George Springer apenas ha jugado con los Azulejos. Blake Snell no ha tenido el mejor inicio con los Padres. Y el número de ratas/mapaches en el Citi Field es casi idéntico a la cantidad de jonrones del puertorriqueño Francisco Lindor.

Es demasiado temprano para decir que dichos movimientos de la temporada muerta salieron mal, así como es demasiado pronto para etiquetar como brillantes a los que han salido bien hasta ahora. Pero una vez más este año, hemos visto algunas transacciones de poco ruido dando frutos hasta ahora para sus equipos.

Aquí están 10 jugadores cuyos cambios de equipo no llamaron mucho la atención y que han excedido las expectativas.

Cole Irvin, LZ, Atléticos

Irvin tuvo efectividad de 6.75 y no ponchó mucho en 45.2 entradas con los Filis del 2019 al 2020. Cuando los Atléticos lo adquirieron, parecía una pieza para darle profundidad al pitcheo, en el mejor caso. En vez de eso, gracias a la lesión de Mike Fiers al inicio de la temporada, Irvin ha sido una parte eficiente de la rotación. En siete aperturas, el zurdo de 27 años tiene promedio de carreras limpias de 3.29 y WHIP de 1.07, mientras que su tasa de 6.2 ponches por cada base por bolas se ubica entre las 10 mejores en las Mayores entre los lanzadores calificados. Movimientos como éste son los que les permiten a los Atléticos seguir adelante.

Nate Lowe, 1B, Rangers

El canje de seis jugadores entre Texas y Tampa Bay que llevó a Lowe a los Rangers estuvo lejos de ser uno de esos cambalaches que sacudió la temporada muerta. Lowe fue el único jugador envuelto que tenía tiempo de servicio en las Grandes Ligas y si bien su línea de .251/.322/.447 en 71 partidos entre el 2019 y el 2020 con Tampa Bay era sólida, nunca pudo establecerse como titular. Con los Rangers, ha tenido esa oportunidad y la ha aprovechado. Lowe batea .289/.380/.479 en 38 partidos. A los 25 años, ha surgido como una potencial pieza del futuro de Texas.

Anthony DeSclafani, LD, Gigantes

Si te estás preguntando cómo son los Gigantes – y no los Dodgers o los Padres – están en la cima del Oeste de la Liga Nacional a estas alturas de la temporada, éste es un elemento de la respuesta. DeSclafani tuvo un decepcionante 2020 con los Rojos (EFE de 7.22 en 33.2 episodios), pero ahora tiene 2.40, WHIP de 0.94 y una proporción de 3.6 ponches por base por bolas en siete aperturas y 41.1 innings con San Francisco. Los derechos le tienen OPS de apenas .428.

Tyler Naquin, OF, Rojos

Naquin terminó tercero en la votación para Novato del Año de la Liga Americana mientras estaba con Cleveland en el 2016, pero tuvo que lidiar con un gran número de lesiones durante las siguientes cuatro campañas. Los Rojos lo firmaron a un contrato de ligas menores y Naquin fue clave para ayudarlos a compensar algunas ausencias al principio de la temporada. En 29 encuentros, tiene una línea ofensiva de .266/.352/.553. Los ocho cuadrangulares que tiene hasta ahora son más de la mitad de todos los que conectó en aquella prometedora campaña del 2016.

Jake Marisnick, CF, Cachorros

Marisnick sufrió un tirón en la corva derecha que lo mandó a la lista de lesionados, una pérdida más grande de lo que cualquiera podría haber imaginado al inicio del año. En 27 juegos y 60 visitas al plato, el veterano de 30 años, quien ha sido un bateador por debajo del promedio (OPS+ de 84, o 16% peor que el promedio de la liga) en su carrera, tiene porcentaje de embasarse de .350 y slugging de .623.

C.J. Cron, 1B, Rockies

Aunque Cron entró a la lista de lesionados el lunes debido a rigidez en la parte inferior de la espalda, tiene línea de .359/.446/.625 con cinco vuelacercas en sus últimos 20 partidos. Sí, el Coors Field ha tenido que ver con eso, pero el OPS+ (que hace un ajuste tomando en cuenta el estadio y la liga) de Cron es de 134, 22 puntos mejor que el de su carrera. Esto es la continuación del buen arranque que tuvo con los Tigres en el 2020, antes de que una lesión en la rodilla izquierda lo enviara al quirófano.

Matt Harvey, LD, Orioles

Cuando Harvey firmó su contrato de ligas menores con los Orioles, muchos lo vieron como un reflejo de lo bajo que había caído. Pero el derecho de 32 años ha sido un sólido lanzador con Baltimore, con efectividad de 3.60 y EFE+ de 119 en siete aperturas. Es probable que esos números sufran un bajón, de acuerdo con lo que indican algunas métricas como sus tasas de batazos duros y ponches, pero Harvey podría estarse convirtiendo en una pieza de cambio viable para los Orioles.

Tyler Anderson, LZ, Piratas

Luego de no recibir oferta de contrato por parte de los Gigantes, Anderson terminó firmando por un año con los Piratas, donde ha sido un eficaz miembro de la rotación. Tras siete aperturas, tiene promedio de carreras limpias de 3.05, EFE+ de 135 y WHIP de 1.04 en 41.1 entradas. Anderson no lanza fuerte y aunque su tasa de batazos duros ha empeorado con respecto al año pasado, ha pasado de ponchar al 15.8% de los rivales en el 2020 al 22.6% en el 2021, lo que ha marcado una gran diferencia.

José Ureña, LD, Tigres

El dominicano fue considerado alguna vez parte del futuro de los Marlins, pero se le bateó con fuerza en el 2020. Ureña se perdió gran parte del 2020 por culpa del COVID-19 y llegó a Detroit en busca de una oportunidad para reencontrarse. Viene trabajando con el coach de pitcheo de los Tigres, el puertorriqueño Juan Nieves, de quien había aprendido en el pasado. Las cosas han funcionado hasta ahora. Ureña les ha brindado a los Tigres efectividad de 2.68 en 37 innings en sus últimas seis aperturas. Éste es otro ejemplo en el que las métricas avanzadas no están alineadas con los resultados (la efectividad esperada de Ureña es 4.70), pero hasta ahora el quisqueyano ha sido un punto brillante en una temporada para el olvido en Detroit.

Tyler Chatwood, LD, Azulejos

Chatwood tuvo tres años no muy buenos con los Cachorros (EFE de 4.70 en 67 juegos, incluyendo 30 aperturas), pero ha tenido mucho éxito en su regreso al bullpen a tiempo completo con Toronto, con una sola carrera permitida, 15 ponches y apenas tres bases por bolas en 11.1 entradas. Ha mejorado mucho su control y pronto podría empezar a recibir oportunidades de salvar.