A sus 17 años, Ethan Salas ya demuestra potencial de Grandes Ligas
PEORIA, Arizona – Por muchas razones, los primeros campamentos de Grandes Ligas del venezolano Ethan Salas fueron un éxito. Era un joven de 17 años rodeado de veteranos del doble de su edad. Pero Salas se defendió.
En nueve visitas al plato, conectó un sencillo, un doble hacia su banda contraria y negoció un boleto. Recibió los pitcheos de algunos de los lanzadores más prometedores de los Padres e incluso fue receptor de algunos ligamayoristas. No hubo un momento en el que se haya visto superado por el nivel – ya sea en sesiones de bullpen, en los terrenos traseros o en el Peoria Stadium.
¿Pero cuál fue la verdadera razón del éxito de Salas con los Padres, según el propio venezolano?
“Pude pasar tiempo con jugadores de Grandes Ligas”, expresó Salas. “Realmente aprendí sobre cómo hay que comportarse [a este nivel]”.
¿Cómo aprendió eso?
“Ves la diferencia”, señaló el careta. “De vuelta en los campamentos de las menores, puedes apreciar las diferencias. Ves cómo se comportan los ligaminoristas y los jugadores de las Mayores – te das cuenta por qué estos chicos están donde están y por qué hay otros que no están donde quisieran”.
Claro, Salas quiere ser uno de esos ligamayoristas. Como el prospecto número uno de los Padres y octavo de todo el béisbol, según MLB Pipeline, tiene todas las herramientas para conseguirlo. Particularmente al ver su ética de trabajo.
Un scout del equipo recuerda una tarde de enero, cuando pensó que ya todos los jugadores habían abandonado las instalaciones. Pero de pronto escuchó un swing que despertó su curiosidad. Ahí estaba Salas, luego de haber tenido una ronda completa de bateo esa misma mañana. Había quedado frustrado porque no sintió que su swing estaba como él quería.
El viernes, Salas figura como uno de los jugadores más llamativos de la primera edición del Spring Breakout, en el duelo entre los Padres y los Marineros.
“Estoy listo para competir”, dijo Salas. “Listo para medirme ante ellos y ver quién es mejor. Será divertido”.
Debido a la familiaridad que tiene Salas con varios de los brazos de la organización, los Padres enviaron a dos de sus mejores prospectos a la lomita; Robby Snelling (Nro. 36 de MLB) y Dylan Lesko (Nro. 56). Adam Mazur, Ryan Bergert y Auson Krob – todos en el Top 15 de San Diego – podrían treparse también a la loma.
Claro, Salas ya ha fungido como cátcher de todo ese grupo. Ascendió por las fincas del club el año pasado a un ritmo sin precedentes. Se convirtió en el primer jugador de 16 años en disputar una temporada completa a nivel profesional desde que el mexicano Julio César Urías lo hizo hace una década.
Luego, fue movido a Clase-A Fuerte y eventualmente a Doble-A, en donde fue parte de la postemporada con San Antonio. Pero no fue casualidad. Salas fue ascendido junto a los mejores lanzadores del grupo. Al disputar juegos con significado, Salas desarrolló un vínculo con sus compañeros.
“Esas experiencias con esos chicos, trabajar junto a ellos a esas alturas del año, fue beneficioso de cara a esta primavera”, expresó Salas. “En general para mí, como receptor, tengo que tener buenas relaciones. Si la organización cree que algunos chicos van a estar juntos por mucho tiempo, será importante desarrollar ese vínculo temprano. Creo que lo hicimos. Me encanta contar con estos chicos aquí. Son unas bestias”.
Se habló mucho sobre si el vertiginoso ascenso de Salas podría perjudicar el desarrollo del venezolano. Pero, internamente, los Padres nunca tuvieron dudas.
Eso, gracias a la capacidad de Salas de lidiar con el fracaso. Pueden retarlo, dicen, porque saben que no se alejará de las dificultades.
Ahora, 14 meses después de haber firmado, Salas es uno de los mejores prospectos de todo el béisbol. Luce difícil que ascienda a las Mayores en el 2024, pero podría hacerlo tan pronto como en el 2025, lo que lo convertiría en el primer receptor de 18 años en jugar en las Grandes Ligas desde que Brian Milner lo hizo en 1978.
“Tienes que hacer ajustes con base a los sucedido el año pasado”, explicó Salas. “Seguir mejorando las pequeñas cosas. La temporada es larga. Yo ahora sé comer mejor, dormir mejor, recuperarme mejor. Todas esas cosas que no sabía el año pasado y que me van a ayudar en este. Ahora tengo una idea de cómo luce una campaña. Sólo tengo que salir y jugar más”.