El pasado fin de semana, en una calurosa noche en Georgia, chocaron dos titanes de la cultura pop.

Uno está hoy en su apogeo. El otro forma parte de un grupo que arrasó hace más de 20 años.

Pero la noche del sábado, se encontraban ambos en el histórico terreno del Grayson Stadium.

Brian Littrell, de los Backstreet Boys, jugó para los Savannah Bananas.

“Jeremy [Guthrie] me llamó y me dijo: ‘Amigo, ¿quieres venir a jugar?”, dijo Littrell. “Le dije: 'Hermano, sería un sueño hecho realidad’”.

Guthrie, que jugó 13 temporadas en las Grandes Ligas, estaba en la ciudad para lanzar con un grupo de jugadores de la MLBPAA. Estaban en el último juego de una serie Challenger de tres partidos contra los Bananas. La relación entre el miembro de los Reales campeones de la Serie Mundial del 2015 y el icono del pop comenzó por el año 2010.

“En realidad nos conocimos en un concierto en Baltimore”, reveló Guthrie. “Yo estaba lanzando allí y por casualidad, su guardaespaldas me reconoció y se acercó a mí. Hablamos de béisbol y me preguntó si quería conocer a Brian después. Fue genial, congeniamos muy bien. Desde entonces, hemos mantenido un gran contacto. Él iba a los juegos y me observaba, y yo iba a los conciertos y lo observaba a él".

Antes del partido, Littrell, un jugador de béisbol a nivel de preparatoria al que le encanta este deporte, parecía entusiasmado con lo que podría hacer durante el juego. Sobre todo porque su hijo era un gran fan de los Bananas.

“Probablemente [un hit] justo por el medio”, dijo Littrell sobre lo que esperaba hacer en la caja de los bateadores. “Justo sobre la cabeza de Jeremy”.

La llegada de Littrell a la caja de bateo fue, como la mayoría de las entradas de los Bananas, eléctrica. Todo el estadio se balanceó al ritmo del mayor éxito de los Backstreet Boys.

Por desgracia, los turnos de Littrell no fueron tan electrizantes.

El jugador de 48 años se ponchó contra su amigo Guthrie en su primera aparición, riéndose todo el tiempo. Y en su segunda y última visita al plato de la noche (acompañada de otro gran hit de los BSB), Littrell volvió a poncharse. Aunque no fue el resultado ideal para él, fue uno que no olvidará el lanzador de la MLBPAA Shawn Kelley.

“Ponché a un Backstreet Boy”, contó Kelley sonriendo al salir del terreno. “Es lo más grande que he hecho en mi carrera”.

Cuando se le preguntó dónde iría esta pelota en su vitrina de trofeos, Kelley dijo que su esposa, Kristina – gran fan de los Backstreet Boys- ya la había reclamado, diciendo: “Esta es mía”.