Astros: Un caso aparte en la temporada 2020

19 de julio de 2020

Hay motivos para pensar que hasta en una breve temporada, los equipos buenos serán igual de buenos y los peores…seguirán así. Después de 60 encuentros en el 2019, los equipos con la mayor cantidad de victorias fueron los Dodgers, Astros, Mellizos y Yankees. Por otra parte, los clubes con la menor cantidad de triunfos fueron los Orioles, Reales, Azulejos y Tigres.

Entonces, si quisiéramos, podríamos clasificar a cada equipo, del 1 al 30. Es divertido y como todos lo anticipan. Pero también no cumple con algunas expectativas, porque al clasificar a los clubes, implicamos que existe una gran diferencia entre, por ejemplo, el número 13 y el número 15 (lo que no es cierto) o incluso entre el 28 y el 30 (tampoco cierto).

Por eso, creamos siete niveles de equipos para la acortada campaña del 2020. Los presentaremos así, casi “de los mejores a los peores”.

2) La zona Astros

3) Fuertes contendientes

4) Cerca de ser contendientes

5) Equipos con estrellas que buscan rumbo

6) Los competitivos en ascenso

7) El resto

Vamos a explicar cuáles están en cada nivel -- y por qué. El orden de cada equipo en su respectivo nivel no importa. Lo que importa es en cuál nivel está.

NIVEL 2: La zona Astros

Los Astros tuvieron un invierno tumultuoso. No solamente perdieron a su manager y a su gerente general a raíz de un escándalo de robo de señas, sino también fueron privados de sus primeras dos selecciones en el Draft amateur por dos años como castigo. Lo otro que perdieron fue el beneficio de la duda. Si este año hubiese habido fanáticos en los estadios, la novena de Houston habría sido abucheada sin piedad en la ruta. Si un bateador de Houston empieza la campaña lento, se empezará a sospechar sobre el motivo.

Las críticas son de esperarse y son merecidas. Pero no son el único motivo por el que colocamos a los Astros en un nivel aparte. No hay razón para pensar que, con todo y escándalo, Alex Bregman, el venezolano José Altuve, George Springer, Michael Brantley y el boricua Carlos Correa no vayan a seguir rindiendo. (No está claro si el robo de señas los ayudó y hasta qué punto.) Ryan Pressly sigue siendo uno de los mejores relevistas desconocidos. Para el desagrado de muchos, Houston va a ganar muchos juegos, quizás los suficientes para que Dusty Baker por fin consiga el anillo que busca.

El motivo por el que los Astros se encuentran en esta categoría es bastante tradicional: La profundidad de su pitcheo. La rotación ya lucía escasa tras la partida de Gerrit Cole, quien firmó con los Yankees como agente libre durante el invierno. Ahora, los dos abridores principales de Houston son Justin Verlander, quien cumplió 37 años en febrero, y Zack Greinke, quien cumplirá 37 en octubre. El retraso a la temporada regular benefició a los Astros en este sentido, ya que le permitió a Verlander recuperarse de una cirugía en la ingle derecha y un tirón en un músculo lateral, lesiones por las que de seguramente hubiera perdido tiempo a principios de la temporada.

Pero igual, es mucho lo que los Astros les exigirán a dos lanzadores veteranos, dado que los otros posibles abridores del equipo (Lance McCullers Jr., el mexicano José Urquidy, Josh James, Austin Pruitt, y el dominicano Framber Valdez) se combinaron para hacer apenas 18 aperturas el año pasado. (Y no todos esos serpentineros se han reportado al campamento de los Astros. El cubano Yordan Álvarez, quien fue reconocido como el Novato del Año en la Liga Americana el año pasado, tampoco está con el equipo, pero el lineup puede resistir mejor una baja que el cuerpo monticular.)

Quizás todo salga bien. Quizás Verlander y Greinke sean capaces de brillar durante dos meses y lo demás no importe. Puede que no sea un problema, pero sí una preocupación.