D-backs se rinden a los pies de Moreno: “No estaríamos aquí sin él”
FILADELFIA – Los D-backs tomaron un riesgo importante en diciembre del año pasado, cuando decidieron desprenderse de un sólido y joven jugador, Daulton Varsho, enviándolo a los Azulejos.
A cambio, el club recibió a otro versátil patrullero, el cubano Lourdes Gurriel, y al venezolano Gabriel Moreno, un joven receptor que esperaban fuese desarrollándose con el pasar de los años como suplente de Carson Kelly en la receptoría.
Ese plan cambió rápidamente, cuando Kelly se fracturó el antebrazo derecho en la pretemporada. Moreno fue el elegido para cubrir la posición a diario para los D-backs.
“La verdad es que no teníamos otra opción”, recordó el manager de los D-backs, Torey Lovullo, sobre el careta de 23 años. “Pero no sabes lo agradecido que estuvimos de que pudiera asumir ese rol”.
Ahora, casi siete meses después, con el equipo a punto de iniciar su primera Serie de Campeonato de la Liga Nacional desde el 2007, enfrentando a los Filis en el Juego 1 el lunes en el Citizens Bank Park, la directiva de Arizona ha tenido tiempo para reflexionar sobre el impacto de aquella movida.
“Probablemente no estaríamos aquí sin él”, comentó el gerente general del club Mike Hazen. “Sueñas con un resultado así [en esos momentos, pero para eso se requiere de mucha preparación. Él es un muchacho inteligente”.
El resultado de ese proceso no tardó en impactar positivamente al equipo, con Moreno convirtiéndose en uno de los receptores más efectivos del béisbol, especialmente a la hora de retirar corredores en intento de robo, algo particularmente importante dada el alza de los robos de base que derivan de la implementación de las nuevas reglas.
Moreno encabezó las Mayores con 6 Carreras Salvadas a la Defensiva y con 9 Capturas en Intento de Robo por Encima del Promedio. Además, se ubicó en el 94to percentil en Grandes Ligas en Bloqueos por Encima del Promedio (10) y en el percentil 86to en tiempo de disparo a las bases.
Moreno terminó retirando a 22 de los 35 jugadores que le salieron al robo, para una efectividad de 39% (líder en las Mayores). Todos estos factores permitieron que el venezolano finalizara la campaña regular con el bWAR defensivo más alto del béisbol, con un 3.1, el número más alto para cualquier defensor desde que el puertorriqueño Javier Báez sumó 3.8 en el 2019
“Trabajo, sacrificio, esfuerzo y disciplina”, mencionó Moreno para describir su año hasta ahora. “Esta temporada fue muy buena, de mucho aprendizaje para mí. La ayuda que nos hemos dado todos aquí. La confianza. He venido haciendo un buen trabajo en la receptoría. La confianza que he recibido por parte de los lanzadores, coaches y manager me ha ayudado mucho para poder hacer, con confianza, lo que me gusta detrás del plato”.
Sin embargo, mientras se enfocaba en todo lo que se necesita para ser un receptor titular en Grandes Ligas, Moreno, quien llegó a ser considerado el séptimo mejor prospecto del béisbol según MLB Pipeline antes del inicio de la campaña del 2022, veía que su ofensiva no seguía la misma trayectoria de su guante. Pero no desesperó. Y el equipo tampoco.
“Ofensivamente no tuvo un buen comienzo. Estoy seguro de que fue muy abrumador para él, pero una vez adquirida esa mentalidad, se convirtió en un mejor líder”, señaló Lovullo. “Se convirtió en un líder. Se convirtió en un mejor receptor. La ofensiva llegó después. Una vez que se sintió cómodo con su entorno”.
Pero hubo un momento en particular en el año en el que todo comenzó a encajar. A finales de julio, los D-backs enviaron al careta a la lista de lesionados debido a una inflamación en el hombro. Al final, esa pausa fue todo lo que necesitó Moreno para terminar de despegar con el bate.
Desde que regresó de la lesión el 13 de agosto, Moreno bateó .311/.382/.496 con un OPS de .878, empalmó 4 jonrones y empujó 22 carreras hasta el final de la campaña regular, tras batear .270/.316/.360 antes de la lesión.
Ese momento ha continuado en la postemporada, instancia en la que el barquisimetano ha empalmado tres bambinazos y ha impulsado seis rayitas en los cinco encuentros que ha disputado, con un OPS de 1.107. Todo eso, sin dejar de brillar detrás del plato.
“Creo que en ese break que tuve pude despejar un poco la mente y darme cuenta de quién soy en realidad. Tratar de encontrar a Gabriel”, señaló. “Fue una de las cosas que me ayudó mucho. Vi videos, cosas que podía mejorar. Cuando volví, traté de ser el Gabriel que soy. Me ha funcionado hasta ahora”.
Ha sido un 2023 bien movido para Moreno. Pero a casi un año de aquel cambio, ambas partes se sienten agradecidas de que haya ocurrido. El venezolano tuvo la oportunidad de establecerse como un sólido receptor en Grandes Ligas y los D-backs encontraron a uno de los líderes que ha llevado al club a esta instancia.
Pero por muy satisfactoria que ha sido esta temporada para él, Moreno no se olvida del efecto que tuvo en él el hecho de haber jugado en Venezuela, en donde participó en 36 juegos entre el 2020 y 2022 con los Cardenales de Lara, bateando .325/.434/.433 y OPS de .867.
Esa pasantía por la Liga Venezolana de Béisbol Profesional será algo que estará en la mente de Moreno cuando salte al terreno del Citizens Bank Park el lunes, en un ambiente popularmente hostil para los rivales de los FIlis.
“Haber jugado en Venezuela me ha ayudado mucho en mi carrera, especialmente de donde yo soy, en Barquisimeto, con los Cardenales”, señaló. “Esa es una de las mejores fanaticadas que tenemos. Esto va a ser un poco loco, pero ya yo he estado en estos momentos”.