Correa a Mets: La crónica, paso por paso desde Hawái hasta S.F. y N.Y.
El dueño de los Mets, Steve Cohen, estaba de vacaciones en Hawái el martes cuando le llegó un mensaje de texto del representante de jugadores Scott Boras, con quien Cohen ha desarrollado una buena comunicación desde que compró el equipo de Queens hace más de dos años.
“Lo califiqué como, ‘Bienvenido a Correa-mas’ (un juego de palabras de ‘Christmas’, o ‘Navidad”). Éste es tu día de la suerte’”, recordó Boras sobre su mensaje a Cohen. “Y creo que Steve lo vio así”.
El mensaje fue para hacerle saber a Cohen que el puertorriqueño Carlos Correa, la superestrella de las paradas cortas que había pactado por 13 años y US$350 millones con los Gigantes, podía volver al mercado libre. Los directivos de San Francisco se habían asustado con algo que descubrieron en el expediente médico de Correa. Y Boras, en un hotel de San Francisco preparándose para una rueda de prensa a las 2 p.m. ET para presentar a Correa, empezó a sentir que el pacto podía caerse.
Cuando llegó las 10 a.m. hora local (1 p.m. ET) y los Gigantes pidieron más tiempo para revisar el expediente médico de Correa, Boras les informó que necesitaría volver a negociar con otros equipos.
Mientras tanto, en Hawái, Cohen vio el texto y se puso en movimiento. Contactó al gerente general de los Mets, Billy Eppler, para hablar de la situación y escuchar opiniones. Una semana antes, Cohen y Eppler habían hablado con Boras acerca de Correa, pero el agente había avanzado tanto en las negociaciones con los Gigantes que los Mets nunca estuvieron cerca de firmar al boricua. Cohen lamentó su falta de acción, creyendo que Correa era exactamente la clase de jugador que podía darle legitimidad al esfuerzo de los Mets de competir por un título. Entonces, cuando Boras le dio una segunda oportunidad, Cohen le dijo a Eppler que quería firmar a Correa. En algún momento, Cohen volvió a hablar con Eppler al tomar un martini con su cena.
“Dije, ‘¿Tienes tres aceitunas por un gran tercera base?’ recordó Boras. “Así empezamos nuestro proceso de hacer esto”.
Alrededor de las 10 p.m. hora de Hawái, la madrugada de la Costa Este, ambas partes llegaron a un acuerdo. En Hawái, Cohen habló con un reportero del New York Post y calificó como “importante” el acuerdo. En San Francisco, Correa entró al suite de Boras y de manera juguetona, “tackleó” (tumbó) a su agente. En Nueva York, Eppler entendía la magnitud de lo que acababa de lograr.
Correa, quien jugará como antesalista en los Mets, da más profundidad a su alineación, brinda más poder al ataque ofensivo y se combinará con el también puertorriqueño Francisco Lindor (tal como hizo en el Clásico Mundial del 2017 en la selección de Puerto Rico) para formar quizás el mejor lado izquierdo de un cuadro interior en Grandes Ligas.
Con Correa, los Mets se convertirán para muchos en los favoritos para ganar el banderín de la Liga Nacional. El equipo probablemente haga más movimientos este invierno, pero sus adiciones más importantes—Correa, Justin Verlander, Kodai Senga y otros—se han realizado. Hasta ahora, Cohen ha destinado US$807.1 millones para firmar un grupo de 10 agentes libres, incluyendo al cerrador boricua Edwin Díaz y al jardinero Brandon Nimmo.
Cohen le dijo al New York Post que cree que los Mets son un buen equipo, que esperan que sea un buen equipo. Al fin y al cabo, ha hecho todo lo posible para que así sea.
“Cada deporte necesita sus Goliat y también necesita su liderazgo competitivo”, dijo Boras al preguntársele sobre los gastos hechos por Cohen. “Ese espíritu renovado, esa ideología traída al juego no es diferente a lo que hizo George Steinbrenner en los años 90 y lo que él trajo al juego, lo que trajo a (los Yankees). Y los resultados obviamente fueron bien exitosos”.