Enrique Hernández se ha ganado un espacio en los Dodgers
LOS ANGELES -- En el 2011 jugando por Clase-A Lexington, liga menor de los Astros, Enrique "Kike" Hernández estaba preocupado por su futuro como infielder en el béisbol profesional.
"El sistema de los Astros tenía mucho talento", relató el boricua, quien acaba de completar su primera temporada en la organización de los Dodgers.
Con eso en mente, Hernández se pasó dos semanas tratando de convencer a su entonces manager en Lexington, el domínico-neoyorquino Rodney Linares, a probarlo en los jardines. Linares por fin dijo que sí.
De ahí en adelante, Hernández se convirtió en un "súper utility", capaz de jugar por todos lados tanto en el cuadro interior como los jardines.
Hernández, quien empezó el 2015 como utility en los Dodgers luego de breves estadías en Grandes Ligas con los Astros y los Marlins en el 2014, se ha convertido en una valiosa opción en las praderas de Los Angeles, que se mide a los Mets en una de las dos Series Divisionales de la Liga Nacional.
El papá de Hernández, Enrique Hernández padre, ha sido escucha a nivel de Grandes Ligas y fue instructor en la liga invernal de Puerto Rico. De niño, durante las prácticas de bateo en la Isla del Encanto, Hernández atrapaba los elevados de jugadores de la talla de Alexis Ríos, Aaron Rowand y Carlos Beltrán. Así comenzó el joven a prepararse para patrullar las praderas.
"Me crie jugando en el campo corto, y como torpedero puedes jugar cualquier otra posición del infield. Eso fue fácil. Y luego convencí al manager que podía jugar en los jardines".
Y como dice el dicho, el resto es historia.
El oriundo de San Juan se apoderó del jardín central de los Dodgers a finales de agosto, ante la caída con el madero del guardabosque novato Joc Pederson.
Y aunque pasó apenas una semana entre su designación como centerfielder y una lesión en la corva izquierda, Hernández volvió a la acción el 28 de septiembre y terminó la temporada con promedio de .307 en 76 juegos y 218 veces al plato. Conectó 12 dobles y siete jonrones, con OPS (porcentaje de embasarse más slugging) de .836.
A duras penas, jugando múltiples posiciones tanto en el cuadro como los jardines, Hernández se ha ganado un espacio en las Grandes Ligas. Pero primero llegó la etapa de ser utility-papel que el joven ha sabido asimilar durante su trayectoria en el béisbol.
"Si eres utility y no puedes ser buen compañero, creo que no mereces estar en Grandes Ligas", dijo. "Tienes que saber cuál es tu rol y que vas a jugar de vez en cuando".
Ahora el puertorriqueño de 24 años de edad tiene la oportunidad de ser parte íntegra, nada más y nada menos que como jardinero central, de unos Dodgers que aspiran a ganar la Serie Mundial.
"De las primeras cosas que pensé cuando me cambiaron a los Dodgers fue que iba a tener la oportunidad de jugar en los playoffs", dijo Hernández. "Miras a tu alrededor y ves los jugadores que hay; es un equipazo. Estoy súper contento y emocionado. Uno como niño no sólo sueña con jugar en Grandes Ligas, sino estar en la Serie Mundial.
"Para llegar a la Serie Mundial, primero hay que ganar en los playoffs. La primera meta, ya la cumplimos, así que todavía nos falta mucho trabajo por cumplir".