Aquino le está haciendo honor a su sobrenombre
CINCINNATI -- El novato dominicano Arístides Aquino tuvo que hacer un cambio en la manera de pararse en el plato para hacerle honor de verdad a su sobrenombre: “The Punisher” (El Castigador).
Luego de que no se le ofreciera contrato y fuera sacado del roster de 40 después de la temporada pasada, Aquino fue firmado nuevamente a un contrato de ligas menores al día siguiente por los Rojos. Pero era obvio que su carrera estaba en una encrucijada. Cuando llegó a los entrenamientos, impresionó al cuerpo de coaches y al manager David Bell. Y durante la victoria del sábado de Cincinnati por 10-1 sobre los Cachorros en el Great American Ballpark, Aquino bateó tres jonrones en innings consecutivos, para llegar a siete en sus primeros 10 duelos en la Gran Carpa y así empatar un récord de Grandes Ligas.
Con los tres bambinazos en entradas corridas, Aquino igualó el registro de Trevor Story de los Rockies. Además, es el segundo jugador en la historia con un partido de tres cuadrangulares en sus primeros 10 encuentros, igualando a Bobby Estalella de los Filis en 1997.
“Sin dudas, nos ha abierto los ojos”, dijo Bell durante el fin de semana. “Estaba en un momento de su carrera en el que también tenía que demostrar su talento durante la temporada, para asegurarse de que era real. Para un cuerpo de coaches nuevo, donde todos estaban llegando, realmente se destacó sobre el resto”.
Aquino se ganó el premio “Chief Bender” como Jugador del Año de los Rojos en las menores en el 2016 después de conectar 23 jonrones, 26 dobles, y 12 triples, además de empujar 79 carreras por Clase-A Avanzada Daytona. Pero no mejoró en el 2017 en Doble-A Pensacola, bateando sólo .216 con 17 cuadrangulares y 145 ponches. Mostró una mejoría modesta en esa misma categoría en el 2018.
Cincinnati subió desde Pensacola el año pasado a Aquino, quien falló en su único turno al bate con el equipo grande el 19 de agosto ante los Gigantes. Este año, como invitado fuera de roster a los entrenamientos, trabajó con el coach de bateo Turner Ward y el instructor de bateo asistente Donnie Ecker.
“Creo que Donnie pasó un buen tiempo con él”, recordó Bell. “Lo vio como un jugador que tenía todo este talento, y también como un tremendo reto: ‘¿Cómo podemos ayudarlo a sacar lo mejor de sí mismo?’ Eso empezó en los entrenamientos, y (Aquino) fue capaz de mantener ese éxito con el tiempo”.
Aquino, quien tenía una forma cerrada tradicional de pararse en el plato, cambió a una exageradamente abierta en la que ve de frente al lanzador, parecida a la que usaba el también dominicano Tony Batista y el venezolano Andrés Galarraga. Una vez que el lanzador suelta la bola, Aquino mueve la pierna delantera hacia el plato y hace swing, normalmente con mucha fuerza.
“Cambié cómo me paraba para poder reconocer mejor los pitcheos. Eso me ayudó a tener más balance y ver mejores pitcheos”, dijo Aquino. “Tengo un mejor balance de mi cuerpo. Me ayuda a dadrle a la bola”.
Los resultados han demostrado eso. El joven de 24 años bateó .299 con .992 de OPS, 28 jonrones y 53 empujadas por Triple-A Louisville en el 2019. El 1ro de agosto, fue subido nuevamente por los Rojos después del cambio que llevó al cubano Yasiel Puig a Cleveland. El domingo contra los Cachorros, inició en el jardín derecho por novena vez en 10 partidos.
Aquino jonroneó en el segundo y tercer inning del duelo del sábado ante Kyle Hendricks, el abridor de los Cachorros, y en el cuarto contra el relevista Dillon Maples. El jueves, también vs. Chicago, conectó un cuadrangular que salió de su bate a 118.3 millas por hora. Desde que Statcast empezó a funcionar en el 2015, fue la bola más dura bateada por un jugador de los Rojos. Y también empató a su compatriota Gary Sánchez, receptor de los Yankees, y a Pete Alonso de los Mets como autores de los bambinazos más duros del 2019.
Terminada la jornada del domingo, Aquino había puesto 21 bolas en juego, con una velocidad promedio de salida de 91.2 mph.
Sus familiares y amigos en Santo Domingo están disfrutando el éxito que está teniendo.
“La gente allá en la casa dice que me paró muy feo en el home, pero que le doy muy bien a la bola”, dijo Aquino, cuyo sobrenombre se lo puso su hermano cuando eran niños.
Aquino también ha despertado comparaciones con Eric Davis, uno de los grandes jugadores de los Rojos, quien al igual que el dominicano usaba el número 44.
“Sé que Eric ponía sus manos un poco más abajo, pero más allá de eso, veo varias similitudes en su swing”, apuntó Bell.