¿Qué esperar de Mookie Betts en el campo corto? Aquí, un análisis detallado

12 de marzo de 2024

Por segunda vez esta temporada muerta, la superestrella está realizando un cambio de posición posiblemente sin precedentes.

En diciembre, los Dodgers declararon que el seis veces ganador del premio Guante de Oro se mudaría permanentemente desde el jardín derecho a la segunda base, una mudanza que en ese momento parecía tener mucho sentido, a pesar de lo sorprendente que parecía. Pero resulta que aún estaba por venir un cambio mucho más impactante. A finales de la semana pasada, casi un mes después del inicio del Spring Training, el mánager Dave Roberts dijo que Betts sería ahora su shortstop de todos los días, gracias a los continuos problemas defensivos de Gavin Lux, quien ahora será enviado de vuelta al segundo saco.

Si el traslado a la intermedia fue inesperado, entonces el cambio al campocorto es verdaderamente impactante y está impulsado mucho más por la desesperación que por el deseo. Desde que comenzó la era integrada del béisbol en 1947, solo 13 jugadores han disputado 100 juegos tanto en el jardín derecho como en el campocorto en sus carreras, y ninguno de ellos lo hizo de esta forma, moviéndose al infield a los 31 años. (De los 13, la mayoría eran utilities o pasaron del cuadro al outfield, como el dominicano Fernando Tatis Jr. El único movimiento algo similar del right al short también fue en los Dodgers, cuando Bill Russell lo hizo en 1972. Pero la gran diferencia es que Russell tenía 23 años cuando hizo la transición).

Aunque Betts es capaz de hacer casi cualquier proeza en un terreno de béisbol, esto tampoco es exactamente el plan, como se evidencia por A) lo tarde que hicieron los Dodgers esto en la primavera y B) las pocas veces que se ha intentado algo así en la historia moderna del béisbol. ¿Pero cómo podría lucir? Aunque los 98 innings y 46 oportunidades que tuvo en las paradas cortas en breves períodos durante la primera mitad del año pasado no nos dan mucho en qué basarnos, al menos son algo. Cuarenta y seis son más que cero, ¿verdad?

Desglosemos estos datos con información de Statcast y veamos qué podríamos aprender.

Los elevaditos fáciles al infield (seis de seis)

Prácticamente cualquier torpedero de Grandes Ligas debería ser capaz de atrapar casi cualquier elevado que se acerque a ellos, y eso podría ser todavía más claro para un patrullero experimentado. Hubo seis bolas bateadas hacia Betts en las tuvo al menos cinco segundos para llegarles, lo que solo puede suceder realmente en un elevado, y capturó sin problemas las seis. Variaron desde batazos extremadamente fáciles (necesitando cubrir solo 7.5 pies para agarrar este globito de Cody Bellinger) hasta simplemente bastante fáciles (moviéndose 60.2 pies hacia el terreno corto del center para tomar este fly del panameño Edmundo Sosa).

Las seis fueron calificadas con al menos un 95% de probabilidades de ser atrapadas, según las estimaciones de Statcast. Betts completó las seis, como debería hacerlo cualquier infielder competente. No hay mucho que aprender aquí, excepto que si estos lances no se hubieran completado, entonces el resto no importaría mucho.

Las jugadas casi imposibles (de 8-0)

Hubo ocho batazos con baja probabilidad de atrapados – todos anotados como sencillos – a los que Betts tuvo la oportunidad de llegarle… y no le llegó a ninguno de ellos. Todas fueron el tipo de jugadas que tenían una probabilidad del 10% o menos de convertirse en un out.

Si bien un defensor de clase mundial podría haber convertido alguna en out, estas oportunidades simplemente no terminan siendo outs con mucha frecuencia para nadie. ¿Un campocorto más alto atrapa esta línea de Patrick Wisdom? Quizás. ¿Un defensor de élite como Dansby Swanson encuentra la manera de llegar a este roletazo de Blake Sabol por el medio del terreno? Tal vez, en su mejor día. Que Betts no le haya llegado a ninguna de estas conexiones no es realmente un problema tanto como lo que se esperaba, y los Dodgers realmente no se preocuparán por este tipo de cosas siempre y cuando pueda hacer la rutina.

Su mejor jugada del año (de 1-1)

La jugada más difícil de Betts del año puede que no haya lucido mucho como tal, pero terminó siendo calificada mejor de lo que podrías pensar. Tuvo que ir hacia adelante para tomar un rodado lento, y el bateador de Washington, Lane Thomas, se considera uno de los jugadores más rápidos de las Grandes Ligas, lo cual se tiene en cuenta en las métricas. Podrías ver esto y decir que la mayoría de los shortstops deberían hacer este out, pero recuerda que estamos hablando de un outfielder con años de experiencia, no de la mayoría de los torpederos.

