¿Es Francisco Lindor un jugador subestimado ahora mismo?
Si las primeras impresiones lo son todo, la primera oportunidad que tuvo Francisco Lindor para impresionar a la fanaticada de Nueva York estuvo muy lejos de cumplir con las expectativas. Adquirido en enero del 2021 desde Cleveland por cuatro jugadores (incluyendo a dos que se han convertido en importantes piezas del cuadro interior de los Guardianes, el dominicano Amed Rosario y el venezolano Andrés Giménez) y firmado inmediatamente por 10 años y US$341 millones, el puertorriqueño fue el primer gran movimiento de los nuevos propietarios de los Mets.
La temporada de Lindor se descarriló al empezar. Su primer mes en Nueva York fue el segundo peor de su carrera. Su primera campaña terminó con una línea de .230/.322/.412 y un OPS+ de 99, con cada una de esas cifras representando su peor marca en un año. Los Mets terminaron con ocho juegos por debajo de .500, lo que desencadenó en un cambio casi total del cuerpo técnico, empezando con la salida del manager dominicano Luis Rojas.
Si bien no fue un desastre total – su defensa en el campo corto siguió siendo de primera línea – al menos fue una grandísima decepción. Todo eso representa un contexto bien importante, en caso de que no hayan notado lo que ha pasado desde entonces, que es lo siguiente: Lindor ha tenido un año fantástico. Ha sido, utilizando cualquier métrica, el mejor jugador de los Mets, incluso si Pete Alonso probablemente ganaría cualquier votación entre los seguidores del club.
Lindor ha sido también uno de los mejores jugadores de las Mayores. Ha jugado tan bien, de hecho, que si es posible que un jugador que ha ido cuatro veces al Juego de Estrellas y fue firmado con el contrato más grande en la historia del equipo sea subestimado, bueno, a Lindor se la ha subestimado, porque cuando uno piensa en el éxito de estos Mets, uno tiende a pensar en Alonso o Scherzer o Díaz o ahora deGrom, antes de pensar en Lindor. De hecho, los Mets tuvieron a cuatro representantes en el Juego de Estrellas este año (Alonso, el boricua Edwin Díaz, Jeff McNeil y el dominicano Starling Marte) y Lindor no fue uno de ellos.
Nos gustaría terminar esta parte diciendo, “así fue cómo regresó al estrellato”, pero no estamos exactamente seguros si de verdad se fue en algún momento..
Víctorias Sobre el Reemplazo, o WAR, no es una métrica infalible. Pero generalmente hace un buen trabajo diciéndote cuáles jugadores están contribuyendo en todas las facetas del juego, algo importante aquí, porque Lindor ha sido el torpedero defensivo mejor ranqueado durante las últimas dos campañas. Y el hecho de que uno pueda ver los lideratos durante distintos períodos y mostrar dónde se ubica Lindor es muy revelador.
Rankings de WAR (vía FanGraphs)
¿En el 2022? Lindor está entre los mejores ocho, entre jugadores como Manny Machado y Mookie Betts.
¿Durante los últimos 30 días? Lindor es el segundo mejor, sólo detrás de Aaron Judge.
¿En los últimos 365 días? Lindor se ubica de octavo, empatado con Austin Riley y Corey Seager.
¿Desde el 2019? Lindor es el noveno mejor, entre Trout y el dominicano Rafael Devers.
¿Quieren remontarse al 2016? Esto obviamente incluye sus mejores años en Cleveland, ¡pero ésos también cuentan! Es el cuarto mejor, sólo detrás de Betts, Trout y el dominicano José Ramírez.
Entonces, preguntamos, ¿cuándo es que este muchacho dejó de ser una estrella?
Todo eso incluye no sólo su lento inicio del 2021, sino el bache en el que estuvo a mitad de campaña en el 2022, cuando bateó apenas .202/.255/.362 en junio, justo cuando se lesionó de un dedo con una puerta en un hotel de Los Ángeles. Que esté tan bien ubicado en WAR durante tantos lapsos – el último mes, el último año, los últimos seis años, etc. – ayuda a dejar en claro que el mal arranque del 2021 fue más un bache que el fin de una estrella.
En vez de adentrarnos en las razones detrás de la mejoría de este año, probablemente una combinación de factores, creemos que es más interesante preguntarnos lo siguiente: Ya tras casi dos años desde la firma de aquella extensión, ¿es éste el jugador que los Mets y sus fanáticos pensaban que estaban adquiriendo? Y de ser así, ¿están satisfechos?
Tras más de temporada y media en los Mets, Lindor sigue siendo uno de los 10 mejores jugadores de posición de las Mayores, incluso con un inicio como el que tuvo en el 2021 y que no tiene nada que ver con lo que ha demostrado en el resto de su carrera. Puede que nunca “justifique” el contrato, pero su OPS+ de 126 este año no sólo es el mejor de su carrera con la excepción de un año en Cleveland (2018), sino que es mejor que el OPS+ de 118 que tuvo durante todas sus campañas en dicho club, cuando era considerado sin cuestionamientos uno de los grandes talentos del juego.
Pero incluso si no se siente así, no es difícil ver por qué. Lindor no es el joven jugador que bateó .306 en sus primeros dos años en la liga; no es el toletero que conectó 30 cuadrangulares o más en el 2017, 2018 y 2019, en parte porque aquellas fueron algunas de las campañas más favorables para dar bambinazos en la historia del juego. Gran parte de su valor viene su defensa, que es algo más difícil de procesar que ver un promedio de bateo o un OPS. Pero cuando finalice este año con alrededor de 25 vuelacercas, una línea ofensiva 25% mejor que el promedio de la liga y excelente defensiva, tendrá en su bolsillo otra campaña con WAR de 5, la quinta de su carrera (y apenas tiene 28 años).
¿Qué tan raro es eso? Desde que el béisbol se integró a nivel racial en 1947, sólo 29 jugadores más han sumado cinco campañas o más con WAR de 5 antes de los 29 años. Estamos hablando de los nombres más grandes del deporte: Mantle, Hank Aaron, Ken Griffey Jr., Willie Mays, Johnny Bench, etc. Dieciocho de los 29 son miembros del Salón de la Fama y al menos tres más, Mike Trout, el dominicano Albert Pujols y el venezolano Miguel Cabrera, con seguridad los van a acompañar en Cooperstown.
Lindor está lejos de ser el primer jugador que tiene un lento inicio en su nueva casa tras firmar un mega contrato; sólo tienen que ver la primera mitad de temporada de Corey Seager este año en Texas.
“La vida”, dijo Lindor en marzo, “fue un poco más rápida para mí el año pasado”, no sólo por el cambio y el contrato, sino también porque nació su primer hijo poco antes de salir de Cleveland.
No sería béisbol de Nueva York si la gente no se apurara a sacar conclusiones. Nadie quería un arranque como el que tuvo Lindor. Pero desde entonces, ha sido básicamente lo que uno esperaría. Ha sido una estrella.