Baker maneja un club de diversas personalidades, culturas e idiomas
NUEVA YORK – A Dusty Baker se le ha escuchado haciendo entrevistas en español. Hace unos años, fue lo mismo con Alex Bregman, quien sigue hablando habitualmente con sus compañeros latinoamericanos en el idioma castellano, como lo ha hecho desde sus tiempos en liga menor.
Con la enorme presencia latinoamericana en el béisbol profesional, el acercamiento de culturas -- incluyendo el importantísimo elemento del idioma—ha ido incrementando año tras año. Los Astros, que se preparan para disputar su segunda Serie Mundial seguida bajo el mando de Baker, son un buen ejemplo de ello, con representaciones de los Estados Unidos, Venezuela, Cuba, la República Dominicana, Puerto Rico, México y hasta Honduras.
“Creo que manejar (a jugadores de) diferentes culturas es probablemente una de las cosas más fáciles para mí, porque he vivido en varias culturas en mi vida”, expresó Baker.
Baker, de 73 años de edad, participó en pelota invernal en sus tiempos como jugador activo en Puerto Rico, Venezuela y México. Cuando hizo servicio militar, conoció muchas partes del mundo también.
“He estado en casi cada cultura que podrías imaginarte”, afirmó el capataz.
Baker jugó un total de 19 años en Grandes Ligas de 1968 a 1986, participando en tres Series Mundiales y ganando un anillo de campeón con los Dodgers en 1981. Ese año, no sólo fue testigo de la “Fernandomanía” con el mexicano Fernando Valenzuela, sino también vio la coronación del dominicano Pedro Guerrero como formidable bateador a nivel de las Mayores como co-JMV del Clásico de Otoño.
Y claro, en aquellos años en Los Ángeles, jugó para un manager Salón de la Fama, Tom Lasorda, quien se comunicaba con cierta facilidad en español con sus pupilos latinoamericanos debido a sus múltiples inviernos dirigiendo equipos en la Liga Dominicana.
“Creo que le convendría a la mayoría de la gente aprender a hablar español, debido a la cantidad de gente de habla hispana que tenemos en el béisbol”, comentó Baker.
Los Astros de Baker, quien asumió las riendas del equipo en el 2020, presentan una variedad de estilos y formas de expresarse.
“Tenemos algunos personajes”, dijo Baker con una risa. “Me hacen reír mucho y son un grupo divertido. Los (estadounidenses) no se quejan cuando está sonando una salsa o un merengue. Y los latinos tampoco se quejan si hay rap. Éste es un gran grupo de muchachos.
Todo eso sirve de escenario para lo más importante: Ganar juegos, algo que ha hecho Houston más que cualquier otro equipo de la Liga Americana en los últimos dos años.
“Estos muchachos disfrutan venir al trabajo y disfrutan estar uno con el otro y apoyarse”, afirmó Baker. “Son bien serios cuando se trata de su trabajo. Tienes que mezclar algo de humor y risa en el lugar de trabajo.
“Muchas veces he escuchado, en el mundo moderno, que la química no es lo más importante. Pero creo que eso te puede ayudar en los tiempos difíciles. No es tan importante en los buenos tiempos, pero es muy, muy importante durante los tiempos difíciles y todo equipo va a tener tiempos difíciles”.
Esa química se ve a diario en los Astros, un equipo que ahora trata de brindarle a Baker su primer título de Serie Mundial como manager, con personalidades y culturas sumamente diversas.
“Creo que lo que hace rodar el mundo es aceptar a la gente, sin tratar de cambiarla”, dijo Baker. “Eso es lo que hace rodar el mundo, que aceptemos la cultura uno al otro y tratemos a una persona por quién es, no por su lugar de origen”.