MIAMI – Oswaldo Guillén logró lo imposible… ¡dos veces!

El dirigente venezolano ha terminado con dos de las sequías de títulos más importantes del béisbol en los últimos años. Primero, llevó a los Medias Blancas a ganar una Serie Mundial por primera vez en 88 años en el 2004, cuando además se convirtió en el primer manager latinoamericanpo en conquistar un Clásico de Otoño.

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Veinte años más tarde, hizo algo similar en el béisbol de su país, cuando ayudó a los Tiburones de La Guaira a ganar su primer campeonato en 38 años.

Además del hecho de ganar el campeonato y de acabar con una sequía, ambos títulos tienen un significado especial para ‘Ozzie’. Chicago y La Guaira fueron sus equipos de siempre, con quienes se hizo un nombre en el béisbol como jugador, vistiendo la camiseta de los Medias Blancas durante 13 campañas, saltando desde los Tiburones.

Sin embargo, Guillén tiene claro cuál título ha sido el más importante para él.

“El de los Tiburones. El de Venezuela”, expresó de inmediato. “Eso lo tengo [claro]. Muchos dirán que cómo no va a ser el de la Serie Mundial, pero primero, el trabajo de Venezuela es más difícil – en el Caribe en general. En Grandes Ligas hay un estatus, un lineup [establecido]. En el Caribe es difícil, tienes peloteros que mandan a parar. Las limitaciones son más difíciles, especialmente en la época de diciembre. Yo creo que lo más importante para mí fue ganar en mi país y ver a mi pueblo [feliz]”.

Después de perder en las finales del año pasado, los Tiburones iniciaron la campaña 2023-24 con el pie izquierdo, generando varios cambios tanto en la directiva como en el cuerpo técnico. Como parte de esas movidas, Guillén sustituyó a Edgardo Alfonzo como manager de La Guaira a comienzos de diciembre.

A partir de ahí, el club enderezó el rumbo, logrando un ritmo arrollador que los terminó llevando a su primer campeonato desde 1986, título en el que también fue parte Guillén, como torpedero estelar de aquella escuadra – meses después de ser reconocido como el Novato del Año de la Liga Americana en 1985.

“Los White Sox tenían [88] años sin ganar, pero son sentimientos diferentes”, mencionó. “Yo creo que por eso me gocé más el haber ganado en Venezuela que la Serie Mundial”.

“Yo he estado en varias caravanas, y mira cómo respondió el pueblo de La Guaira”, continuó el estratega. “Creo que La Guaira era el equipo al que la gente le tenía lástima, por tener tanto tiempo sin ganar. Ser parte de esto fue grandísimo”.

Ahora, la meta para Guillén es terminar con una sequía más. En este caso para Venezuela, país que no ha podido disfrutar de un título de Serie del Caribe desde el 2009, cuando los Tigres de Aragua conquistaron el trofeo caribeño.

Adicionalmente, Tiburones, que suma ahora ocho campeonatos en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, nunca ha podido ganar el evento. Quizás el toque de Guillén continúe inspirando a sus jugadores a terminar con este tipo de baches.

“He tenido suerte”, culminó Guillén, cuando se le preguntó sobre el secreto de lograr estas hazañas con sus equipos. “Ganar en Venezuela fue más importante porque fue con el equipo que me vio nacer, con el que estoy desde los 16 años. Los peloteros hicieron un gran trabajo. Jugaron muy bien. Obviamente como venezolano… Son sentimientos diferentes; una pelota diferente”.