Los rodados fáciles (de 31-27)

Este es realmente el meollo del asunto. Aproximadamente dos tercios de las oportunidades que Betts vio fueron jugadas regulares que realmente definen si un infielder es bueno o no. Swanson, por ejemplo, tuvo más de 300 oportunidades con una tasa de éxito estimada del 90% o más, y convirtió el 98% de ellas; por mucho que nos encante hablar de los lances espectaculares, si hemos aprendido algo sobre la defensiva en la era del seguimiento de jugadores, es que lo que importa más que nada es simplemente hacer la rutina.

Betts convirtió el 87% de las suyas (el 89%, incluyendo los elevados), aunque insistimos en que fue una muestra muy pequeña. Muchas de ellas se veían exactamente como cualquier otro out por la vía 6-3 que has visto mil millones de veces, lo cual es un gran elogio. Que Betts “pareciera un campocorto” y no “un jardinero fuera de posición” significa bastante. Queda claro en estos ejemplos, como cuando retiró al rápido Tim Anderson o al lento receptor Chad Wallach.

Incluso mostró habilidad para completar un doble play, de varias maneras. Aquí lo vemos comenzando uno impresionante por la vía 6-4-3 contra Hunter Renfroe...

... y estando en medio de uno, como cuando él y Freddie Freeman se unieron para hacer uno 3-6-3.

Incluso mostró un buen salto en esta doble matanza 6-3 contra Wisdom, cuando tomó la pelota en segunda por su cuenta antes de tirársela a Freeman en primera base. Y eso fue en su primer juego como campocorto en las Grandes Ligas.

Entonces: ¿A qué no pudo llegarle?

Betts cometió tres errores, todos en jugadas calificadas con una tasa de éxito estimada del 90% o más, es decir, lances que normalmente serían realizados por la mayoría de los shortstops. Uno ocurrió cuando intentó apresurar un tiro para retirar a Tatis y lanzó mal. Otro ocurrió cuando un roletazo del venezolano Freddy Fermin lo sorprendió y la bola le rebotó en el pecho. El tercero ocurrió cuando un tiró desviado sacó a Freeman de la almohadilla y permitió que Jake Burger llegara a salvo.

No hay nada particularmente notable sobre esas jugadas; son jugadas normales del béisbol que se espera que un campocorto complete la mayoría, o todas las veces.

Y eso, realmente, es lo importante aquí. Betts no está ahí para hacer los outs deslumbrantes; la mayoría de los campocortos no hacen esos lances la mayor parte del tiempo. La pregunta realmente es cuántas de las jugadas rutinarias puede hacer, porque si observamos aquellas consideradas con una probabilidad del 90% o más, de las cuales un campocorto regular verá cientos de veces al año, entonces el margen de éxito es muy estrecho.

Como dijimos, Swanson, que fue élite el año pasado, completó el 98% de esas oportunidades. El campocorto con la calificación más baja del año pasado, el dominicano Amed Rosario, solo convirtió el 91% de ellas. Aún así, eso es mucho, son nueve de cada diez, y incluso así Rosario no fue lo suficientemente bueno. Si Betts puede hacer que esto funcione depende enteramente de eso, de si puede convertir ese 87% en algo así como un 94%. La capacidad atlética no está en duda aquí; es la experiencia y la consistencia lo que está en juego.

Porque sabemos que la habilidad está ahí, esto no es algo como pedirle al venezolano Salvador Pérez o a Kyle Schwarber que jueguen de campocorto. Todo indica que Betts probablemente pueda ser una opción real, aunque no espectacular, para la posición 6. Dada la situación en la que se encuentran los Dodgers, eso probablemente sea suficiente. (Sin mencionar cómo se vería la conversación sobre el JMV de la Liga Nacional si puede jugar la posición competentemente mientras mantiene su habitual nivel de élite en la ofensiva, pero esa es una conversación para otro momento).

De todos modos, es poco probable que Betts sea el short regular durante 162 juegos, porque el venezolano Miguel Rojas todavía tiene un gran guante, y si resulta que los problemas de Lux tirando la pelota también le impiden manejar la segunda base, entonces Betts aún podría encontrarse de regreso en el lado derecho del infield con Rojas o una adquisición futura en el campocorto.

Entre todo eso y el guante relativamente débil de Max Muncy en la antesala, es poco probable que los Dodgers tengan una defensiva sólida en el infield este año. Según las últimas proyecciones de FanGraphs – que le dan a Betts una división aproximada de 60/20/20 juegos entre el campocorto, la segunda base y el outfield, respectivamente – los Dodgers actualmente están proyectados para tener la cuarta peor defensiva del infield, solo por delante de Marlins, Tigres y Angelinos. Va a ser un problema. Es posible que Freeman sea el único infielder titular promedio del club, a menos que Rojas reciba más tiempo del esperado.

Sin embargo, eso también fue cierto el año pasado: el infield de Los Ángeles ocupó el puesto 24, y aún así ganaron 100 juegos. Pero si algo tiene probabilidades de torpedear lo que parece ser la máquina imparable de los Dodgers, esto podría serlo.