Sabor en Números: Pujols eterno, Giménez y más del "CabaJoey"
Cada semana en LasMayores.com, Sabor en Números se enfoca en datos, estadísticas y curiosidades sobre lo hecho por el contingente de jugadores latinoamericanos en las Grandes Ligas durante los últimos siete días. Puedes leer la edición anterior aquí.
REPÚBLICA DOMINICANA
La Máquina eterna
El dominicano Albert Pujols conectó el domingo dos jonrones durante la victoria de los Cardenales sobre los Cerveceros, convirtiéndose en el sexto jugador de más edad (42 años, 210 días) que saca dos o más bambinazos en un juego en la historia de las Grandes Ligas. ¿El dueño de esa marca? Su compatriota Julio Franco, que pegó dos vuelacercas el 18 de junio del 2005 para los Bravos ante los Rojos a los… ¡46 años!
Para Pujols, fue su 63er encuentro con múltiples bambinazos, y segundo del 2022, empatando a Willie Mays en el 5to puesto de todos los tiempos. El primer lugar en ese departamento lo ocupa Babe Ruth con 72, seguido por Barry Bonds (71), Sammy Sosa (69) y Mark McGwire (67). Los dos jonrones, número 688 y 689 de su carrera, le permitieron además llegar a 10 en el 2022, la 21era ocasión en su carrera que conecta una decena o más cañonazos. Allí se ubica como tercero de todos los tiempos, empatado con Stan Musial y Barry Bonds, y sólo superado por Hank Aaron (23) y Carl Yastrzemski (22).
Pujols, que también bateó un jonrón el miércoles contra los Rockies, está a un paso de igualar una curiosa marca de Barry Bonds. Con el batazo ante Austin Gomber en Denver, Pujols ha conectado jonrones contra 448 pitchers distintos, quedando así a uno solo del récord de Bonds (449). El resto del Top 5, de acuerdo con el Elias Sports Bureau, lo conforman Alex Rodríguez (422), Ken Griffey Jr. (407) y Jim Thome (403). Como pueden ver, se trata de jugadores “modernos”. Bonds, el más “viejo”, debutó en 1986. Como punto de comparación, consideren que Babe Ruth les dio jonrones a 216 lanzadores diferentes, según los datos de Baseball-Reference. Hank Aaron castigó a 310. Willie Mays a 267. Bonds y Pujols tienen casi el doble. Es una señal de estos tiempos.
Lo que en la época de Ruth era lo esperado, que un abridor cubriera la ruta, y los relevistas una rareza, se fue invirtiendo con el paso de los años. ¿Cuántos zurdos especialistas le trajeron a Bonds? ¿Cuántos derechos frescos desde el bullpen, armados con rectas de más de 95 mph, salieron especialmente a tratar de neutralizar a Pujols? No se parecerá a la bulla que se armará si Pujols llega a 700, ni será su récord más recordado, pero haberles sacado la pelota a tantos nombres diferentes también dice mucho de la grandeza de La Máquina.
MÉXICO
Imparable el Cabajoey
Si el mexicano Joey Meneses puso su nombre en los libros conectando un jonrón en su primer juego en las Grandes Ligas tras más de 10 años de espera en las menores, lo que ha seguido después para el novato de los Nacionales no se queda atrás. El bateador derecho de 30 años ligó para .400 (de 35-14) en sus primeros 10 compromisos en la Gran Carpa, la mejor marca para un mexicano en un lapso igual, bien por encima del .360 que puso Erubiel Durazo tras su arribo en 1999. Y con el jonrón que bateó el sábado contra los Padres, sumó su quinto bambinazo en sus primeros nueve cotejos. DESDE 1901, un solo jugador había dado más jonrones que Meneses en sus primeros nueve encuentros en las Mayores: Trevor Story, de los Rockies, que estalló con siete en sus primeros nueve juegos de la campaña del 2016.
A la leyenda del “CabaJoey” también se le puede sumar una seguidilla de cinco juegos dando dos o más hits, empatada como la más larga para un novato de los Nacionales con una de Bryce Harper en el 2015. Y los 15 hits que bateó en sus primeros 11 juegos son el tope para un pelotero del club en sus 11 duelos iniciales en MLB.
VENEZUELA
Andrés lo hace todo
El venezolano Andrés Giménez, segunda base de los Guardianes, puso tan buenos números en la primera mitad (.296/.357/.478 y 10 HR) que fue llamado al Juego de Estrellas. Terminó iniciando el encuentro gracias a la lesión de su compatriota José Altuve. Bueno, si lo hecho entre abril y mediados de julio fue bueno, el jugador de 23 años ha elevado su juego en la segunda mitad, ligando para .356/.434/.575 con siete dobles, cuatro jonrones y ocho bases robadas desde la pausa. En total en el 2022, Giménez amaneció el martes con promedio de .312, OBP de .377 y slugging de .503, con 19 dobles, 14 cuadrangulares y 15 estafadas.
