Guardianes regresan a casa en busca de reencontrar su magia de local
CLEVELAND -- No hay lugar como el hogar para los Guardianes, cuyo récord de 50-30 en el Progressive Field durante la temporada regular fue el mejor de la Liga Americana. A medida que esta Serie de Campeonato de la L.A. se aleja de la atmósfera estridente del Yankee Stadium, defender la casa es imprescindible para los Guardianes si quieren tener alguna posibilidad de salir del poco deseable hoyo de 2-0 contra Nueva York.
Fue evidente lo mucho que Progressive Field puede ser una fortaleza en la Serie Divisional contra los Tigres. Los Guardianes se alimentaron de la energía de los fanáticos de Cleveland en el Juego 1, con una explosión de cinco carreras en el primer inning que los llevó a una victoria de 7-0. Las vibras fueron aún más intensas en el Juego 5, cuando el estadio se vino abajo después de que Lane Thomas conectara un dramático grand slam contra el probable ganador del Cy Young de la Liga Americana, Tarik Skubal, lo que catapultó a los Guardianes a la siguiente ronda de la postemporada.
“La energía fue increíble y fue especial ver cuánto apoyo y amor nos muestran los fanáticos”, dijo el campocorto venezolanos Brayan Rocchio. “Especialmente cuando las cosas iban bien o no tan bien. Para nosotros, es la motivación para seguir adelante porque su energía y apoyo no tienen comparación”.
Tras la derrota en el Juego 2, el jardinero izquierdo Steven Kwan subrayó la importancia de que el equipo vuelva a su estilo, el llamado “Guard Ball”, que consiste en jugar béisbol fundamentalmente sólido y hacer las pequeñas cosas – correr las bases agresivamente, tocar la bola, mover a los corredores – que ejercen presión sobre el otro equipo.
Durante la mayor parte de los primeros dos juegos contra los Yankees, esa presión por parte de Cleveland estuvo ausente. En cambio, tuvieron que lidiar con déficits tempranos y no pudieron utilizar a Los Cuatro Grandes — Cade Smith, Tim Herrin, Hunter Gaddis, Emmanuel Clase — para acortar los juegos desde el bullpen, como lo hicieron tan a menudo durante la temporada regular.
¿Podría un regreso al calor del hogar ayudar a que ese estilo de juego resurja?
“Creo que podría ser que el público se meta en el juego”, comentó el manager de los Guardianes, Stephen Vogt. “Simplemente creo que cuando hacemos que las cosas sucedan y empezamos a generar oportunidades, es cuando hacemos clic. Lo hicimos [el martes] por la noche. Simplemente no pudimos dar ese gran hit”.
El tan esperado “gran hit” se les escapó a los Guardianes en ambas derrotas en el Yankee Stadium, combinándose para irse de 11-1 con corredores en posición anotadora y dejando un total de 16 corredores en base en los dos primeros encuentros.
Si bien no hay grandes discrepancias con el cuerpo de lanzadores en cuanto a las divisiones de local/visitante, los números muestran que los Guardianes disfrutan de un mayor éxito ofensivo en casa. Durante la ronda regular, batearon para .245 con un OPS de .729 como equipo en el Progressive Field, en comparación con un promedio de .231 y un OPS de .678 en la carretera. También conectaron más vuelacercas en Cleveland (99) que como visitantes (86).
El ambiente de casa parece sacar lo mejor de algunos de estos bateadores. El OPS de Josh Naylor fue más de 150 puntos superior en casa (.852) que fuera de ella (.699) esta temporada. Incluso el dominicano José Ramírez – que es bueno en cualquier lugar – elevó su juego en Cleveland, bateando para .301 con un OPS de .915 en casa, en comparación con .257 y un OPS de .829 como visitante. Cualquiera de estos toleteros, ambos relativamente tranquilos en esta postemporada hasta ahora, es capaz de cambiar el juego en esta alineación.
Basado en lo que vimos en la SDLA, está claro que el público llenará el estadio. Será un ambiente tan ruidoso y electrizante como siempre, con la esperanza de empujar a los Guardianes hacia su primer banderín de la Liga Americana desde 2016, que Cleveland aseguró en la carretera contra los Azulejos ese año. Tendrían que hacer lo mismo este año en Nueva York si logran llevar la serie de regreso al Bronx.
Todo comienza con el Juego 3 la noche del jueves, volviendo a esa fórmula ganadora: Aplicar presión desde el principio por cualquier medio posible para asegurar una ventaja y luego entregarla a su dominante bullpen.
“Nos encanta jugar en casa”, insistió Vogt. “Nos encanta jugar frente a nuestros fanáticos. Creo que para nosotros, sabiendo que tenemos tres juegos aquí, nos sentimos muy bien al respecto. Obviamente, nos hubiera encantado ganar uno en Nueva York, pero aún nos sentimos muy confiados en nuestras posibilidades”.