SEATTLE – Antes de que se pudiera hacer la pregunta la tarde del domingo en el T-Mobile Park, Brandon Marsh la respondió.

“No tengo idea”, dijo.

No tenía idea de cómo capturó una pelota en la pista de seguridad entre el jardín central y el derecho en el séptimo episodio de lo que terminó siendo una victoria por 6-0 sobre los Marineros. El dominicano Jorge Polanco, segunda base de los Marineros, había conectado un largo y profundo elevado. Marsh siguió la bola, pero la pelota se le “metió” en el sol. Eso "cegó" a Marsh, dándole dos opciones en el último momento: Cubrirse la cara para evitar que la bola le rompiera la nariz, lo cual habría sido una reacción humana natural, o estirar su mano enguantada y esperar que los dioses del béisbol lo ayudaran, aunque esos mismos dioses habían abandonado a los Filis semanas atrás.

“Iba a dejar que me golpeara en la cara”, confesó Marsh. “La única oportunidad que tenía de atraparla era poner el guante abierto hacia arriba. Sí, hermano. A veces es mejor ser afortunado que bueno”.

“Suertudos” no es una palabra que describiría a los Filis en las últimas semanas, pero la milagrosa jugada de Marsh hizo que la gente hablara y se preguntara si podría ser una señal de algo. Después de todo, protegió la ventaja de 1-0 de los Filis en un encuentro que necesitaban ganar desesperadamente. Los Filis habían perdido 13 de sus últimos 17 juegos antes de la victoria del domingo, incluidos los últimos seis.

“Si no atrapo esa pelota, es un doble o triple, dependiendo de cómo rebote”, siguió Marsh. “Es un partido completamente diferente”

Minutos después, Bryson Stott, Bryce Harper y Alec Bohm conectaron jonrones en la octava entrada para convertir un juego cerrado en una victoria cómoda.

“Espero que ése sea el punto de inflexión”, dijo Marsh.

“Sólo mirando desde el dugout, simplemente no hemos tenido muchos momentos así en que las cosas salen hacia tu lado”, agregó el abridor de Filadelfia, Zack Wheeler. “Hits de suerte en el momento adecuado, ese tipo de cosas. Es béisbol. Va a pasar. Vas a tener tus momentos bajos en que nos sentimos como un equipo malo, pero realmente no lo somos. Tenemos que mantener esa mentalidad.”