 y llevó su efectividad, la mejor de las Grandes Ligas, a una microscópica 0.50.

De acuerdo con Sarah Langs de MLB.com, esa efectividad de 0.50 de deGrom tras sus primeras 12 aperturas de la temporada es la mejor para un abridor luego de sus primeras 12 presentaciones del año desde que las carreras limpias se convirtieron en una estadística oficial en ambas ligas en 1913.

deGrom también pasó a Bob Gibson con su 12da apertura seguida de una o cero carreras limpias permitidas, la cadena más larga de ese tipo para un pitcher abridor en la historia de las Mayores desde que las carreras limpias se convirtieron en una estadística oficial.