La tarde del domingo en el Truist Park de Atlanta, el receptor de los Marlins, Nick Fortes, fue golpeado en el casco por un envío del relevista Jackson Stephens de los Bravos en la parte alta de la séptima entrada. Fortes, 29no mejor prospecto de Miami, es relativamente nuevo en las Grandes Ligas; el jugador de 25 años estaba disputando su primer juego de la temporada 2022 y apenas el número 15 de su carrera en las Mayores.

El primer pitcheo de Stephens fue un sinker a 93.5 millas por hora que hizo lo opuesto a lo que hace normalmente dicho lanzamiento, golpeando a Fortes en el casco. Es algo que ningún bateador quiere experimentar, y mucho menos en tu estreno de una campaña

El receptor de los Bravos, Travis d’Arnaud, se levantó inmediatamente para ver cómo estaba Fortes, quien se paró rápidamente. Los trainers de los Marlins también salieron disparados de la cueva para revisar a Fortes, pero éste afortunadamente se quedó en el partido y se fue trotando a la primera almohadilla.

El siguiente bateador, Jon Berti, falló con un rodado, moviendo a Fortes a la segunda base. Ahí fue recibido Fortes afectuosamente por el segunda base de los Bravos, Ozzie Albies, quien revisó el casco de su rival y se fijó en la marca que dejó el pelotazo en el mismo. Quizás tratando de evitar potenciales malos sentimientos entre Fortes y los Bravos, Albies le dio un buen beso al casco, justo donde dio la bola.

Fortes no pudo evitar sonreír, quizás olvidando en ese momento el impacto del bolazo, y anotó a los pocos minutos con un jonrón de dos carreras del cubano Jorge Soler.

“(Albies) es un muchacho divertido. Lo único que uno puede hacer es reírse”, confesó Fortes.

Lo que pudo haber sido una situación bien peligrosa para el joven de los Marlins terminó convertido en un momento de lo más tierno entre los dos rivales de división, sellado con un beso.