SAN FRANCISCO – De ahora en adelante, Willy Adames y Buster Posey estarán unidos por varios lazos en la historia de los Gigantes.

Cuando Adames acordó un contrato de siete años y US$182 millones para unirse a San Francisco, marcó el primer gran movimiento de Posey en su rol como presidente de operaciones de béisbol del club. Además, el acuerdo de Adames es el contrato más grande en la historia de los Gigantes, superando nada menos que la extensión de nueve años y US$167 millones que el mismo Posey firmó en 2013.

Presentado como miembro de los Gigantes el jueves en el Oracle Park, Adames destacó otra conexión que espera compartir con Posey.

“Espero que podamos ganar algunos campeonatos, como tú lo hiciste”, dijo Adames, dirigiéndose a Posey. “Esa es una de las principales razones por las que estoy aquí”.

Luciendo por primera vez el uniforme naranja y negro con el número 2 en la espalda -- el mismo número que usaba Derek Jeter, a quien Adames dijo considerar su ídolo -- el nuevo campocorto de los Gigantes expresó su confianza en la visión de Posey para la franquicia, lo cual fue una parte clave de su decisión de venir a San Francisco.

El sentimiento era mutuo. Adames aporta un historial destacado como defensor --aunque dio un paso atrás en ese aspecto en 2024-- y debería ser un bate confiable con poder en la parte gruesa del lineup. Los Gigantes se convencieron aún más de que Adames era el indicado cuando conocieron a la persona detrás del jugador.

“[El expiloto de Adames] Craig Counsell, leí, dijo que él es ‘un conector único de personas’”, señaló Posey. “Eso realmente me impactó, porque creo que para ganar campeonatos, necesitas personalidades como la de Willy, que sean capaces de identificarse con todos en el clubhouse, y eso incluye no solo a los jugadores.

“Escuché de varias personas que Willy trata a todos con el máximo respeto. Juega con energía, con alegría, y sé que nuestros fanáticos estarán encantados de verlo competir día a día”.

Los Gigantes podrían tener uno de los mejores lados izquierdos del cuadro por años, ya que Adames se une a Matt Chapman, un ganador del Guante de Oro en cinco ocasiones en la tercera base, a quien San Francisco extendió con un contrato de seis años y US$151 millones en septiembre.

“Estoy realmente emocionado de jugar a su lado, aprender de él y ayudarnos mutuamente”, dijo Adames sobre Chapman. “Creo que podemos liderar a este grupo joven de jugadores para ser profesionales, grandes compañeros en el clubhouse, y salir a competir todos los días. Y si tienes tipos así en el clubhouse, seguramente vas a ganar”.

San Francisco no ha tenido mucha estabilidad en el campocorto desde los días de Brandon Crawford, cuya última temporada con los Gigantes fue en 2023 antes de anunciar su retiro tras un paso por los Cardenales en 2024. La solución a largo plazo alguna vez se pensó que sería el ex prospecto dominicano Marco Luciano, quien tuvo dificultades defensivas en la posición y aún no ha tenido un período prolongado para establecer consistencia en el plato en las Mayores.

Después de una temporada en la que estableció máximos personales con 32 jonrones, 112 carreras impulsadas y 21 bases robadas, Adames podría ofrecer aún más valor con su durabilidad. El dominicano de 29 años vio acción en 161 juegos en 2024 y no quiere tomarse ningún día libre en 2025.

“Si él me deja”, dijo Adames con una sonrisa, refiriéndose a su nuevo capataz, Bob Melvin.

“Todo equipo quiere a un Willy Adames en su plantilla”, dijo Melvin. “Creo que lo que más me impacta es que cuando lo veía jugar un par de veces al año desde el otro lado... nunca parecía tener un mal día. Siempre parecía que era el Día Inaugural para él”.

Además de su confianza en la dirección de la organización, Adames compartió su entusiasmo por estar en San Francisco. En años recientes, ha existido una narrativa de que los agentes libres no tienen una percepción positiva de la ciudad, lo que ha llevado a que los Gigantes no hayan firmado a los mejores jugadores.

Adames espera que una era ganadora del béisbol de los Gigantes ayude a cambiar esa percepción, y Posey ha visto de primera mano cómo los campeonatos pueden impactar a la Bahía.

“Esta es una ciudad de béisbol”, dijo Posey. “Esta ciudad quiere grandes jugadores. Quiere grandes equipos. Tuve la suerte de ser parte de algunos de esos grandes equipos junto a grandes jugadores. Y todo está bien en el mundo cuando los Gigantes están jugando buen béisbol, en mi opinión”.