En los Yankees, fue clave el papel protagónico de Cabrera

11 de octubre de 2022

NUEVA YORK – El lunes en el clubhouse de los Yankees, un amplio grupo de reporteros rodeó a Giancarlo Stanton, preguntándole al toletero cómo se sentiría jugando en los jardines, tras una larga racha de juegos jugando como bateador designado.

Por otro lado, el casillero de Andrew Benintendi se veía sin actividad. Lo mismo en los casos del improductivo Aaron Hicks y el recién recuperado Matt Carpenter, quien vuelve ahora a la acción tras una fractura en un pie. Y tampoco se vio DJ LeMahieu, quien no fue incluido en el roster activo de los Yankees para la Serie Divisional de la Liga Americana contra los Guardianes, debido a una lesión en el pie derecho.

Mientras tanto, en uno de los casilleros improvisados en el medio del vestuario se encontraba Oswaldo Cabrera. El novato venezolano fue una especie de salvador para los Yankees ante la falta de bateo de Hicks y las ausencias de Benintendi y Carpenter, más los inconvenientes de LeMahieu. Jugando como jardinero tras ser infielder casi toda su carrera profesional en liga menor, Cabrera produjo al bate y se vio sólido a la defensa—donde llegó a jugar no sólo como guardabosque, sino también como intermedista, torpedero y antesalista.

“Desde el Día 1, ha sido muy bonito, muy hermoso”, comentó Cabrera, de 23 años. “Creo que ha sido el cariño que me han dado los jugadores, los coaches, la forma en que ellos me habían (recibido) desde el primer día, esa comunicación. Esa confianza que ellos me transmitieron. Eso ha sido lo más bonito de aquí arriba.

“Y en el terreno, ver el amor del público, cómo ellos hacen ver ese cariño que me han regalado. Me han hecho sentir como en casa”.

Cabrera, subido a Grandes Ligas por vez primera el 17 de agosto tras registrar OPS de .851 entre Clase-A y Triple-A en el 2022, conectó seis jonrones en 171 veces al bate con el equipo grande de Nueva York. Cinco de ellos fueron en las últimas tres semanas de la temporada, en las que bateó .318/.411/.653 (OPS de 1.046).

¿Pudo haber esperado esto Cabrera a principios de agosto?

“Ni un poquito”, contestó el oriundo de Guarenas. “Yo soy una persona que me pongo mis metas, pero no creo esas expectativas de que ‘tiene que pasar esto’. Sí digo que voy a trabajar fuerte para esto. Y sí estaba trabajando fuerte para poder estar aquí, pero nunca me imaginé en mi cabeza que iba a ser parte del equipo como tal, que ellos pudieran contar conmigo en varios aspectos en las Grandes Ligas”.

Ahora, Cabrera—incluido en el roster, diferente a su compatriota y también novato Oswald Peraza-- debe de formar parte del rompecabezas del manager Aaron Boone para la esta primera ronda de los playoffs, aunque tal vez en un menor rol tras el regreso de Carpenter.

¿Cómo es pasar de estar en Triple-A a ser parte de la franquicia más icónica del béisbol, en postemporada buscando una primera corona desde el 2009?

“Creo que el que no tiene nervios, no es de este planeta. Pero la cosa está en cómo tú controlas esos nervios, cómo tú los tienes bajo control”, manifestó Cabrera. “Yo en lo que he estado aquí, he tratado de calmarme, just play (simplemente jugar). Divertirme.

“Hay muchas expectativas y muchas cosas bonitas que crea la gente. Pero al final del día, es el mismo béisbol. Las bases son las mismas. La pelota no cambia. El montículo está de la misma distancia. Lo que hay que hacer es tratar de salir allá a divertirse, no tratar de ponerse tantas cosas en la cabeza. Un juego más. Como siempre he dicho, jugar como si fuera el último juego de mi vida. Ésa es la mentalidad”.