Ascenso de Lincecum fue clave en Gigantes
SAN FRANCISCO -- Son pocos los jugadores de los Gigantes más universalmente queridos que Tim Lincecum.
En su mejor momento, Linceceum era el as más cautivador del béisbol, capaz de dominar a los bateadores con rectas abrasadoras y pitcheos con cambios de velocidad bien venenosos, que maravillaban aun más tratándose de un lanzador tan esbelto. Su llegada electrizó a San Francisco, permitiendo que la franquicia siguiera adelante tras la era de Barry Bonds y preparando el camino para la dinastía de los Gigantes en la década del 2010.
Lincecum es uno de 13 jugadores que debutaron en la boleta del 2022 para el Salón de la Fama, aunque es probable que su corta duración le impida aspirar a un puesto en Cooperstown. Sin embargo, Lincecum sigue ocupando un lugar especial en los corazones de la fanaticada de los Gigantes, que no ha olvidado la emoción de ver al derecho elaborar algunas de las campañas de pitcheo más brillantes en la historia de la franquicia.
Elegido con la 10ma selección del Draft amateur del 2006 desde la Universidad de Washington, Lincecum tuvo una actuación sólida luego de debutar con los Gigantes en el 2007, pero rápidamente alcanzó el estrellato en el 2008, cuando ganó el primero de sus dos Premios Cy Young consecutivos.
Lincecum inició su temporada de revelación ganando sus primeras cuatro decisiones. A sus 24 años, se estableció como el as de una rotación que contaba con Barry Zito, Matt Cain, el boricua Jonathan Sánchez y Kevin Correia. Conocido por su movimiento violento hacia el plato, Lincecum confundía a los bateadores y el 15 de mayo sumó 10 ponches en seis innings contra los Astros.
“Cuenta con tres pitcheos indescifrables”, dijo el cañonero de Houston, Lance Berkman, después de aquel partido. “Cuando tira esos pitcheos con cambio de velocidad, no tienes chance”.
“Su material es de los más venenosos que he visto”, agregó otro bateador de los Astros, el jardinero Hunter Pence.
El dominio de Lincecum recibió reconocimiento más allá del área de la Bahía, ya que salió en la portada de la revista Sports Illustrated el 7 de septiembre. Fue convocado a su primer Juego de Estrellas luego de tener marca de 11-2 con efectividad de 2.57 y encabezar las Grandes Ligas con 135 ponches en la primera mitad, pero se perdió el Clásico de Media Temporada en el Yankee Stadium tras ser hospitalizado con síntomas de gripe y deshidratación.
Lincecum fue igual de implacable en la segunda mitad, ponchado a 13 bateadores en siete entradas contra los D-backs el 26 de julio y lanzando la primera blanqueada de su carrera el 13 de septiembre. Oficialmente entró a los libros de historia el 23 de septiembre, cuando sumó su ponche número 252 de la temporada contra los Rockies, rompiendo el récord de Jason Schmidt para una campaña en la era del equipo en San Francisco.
Lincecum terminó su primera temporada completa en las Mayores con marca de 18-5 y efectividad de 2.62, a la vez que encabezó las Grandes Ligas en ponches. De esa manera, se convirtió en un punto luminoso en lo que fue una campaña decepcionante para los Gigantes.
Ese noviembre, Lincecum se adjudicó el Premio Cy Young de la Liga Nacional con 23 de los 32 votos para el primer lugar, superando de esa manera a Brandon Webb de los D-backs, al venezolano Johan Santana de los Mets y a CC Sabathia de los Cerveceros.
“Estaba más anonadado que otra cosa”, dijo Lincecum en aquel entonces. “Dada la competencia, simplemente tenía la esperanza de estar en el grupo. Pensé que Webb o Santana o hasta CC lo tenía. En cuanto a eso se refiere, mi reacción fue ‘¡Woo hoo!’ Literalmente, grité par de veces cuando colgué el teléfono”.
Lincecum se convirtió en el segundo lanzador de los Gigantes que se adjudicaba el premio y el primero desde Mike McCormick in 1967.
“Definitivamente, fuiste el foco de todo lo que fue bueno de los Gigantes este año”, el gerente general de los Gigantes, Brian Sabean, le dijo a Lincecum. “La organización tiene mucho motivo para estar orgulloso de tu logro individual. Tu etapa de inocencia terminó. Se va a esperar mucho de ti ahora”.
Lincecum, por supuesto, no decepcionó. Luego de esa temporada, tuvo otra campaña estupenda en la que logró efectividad 2.48 de 225.1 entradas para conseguir su segundo Cy Young consecutivo.
Del 2008 al 2011, Lincecum fue convocado a cuatro Juegos de Estrellas consecutivos, aunque las lesiones y una velocidad reducida apresuró su descenso y descarrilló su trayecto hacia el Salón de la Fama. En sus últimos cuatro años con los Gigantes, tuvo promedio de carreras limpias de 4.68 antes de unirse a los Angelinos, que lo dejaron en libertad luego de que tuviera efectividad de 9.16 en nueve salidas en el 2016, su última temporada de Grandes Ligas.
Dado que la cima de su carrera duró poco, no se espera que Lincecum reciba suficiente apoyo para tener un argumento convincente para el Salón de la Fama, pero sigue siendo una figura transcendental en la historia de San Francisco y su legado único perdurará entre los fanáticos de los Gigantes.
El grupo del 2022 del Salón de la Fama será anunciado en vivo por MLB Network el 25 de enero. Los candidatos deben recibir un 75 por ciento o más de los votos para ser exaltados y al menos el 5 por ciento para permanecer en la boleta para el próximo año.