Usando OPS+ como medida, una estadística especialmente útil porque compara a un jugador con sus contemporáneos y toma en consideración el estadio donde juega, Giménez tenía 152 tras la jornada del lunes. En otras palabras, era 52% mejor que un bateador promedio. Para poner un punto de referencia y valorar lo hecho por el barquisimetano, un toletero excelso como Miguel Cabrera tiene OPS+ de por vida de 143. Ese 152 de Giménez es élite. Tanto, que entre todos los defensores del medio del cuadro (SS o 2B) que han nacido en Venezuela, los únicos con una campaña en la que dejaron un OPS+ de 145 o mejor son Edgardo Alfonzo (147 en el 2000) y Altuve (155 en 2016 y 160 en el 2017, el año en el que ganó el JMV). Nadie más.
Y hay otro punto a considerar. Alfonzo ya tenía 26 años en el 2000, la cúspide su carrera en los Mets. Altuve (quien por cierto tiene OPS+ de 146 este año) también había alcanzado su pico para 2017 ya con 27 años cumplidos. Eran jugadores hechos. Giménez no cumplirá 24 sino hasta el 4 de septiembre. Si quieren encontrar al último defensor de la segunda base menor de 24 años (para el 30 de junio) con un OPS comparado al menos 50% mejor que el promedio de la liga, tienen que remontarse hasta… ¡1910! Ese año, un futuro miembro del Salón de la Fama llamado Eddie Collins dejó uno de 150 para los Atléticos de Filadelfia con tan solo 23 años.
El WAR de Giménez, que también considera su excelsa defensiva y lo bien que corre las bases (15 robos, 2 outs robando), podría igualmente tener ribetes históricos si consideramos su edad. Terminada la jornada de anoche, Giménez ya tenía un WAR de 5.0. De acuerdo con Baseball-Reference, desde 1960, estos son los únicos camareros menores de 24 años que tuvieron una campaña con un WAR de 5.0 o mejor: Joe Morgan (1965, 1967), Rod Carew (1969), Willie Randolph (1978), Paul Molitor (1979), Chuck Knoblauch (1992) y el puertorriqueño Carlos Baerga (1992). Morgan, Carew y Molitor están en el Salón de Fama. Y entre Randolph, Baerga y Knoblauch fueron 13 veces al Juego de Estrellas.
No es una garantía, por supuesto, que Giménez vaya a emular a Alfonzo y Altuve con un OPS plus de más de 145. Mucho menos a Collins. Queda mucha temporada como para andar dando cosas por descontado. Pero el nivel de excelencia que ha mostrado hasta ahora está más que claro.
PUERTO RICO
Produciendo rápido
El puertorriqueño Emmanuel Rivera no ha podido empezar mejor su carrera en los D-backs, que lo obtuvieron en la fecha límite desde los Reales a cambio del lanzador Luke Weaver. Después de batear para .333/.367/.491 con tres dobles y cinco jonrones en julio para Kansas City, el tercera base de 26 años siguió encendido y conectó nueve hits en 23 turnos (.391) en sus primeros siete juegos con su nuevo club, incluyendo cuatro jonrones y tres dobles. Rivera es apenas el segundo jugador nacido en Latinoamérica en dar siete extrabases, entre ellos cuatro bambinazos, en sus siete juegos iniciales con un equipo. Hasta ahora, eso sólo lo había logrado el venezolano Alex González en el 2010 con los Azulejos (4 HR, 4 dobles en el 2010).
Rivera es también el segundo jugador que da siete extrabases en sus siete primeros duelos con los D-backs (Troy Glaus, 2005). ¿Y lo mejor para el toletero derecho? Que todos esos extrabases fueron ante pitchers diestros. Con números mucho mejores antes zurdos (average de .287 y OBP de .356) que contra derechos (.240 y .286, respectivamente) a nivel de Grandes Ligas y también durante su paso por las menores, si el boricua de 26 años es capaz de demostrar que puede producir también ante lanzadores de su misma mano, las posibilidades de que pueda pelear por un puesto como regular con los D-backs en el 2023 se van a potenciar.
CUBA
300 de calidad
Después de ser la sensación de la postemporada del 2020 y ser reconocido como el Novato del Año de la Liga Americana en el 2021, el cubano Randy Arozarena está a las puertas de los 300 juegos disputados en las Grandes Ligas (le faltaban nueve antes de comenzar la semana). Y su producción lo pone entre un selecto grupo de jugadores nacidos en su país. Con una línea ofensiva de .268/.343/.461 de por vida, el bateador derecho de los Rays será apenas el octavo jugador nacido en Cuba que, al momento de su juego 300 en la Gran Carpa, tenía un mínimo de .265 de promedio, .340 de OPB y un slugging de .450. Los otros son Minnie Miñoso, Andrés Antonio “Tony” González, Tony Oliva, Rafael Palmeiro, Yasiel Puig y Yordan Álvarez. Muy buena compañía.
Pero además de lo que puede hacer en el plato, Arozarena también es capaz de robarse una base cuando es necesario, y tras la jornada del lunes, era uno de tres jugadores en las Mayores este año con por lo menos 15 cuadrangulares y 20 bases robadas (los otros son el dominicano Julio Rodríguez y Bobby Witt Jr.). En su carrera, Arozarena ha sacado ya 60 dobles y 43 jonrones, lo que combinado con sus 47 bases robadas, hará de él uno de sólo cuatro jugadores nacidos fuera de Estados Unidos que tenían no menos de 60 dobletes, 40 bambinazos y 40 estafadas en sus primeros 300 encuentros, una cofradía que compartirá con el venezolano Carlos González y los dominicanos Alfonso Soriano y Hanley Ramírez.