Los pitchers nacieron para batear... bueno, algunos de ellos
La vista de un relevista cuadrándose en la caja de bateo se convierte en una especie de espectáculo. Y es aún mejor si dicho momento se produce en una Serie Mundial.
Tales fueron los hechos que nos brindó el mexicano José Urquidy, a quien lo apuntaron de noveno en la alineación al recibir la encomienda de ser el “relevista abridor” para los Astros de Houston ante los Nacionales de Washington, en el Juego 4 el sábado por la noche en la capital estadounidense.
Para el nativo de Mazatlán y sus compañeros dentro de la cueva visitante, los dos turnos fueron una experiencia fuera del cuerpo ya que apenas contaba con cuatro apariciones como bateador en la temporada regular, ponchándose en tres de ellas.
Al dirigirse a la caja de bateo en la segunda entrada, Urquidy tuvo que regresar al dugout y cambiar de bate, eligiendo el madero del puertorriqueño Martín Maldonado para producir varias carcajadas entre sus compañeros por la forma en que le conectaba a la bola. El intento fue apreciado al finalizar su turno con un rodado al cuadro.
Su segundo viaje al plato puso en juego una de las estrategias que se implementa en la Liga Nacional la mayoría de las veces que batea un pitcher con corredores en base: Moverlo de una estación a la otra.
¿El resultado? Un ponche al fallar por tercera vez un toque de bola.
Las palabras del héroe de la noche.
— MLB México (@MLB_Mexico) October 27, 2019
Urquidy le deja este mensaje a los fans mexicanos.#YoAmoElBeis#MexicanPower pic.twitter.com/EiMygh0yt2
Pero al final del día su responsabilidad era apagar los bates de los Nacionales y el mexicano de 24 años lo hizo, blanqueando a los campeones de la Liga Nacional a lo largo de cinco entradas con dos hits y cuatro ponches para igualar el Clásico de Otoño a dos triunfos por bando.
Si bien fue divertido ver a Urquidy tratar de duplicar la proeza ofensiva de los bates pesados de su equipo, fue grande verlo cómo dominó los bates de los Nacionales en su propia casa.