“No podría haber soñado con esto”: Volpe listo para la S.M. con el club de su infancia

20 de octubre de 2024

NUEVA YORK -- Apretado contra una barricada de metal frente a una farmacia Duane Reade en la famosa avenida Broadway de Manhattan, estiraba el cuello para ver a sus héroes de los Yankees pasar en las carrozas del desfile. Ahí estaban , , , , los nombres por los que tanto gritó siendo un niño de 8 años, animando durante la temporada inaugural del club en el nuevo Yankee Stadium.

Era noviembre del 2009, y el pequeño Volpe, vestido aquella agradable y soleada tarde con su gorra favorita y una sudadera gris de los Bombarderos, esperaba que los viajes familiares para celebrar las victorias de la Serie Mundial se convirtieran en un evento anual. Quince años después, Volpe es el campocorto del equipo de los Yankees que acaba de ganar el banderín, el primer jugador en reclamar ese título desde su ídolo Jeter durante ese otoño ya lejano.

“Es un sueño hecho realidad, pero es mejor de lo que jamás soñé”, dijo Volpe el sábado, mientras los Yankees celebraban su victoria en la Serie de Campeonato de la Liga Americana sobre los Guardianes en una gran celebración en el Progressive Field. “Ser parte de este grupo de muchachos y de este equipo, tenemos la oportunidad de hacer algo histórico y especial. Es decir, no podría haber soñado con esto”.

Volpe atribuye su afición por los Yankees a sus padres, Michael e Isabella, bromeando que “realmente nunca tuve opción” al crecer en un hogar que todavía lleva al club en la sangre. Nueva Jersey es su hogar ahora, pero en aquel entonces vivían en el Upper East Side de Manhattan, compartiendo un plan de abonos con otras familias en la sección 200, cerca de la línea del jardín izquierdo, un territorio ideal para atrapar fouls.

Volpe recuerda la descarga de adrenalina que sentía cuando el Tren 4 salía a la luz del día en el Bronx, donde estiraba el cuello para ver la nueva catedral reluciente aparecer a la vista. Llegaba temprano para ver la práctica de bateo, casi siempre vistiendo el número 2 de Jeter en la espalda, y se maravillaba con la rutina de tiros de Alex Rodríguez antes del juego. La mayoría de las veces, el equipo local ganaba.

“Ese año hubo tantos walk-offs”, rememoró Volpe. “Fuimos a uno de los juegos donde Melky Cabrera bateó un jonrón para dejar en el terreno al otro equipo [el 22 de abril contra Oakland]. Sentía que ese año había un walk-off cada semana, y fue genial estar allí para uno de esos”.

Los recuerdos de Volpe de esa época son un poco borrosos; recuerda haber asistido al menos a un juego de playoffs, señalando que era tan ruidoso que “sentía que el estadio iba a derrumbarse por la forma en la que temblaba”. Pero Volpe está seguro de que no asistió a ninguno de los seis partidos contra los Filis en 2009, lo que significa que su primer juego de Serie Mundial será uno en el que él juegue.

“Va a ser eléctrico”, aseguró Volpe. “Estamos listos para el momento. Hemos pasado por todo. Sé que cuando llegue el momento, estaremos listos”.

Después de una campaña de novato en la que ganó el Guante de Oro de la Liga Americana como campocorto, uniéndose a Jeter como los únicos Yankees en hacerlo en esa posición, Volpe ha guardado lo mejor para el final este año. Durante la ronda regular, fue movido al primer puesto del lineup y luego bajado, terminando el año con una línea ofensiva de .243/.293/.364, 12 jonrones y 60 carreras impulsadas en 160 juegos.

Pero Volpe ha encontrado su ritmo en la postemporada, aportando una combinación de habilidad para hacer contacto y una agresiva capacidad para correr las bases en la parte baja del orden. El manager de los Yankees, Aaron Boone, atribuye este repunte al descanso entre el último juego de la temporada regular del club el 29 de septiembre y el inicio de la Serie Divisional de la Liga Americana contra los Reales.

“Lo observo todos los días desde el costado, y fue notorio para mí en la semana de descanso o en los días previos a la serie contra Kansas City”, explicó Boone. “Fue como, ‘Ahí está, eso es’. Creo que mecánicamente está en una mejor posición para conectar bien la bola. Para mí, simplemente está detrás de la pelota. Se ve mejor”.

Volpe estuvo de acuerdo con la evaluación de Boone, diciendo que el descanso de cinco días fue significativo. Utilizó ese tiempo sabiamente durante los entrenamientos del equipo en el Yankee Stadium, incluyendo repeticiones adicionales con la máquina Trajekt, un dispositivo de lanzamiento de alta tecnología que simula turnos al bate en vivo contra lanzadores de Grandes Ligas.

En nueve juegos en esta postemporada, Volpe tiene 9 hits en 29 turnos (.310) con un doble, ocho carreras impulsadas y dos bases robadas, números que no cuentan toda la historia, ya que también ha conectado varias bolas bien golpeadas hacia el lado derecho sin recompensa.

“Está teniendo turnos al bate realmente buenos”, acotó el jardinero Alex Verdugo, quien señaló la mayor velocidad de salida de Volpe en la postemporada. “Para mí, está controlando muy bien los turnos. Está usando todos los lados del terreno, bateando bolas a la banda contraria, bateando bolas a la izquierda y por el medio.

“Creo que cuando está haciendo eso y mantiene baja la trayectoria de la bola, generalmente eso le resulta bastante exitoso. Sé que algo ha sido un poco de mala suerte al batear directo a los jugadores, pero uno aceptaría esos turnos todos los días”.

Volpe explicó que no ha habido ningún cambio significativo en su enfoque; su éxito reciente proviene de confiar en sus habilidades. Lo resumió de esta manera: “Quiero pegarle fuerte a la bola. Quiero conectar bien con el bate. Así que cuando eso sucede, siento que estoy en una buena posición”.

Sí, ser el campocorto de los Yankees en la Serie Mundial ciertamente califica como una “buena posición”. Volpe no ha podido apreciar completamente el alcance de su viaje aún, diciendo que “la historia está lejos de terminar este año”. Pero sabe cómo debería terminar.

“Lo que hace a los Yankees ser los Yankees es ganar, y ganar una Serie Mundial”, resumió Volpe. “Para mí, siempre fue el estándar, al menos desde afuera. Ser seleccionado en el draft a los 18 años y subir a través del sistema, aprendiendo desde adentro cómo tratan a los jugadores. Es de primera clase por una razón, y todas las razones son para ganar".