Hace 109 años, N.Y. firmó a Jim Thorpe
Cuando pensamos en el mejor atleta que hemos visto en nuestras vidas, muchos de nosotros coincidimos en un nombre: Bo Jackson.
Pero mucho antes que Bo, estuvo Jim Thorpe.
El Rey Gustavo V de Suecia lo llamó “el mejor atleta del mundo” luego de verlo correr en los Juegos Olímpicos de Estocolmo en 1912, a lo que supuestamente Thorpe respondió, “Gracias, Rey”.
El futuro presidente de los Estados Unidos Dwight D. Eisenhower, quien salió lesionado cuando intentó taclearlo en un partido de fútbol americano colegial ese mismo año, dijo, “Nunca practicó en su vida, y podía hacer cualquier cosa mejor que cualquier otro jugador de fútbol americano que yo haya visto”.
El coach Glenn “Pop” Warner -- símbolo de los inicios del fútbol americano como deporte – se refirió a él como “el atleta más grande y completo del mundo” después de convertirse en halfback/pateador All-American para el equipo de la Escuela Industrial Indígena de Carlisle, Pensilvania.
Tan increíble fue su historia que Burt Lancaster protagonizó a Jim Thorpe en una película biográfica en 1951.
Además de brillar en múltiples disciplinas de atletismo y en fútbol americano, Thorpe también destacó en básquetbol, handball, lacrosse, tenis, hockey, boxeo, natación, gimnasia, e incluso baile de salón (actividad en la que ganó el campeonato intercolegial de 1912).
Las proezas de Thorpe son míticas en su importancia, habiendo sucedido antes de que existiera la televisión o la radio. Mientras que podemos observar videos de Jackson esquivando a las defensivas de la oposición o caminando sobre las cercas de los jardines como patrullero de Grandes Ligas en los 80 y 90, se dice que Thorpe fue un atleta con las mismas condiciones, si no es que mejores.
Thorpe fue inmortalizado en el Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional en Canton, Ohio – donde no sólo jugó para los Bulldogs de Canton de la Asociación Estadounidense de Fútbol Profesional (APFA, por sus siglas en inglés), sino que también fue presidente de dicha organización de 1920-21, un año antes de que se convirtiera en la NFL.
Quizás ustedes ya se dieron cuenta que hasta ahora en este debate se ha omitido un deporte. ¿Qué pasó con el béisbol?
El llamado Rey de los Deportes no fue excepción. Thorpe jugo béisbol de ligas menores con los Rocky Mount Railroaders de Clase-D en la Liga de Carolina del Este de 1909-10. En ese momento Thorpe nunca se imaginó que ese paso de dos años por el béisbol profesional ocasionaría que el Comité Olímpico Internacional lo despojara de sus medallas de Estocolmo.
Tras ganar el oro en los Juegos Olímpicos de 1912, las medallas de Thorpe le fueron retiradas luego de salir a la luz que había roto las reglas de los Juegos Olímpicos tras haber recibido dinero por jugar beisbol. Pero mientras que eso fue un duro golpe para Thorpe, lo llevó a recibir una nueva oportunidad: las Grandes Ligas.
A menos de un mes de perder su condición de atleta amateur, el 1ro de febrero de 1913, Thorpe firmó un contrato de tres años y US$18,000 para jugar con los Gigantes de Nueva York de John McGraw – cifra que hoy en día equivale a medio millón de dólares.
“Siempre me ha gustado el béisbol más que cualquier otro deporte”, Thorpe le dijo al diario The New York Times tras firmar su contrato. “… Ha sido mi objetivo convertirme en jugador de Grandes Ligas desde que terminé la escuela y ahora tengo la oportunidad de realizar la meta de mi vida”.
Thorpe tenía una velocidad deslumbrante en las bases y un gran brazo en los jardines. Pero aun con lo emocionado que estaba de convertirse en jugador de Grandes Ligas, y con todos los éxitos deportivos que había tenido en su vida hasta ese momento, las Mayores resultó ser un reto.
En 19 partidos por los Gigantes en 1913, Thorpe bateó .143 con un extrabase. Pasó casi todo el tiempo en la banca, y lo mismo sucedió en las próximas dos temporadas.
En 1917, los Gigantes de McGraw le “prestaron” a Thorpe a los Rojos, por quienes tuvo mejor rendimiento al bate, dejando línea de .247/.267/.367 con dos dobles, ocho triples y cuatro jonrones en 77 juegos.
Ese otoño, tras regresar a Nueva York, Thorpe estuvo en la alineación para el Juego 5 de la Serie Mundial contra los White Sox, pero fue reemplazado por un bateador emergente antes de que llegara a pararse en el plato.
Admirablemente, Thorpe fue mejorando con el paso de los años: del 1918 a su última temporada de Grandes Ligas en el 1919, bateó .294/.329/.408 en 120 compromisos por los Gigantes y los Bravos de Boston.
Aunque no fue espectacular, la carrera de Thorpe en Grandes Ligas fue memorable, especialmente porque fue parte de la gira mundial de los Gigantes con los White Sox en 1914, la cual pasó por 13 países. En ese momento, se le consideraba en nombre más famoso en un roster que también contaba con leyendas como Christy Mathewson y Tris Speaker.
En China, los fans correaron “¡Thorpe! ¡Thorpe! ¡Thorpe!” cuando los jugadores llegaron en barco a Shanghai. Thorpe llamó la atención en todos los lugares que visitó, incluyendo Japón, Australia, Egipto, Italia, Francia e Inglaterra.
No fue en el béisbol que Thorpe demostró la habilidad atlética sin paralelos que lo hizo una figura famosa a nivel mundial hace más de un siglo. Pero el béisbol era su deporte favorito, y cumplió un sueño cuando en febrero del 1913 firmó un contrato para jugar en Grandes Ligas con los Gigantes, bajo el manager Salón de la Fama John McGraw.
La carrera de Thorpe en Grandes Ligas despejó el camino para que Bo Jackson pudiera convertirse en el primer deportista en jugar dos deportes estadounidenses a nivel profesional cuando Jackson incursionó en el futbol americano profesional tras retirarse del béisbol de Grandes Ligas.