Dillinger jugó béisbol antes de asaltar bancos
Harry G. Leslie no podía dejar de mirar al campocorto.
Entonces gobernador de Indiana, Leslie tenía la costumbre de quedarse a ver algunos deportes que se practicaban en los reclusorios del estado – como ex atleta en Purdue, el funcionario creía en el poder de rehabilitación de la competencia organizada, y se interesó en reclusos que destacaban como deportistas. Entonces no fue algo inusual que, durante una visita al Reformatorio de Indiana en una tarde soleada de 1932, decidió quedarse para ver un partido de béisbol del equipo del reformatorio que ese día se enfrentaba a una escuadra semiprofesional local. Y un prisionero en particular le llamaba la atención.
"Su juego era maravilloso, tanto con el guante como con el bate", recordó después el Indianapolis Star. "Habría llegado a ser campocorto de Grandes Ligas con el calibre de un Pee Wee Reese o un Phil Rizzuto".
Tras otra jugada sensacional, el gobernador tenía que preguntar – ¿quién es este muchacho? Uno de los custodios tenía la respuesta: "Ese es Johnny Dillinger".
Si, ese John Dillinger – cuya serie de asaltos a bancos lo convirtió en el hombre más buscado en los Estados Unidos, ayudó a crear el FBI y capturó nuestra imaginación cultural, incluso (quizás especialmente) después de su muerte.
A Dillinger le encantaba el béisbol – el nativo de Indiana era fanático de hueso colorado de los Cachorros de Chicago, tanto que asistía a los juegos en casa de los Cachorros en Wrigley mientras era buscado por las autoridades.
Pero además de ser fanático del béisbol, Dillinger también podría haber sido un jugador profesional.
“Era lo suficientemente bueno para ser profesional”, Travis Thompson, el nieto de la hermana menor de Dillinger, Frances, le dijo al USA Today. "Eso es lo que mi abuela siempre nos decía".
Frances falleció en 2015, pero ella siempre insistía en que su hermano era una estrella – lo suficientemente bueno como para hacer que los escuchas de Grandes Ligas fueran a verlo jugar hasta Martinsville, Indiana.