ANAHEIM – La vida se va rápido. Pero en el caso del venezolano Albert Suárez, ese concepto podría quedarse corto.

Luego de estar casi siete años sin abrir un juego en las Mayores, Suárez lanzó 5.2 entradas en blanco el 17 de abril, en su primera salida con los Orioles. Pero obtener un triunfo en las Mayores era algo que lo había esquivado desde el 2016 – ese partido de la semana pasada lo ganaron los Orioles con un jonrón de oro de Cedric Mullins – pero el oriundo de San Félix finalmente se reencontró con la victoria el lunes por la noche.

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Suárez lanzó 5.2 episodios en blanco en el lauro de los Orioles por 4-2 sobre los Angelinos en el Angel Stadium, sumando así su primer triunfo en MLB desde el 23 de junio del 2016, cuando estaba aún con los Gigantes. El derecho de 34 años ponchó a cinco rivales, otorgó dos bases por bolas y permitió cuatro hits. Suárez generó 16 swings fallidos – ocho de los cuales fueron con la recta de cuatro costuras, cuatro con cambios y cuatro con rectas cortadas – con los 89 tiros que hizo en el partido.

“Se siente bien sumar el triunfo”, dijo Suárez sobre su primero en casi ocho años.

Suárez pasó 2,860 días – o siete años, nueve meses y 30 días – entre victorias en Grandes Ligas. Según el Elias Sports Bureau, el venezolano se convirtió en el segundo monticular en los últimos 70 años en pasar tanto tiempo entre victorias en Grandes Ligas como lanzador abridor. El otro serpentinero en hacerlo fue Travis Blackley, quien pasó 2,906 días sin ganar como abridor (2004-2012).

Luego está el hecho de que Suárez ha tenido dos aperturas consecutivas en las que no permite carreras, cubriendo más de cinco entradas en cada una. Ése es otro aspecto con un contexto histórico importante. Según Elias, Suárez se convirtió así en el primer lanzador desde 1893 – cuando la lomita fue movida a la distancia actual con respecto al plato – en conseguir salidas en blanco consecutivas de al menos cinco episodios en sus primeras dos aperturas de regreso, tras no haber lanzado en las Mayores en cinco años o más.

“Creo que hizo ajustes importantes en el juego”, señaló el manager de los Orioles, Brandon Hyde. “Trabajó bien junto [al receptor James] McCann. Empezaron a lanzar más cambios y rectas cortadas. Los bateadores no podían darse el lujo de esperar la recta. De nuevo, hizo una gran apertura”.