Freddie Freeman vive cautivador regreso a la acción tras susto de salud de su hijo
LOS ÁNGELES – Freddie Freeman se sentó en la sala de conferencias del Dodger Stadium el lunes, vistiendo una camiseta que leía #MaxStrong – que se traduciría a "Fuerte, como Max" – en el pecho. Luego de decir algunas palabras, el cañonero no pudo contener las lágrimas.
Unas horas más tarde, Freeman hizo su regreso oficial al terreno después de una ausencia de nueve días, luego de que su hijo menor, Maximus, fuera diagnosticado con una rara condición neurológica llamada el Síndrome Guillain-Barré. El inicialista volvió a verse cautivado por la ovación de pie que le ofreció el público local, antes de su primer turno del eventual triunfo por 5-3 de los azules sobre los Filis.
"Desde que llegué, en estos tres años que he estado aquí, es difícil expresar con palabras lo que los aficionados de los Dodgers han significado para nosotros y para nuestra familia", dijo Freeman después del juego. "En los momentos más difíciles, se muestra el verdadero carácter de los fans de esta organización y es absolutamente increíble".
En un comunicado alentador, publicado el domingo a través de Instagram, la familia Freeman anunció que Max estaba de vuelta en casa, recuperándose. Freeman aclaró que no hay un tiempo exacto para una posible recuperación total de Max. Todo eso varía de acuerdo con el paciente. Pero luego de una larga semana para la familia, les comunicaron a los Freeman que su hijo menor se recuperaría en su totalidad.
"Max está bien", expresó Freeman. "Volvimos a casa el sábado por la noche de la UCI. Ayer comenzamos la fisioterapia y déjame decirles, él la odia. Pero está bien. Está de vuelta, es Max. En ese aspecto, está bien. Pero tiene que volver a aprender prácticamente todo. Es un síndrome terrible. Está bien. Está en camino de mejorar".
Freeman explicó con detalle todo lo que ocurrió desde el momento en el que tuvo que abandonar un partido ante los Gigantes en el noveno episodio, cuando el manager Dave Roberts le notificó que Max estaba siendo llevado al hospital, por lo que se creía en el momento que era sinovitis transitoria. Desde entonces, Max comenzó a tomar la medicación adecuada para esa enfermedad, pero nada estaba funcionando.
Mientras los Dodgers y Freeman volaban a Houston el fin de semana pasado, las cosas en casa continuaron empeorando para el niño de 3 años. Ese viernes, a Freeman le dijeron que no era sinovitis transitoria; en su lugar, pensaron que se trataba de un caso de Guillain-Barré. Max fue llevado a la sala de emergencias. Freeman tomó el siguiente vuelo de regreso a casa desde Houston.
"La parálisis generalmente no se mueve tan rápido por el cuerpo", explicó Freeman. "En cuatro días, alcanzó sus hombros, lo cual estaba afectando su diafragma y respiración. Entonces, estoy en un aeropuerto tratando de volar a casa y recibiendo actualizaciones. Fue absolutamente terrible. Pero no puedo imaginarme a mi esposa, mi familia, estando allí y viendo todo esto sucederle a tu hijo".
Afortunadamente, sin embargo, unos días después de que le colocaran el ventilador, Max comenzó a recuperarse con fuerza y pudo quitarse los tubos de respiración y alimentación el miércoles. Dos días después, Max fue dado de alta del hospital, la mejor señal de que iba a estar bien.