Foro: Ser afroamericano en el béisbol y en EE.UU.
En medio de una conversación nacional en los Estados Unidos sobre las injusticias sociales, la brutalidad policial y el racismo sistémico, la gente joven ha estado en la vanguardia, tanto en las calles como en las redes sociales, organizado manifestaciones alrededor del país, firmando peticiones, enviando donaciones y compartiendo recursos educativos. Entonces, cuando Major League Baseball quiso organizar un foro sobre cómo las relaciones interraciales han afectado las vidas de sus jugadores afroamericanos, como deportistas profesionales y como seres humanos, fue con los jóvenes que se comunicó.
Los lanzadores Jon Duplantier de los D-backs y Sterling Sharpe de los Marlins, ambos de 25 años, además del primera base de los Piratas Josh Bell, de 27, acompañaron al analista de MLB Network Harold Reynolds de manera virtual el lunes por la noche en una conversación relevante de una hora titulada, “Ser Negro en el Béisbol y en los Estados Unidos”. También participó Sharon Robinson, hija de Jackie Robinson y una asesora educativa para MLB.
Para estos jugadores, que han crecido junto el movimiento Black Lives Matter en una época en la que videos grabados en los teléfonos móviles han mostrado las muertes de una larga lista de víctimas de violencia policial, el fallecimiento de George Floyd en Minneapolis no fue sorprendente. Sin embargo, fue un recordatorio detallado de cómo las personas afroamericanas han sido tratadas en los Estados Unidos.
“Fue más confirmación de las cosas que mis padres me decían – ‘No puedes ir aquí, no puedes ir allá’”, dijo Bell. “Tengo más posibilidades de ser detenido en mi carro y acusado de algo que personas que no se parecen físicamente a mí. Eso siempre es algo difícil de aceptar”.
La diferencia en esta ocasión es la manera en que han respondido sus colegas de raza blanca. Duplantier, Sharp y Bell dijeron que muchos compañeros de equipo y amistades los han llamado y les han enviado mensajes de texto tras la muerte de Floyd, para preguntar cómo pueden ser parte de la solución.
“El hecho de que estén participando ahora me trae esperanza”, dijo Duplantier. “Porque muchos de mis amigos decían, ‘Sabía que estas cosas estaban pasando, pero no lo sentía ni lo veía. Ahora me está empezando a doler. … Pudo haberte sucedido a ti’”.
Los jugadores participantes en la conversación, de los cuales todos asistieron a escuelas donde la mayoría de los estudiantes era de raza blanca, les pidieron a sus amigos que no solamente contactaran a personas de color, sino que iniciaran conversaciones difíciles y necesarias con sus familias y círculos sociales sobre sus propios prejuicios y lo que eso implica para la sociedad.
Los jugadores reconocieron que, en un deporte como el béisbol, en el que aproximadamente un 8% de los jugadores de Grandes Ligas y un dueño (Derek Jeter de los Marlins) son afroamericanos, es más difícil expresarse por temor a represalias. Eso quedó claro ante lo que le sucedió a Colin Kaepernick en la NFL.
“No creo que haya podido hacer mejor trabajo de expresar lo que quería denunciar, y creo que para el público en general no tuvo oportunidad de hacerlo”, dijo Bell acerca de Kaepernick. “Había expresiones en su contra… En las semanas después de que se arrodilló por primera vez, muchos jugadores en todas las ligas se preguntaron, ‘¿Será momento de tomar una posición y darle voz a la oposición de las injusticias de este mundo?’ Y la respuesta del público nos indicó que no. Nadie estaba listo para escucharnos en ese momento. Este hombre no ha tenido la oportunidad de jugar en tres o cuatro años. Fue como si lo hubiesen expulsado de la liga durante la temporada regular. Lo abuchearon en por todos los Estados Unidos.
“Fue difícil verme en el espejo y pensar, ‘Sé que debería decir algo al respecto, pero estoy tratando de ganarme la vida’”.
Los jugadores señalaron que en la escuela secundaria, la universidad y a nivel profesional, la falta de representación entre los coaches, jugadores y directivos hace que sea difícil denunciar las injusticias. Duplantier compartió una experiencia que tuvo cuando estaba en la secundaria que demuestra lo solos que suelen sentirse los jugadores afroamericanos en estas batallas.
“Estaba en la primera base y del dugout contrario escuché a alguien decir, ‘Tengo una soga y un árbol con tu nombre’”, recordó Duplantier. “Salió de la nada. Ya me había comprometido; iba a jugar béisbol colegial. Sabían quién era yo. Y perdí los estribos. Inmediatamente los perdí. Solté mi guante, empecé a caminar hacia el dugout. No me sentía capaz de contener las emociones que sentía en ese momento.
“Lo que me salvó fue que el árbitro de la primera base también era afroamericano. Y él se paró delante de mí. Me abrazó fuerte y me dijo, ‘No vale la pena. No vale la pena’, y me calmé. Entonces, regresé al dugout y dije que otro tenía que ir a jugar en la primera base”.
“Pero cuando eso ocurrió, no hubo diálogo después. No hubo nadie de mi lado a quien pudiera expresarle lo que sentía. … Estábamos en la secundaria pensando, ‘Iría a la guerra con esos muchachos’. Algunos de ellos habían sido mis mejores amigos desde el jardín de infantes y, en ese momento, nadie me respaldó”.
Con el fin de fomentar el sentimiento de comunidad entre jugadores afroamericanos y otras minorías, Bell, junto con su compañero de equipo afroamericano Chris Archer, recientemente inició un grupo de charla con 150 personas de color en las Grandes Ligas para conversar sobre las diferentes maneras en que pueden ayudar a sus comunidades de ahora en adelante. La novia de Bell le dio la idea cuando estaban viendo las protestas en Pittsburgh.
De esa manera fue que nació el hashtag “Social Reform Sundays”, el cual se ha convertido como una herramienta virtual que los jugadores pueden utilizar para lograr cambios duraderos a nivel nacional en los Estados Unidos.
Durante el Draft amateur la semana pasada, MLB y los 30 clubes comprometieron más de US$1 millón para apoyar a cinco organizaciones: Campaign Zero, Color of Change, Equal Justice Initiative, Jackie Robinson Foundation y NAACP Legal Defense and Educational Fund, mientras que representantes de los 30 equipos mostraron letreros que decían: “Black Lives Matter/Unidos por el Cambio”.
Es un paso alentador para un deporte que se enorgullece del legado de Jackie Robinson y busca ser agente de cambio social.
“Creo que [en] el béisbol, como [en] los Estados Unidos, tenemos que ayudarlos a estar listo para eso. Porque ahora es el momento de expresar nuestras opiniones y poder hablar abiertamente sobre raza, el racismo y la brutalidad policial”, dijo Sharon Robinson. “Quizás no sea necesario arrodillarnos en el béisbol, pero tiene que haber una forma de mantener abierta y activa la conversación, entre ustedes como jugadores y en sus equipos, y tenemos que seguir recalcando lo lejos que hemos llegado desde la muerte de George Floyd. No podemos dar marcha atrás y decir que tenemos miedo. Y tenemos que saber que la liga nos va a apoyar en ese sentido”.