La postemporada seguirá siendo la época de las icónicas celebraciones
No puede haber otro deporte cuya celebración para ganar un partido se compare con la locura que se estalla sobre el diamante de béisbol.
La fecha del 14 de octubre ha sido sinónima con varias de ellas.
El jonrón de Ozzie Smith y viéndolo saltar por el cuadro para elevar a los Cardenales hacia la victoria en el Juego 5 de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional en 1985.
El sencillo del dominicano Francisco Cabrera en la parte baja de la novena entrada del Juego 7 del choque por el banderín del Viejo Circuito, que desató una celebración memorable en el home luego de que Sid Bream se deslizara para vencer el tiro de Barry Bonds y colocar a los Bravos en la Serie Mundial de 1992.
Y a pesar de que no produjo un walk-off, es imposible olvidar el bat flip de todos los bat flips cuando el quisqueyano José Bautista conectó un jonrón monumental en el Juego 5 de la Serie Divisional de la Liga Americana en el 2015 para guiar a los Azulejos a la Serie de Campeonato.
Todos estos momentos icónicos y sus respectivas celebraciones nos hace recordar lo que se vivió la madrugada del lunes en Houston cuando el puertorriqueño se voló la barda de Minute Maid Park para darle la victoria a los Astros.
¿Su festejo?
Pues fue una remezcla, imitando el famoso pose del luchador Hulk Hogan al colocar su mano sobre su oreja para dejarle saber a la fanaticada que quería escuchar sus gritos a un máximo nivel.
Y antes de pisar el plato donde lo esperaban sus compañeros, les lanzó su casco como si lo fuese una pelota de baloncesto, tal vez en honor a la nueva estrella de la ciudad tejana, Russell Westbrook, quien gozó de la acción de la postemporada en persona.
Ya estamos a la espera de ver quien supera la emoción de Correa y los otros héroes del pasado de los playoffs.