El día que Larry Bird se retiró del béisbol
Mucho antes de que Michael Jordan incursionara en el mundo del béisbol, a una futura estrella se le ocurría la idea de probar su suerte en un pequeño pueblo de Indiana.
Habían pasado semanas desde que Larry Bird había impulsado a Indiana State al juego del campeonato de la NCAA de 1979, cayendo entonces ante Michigan State y Magic Johnson - quien junto a Bird pasaría la batuta de la NBA a Jordan.
Bird, Magic and Jordan on the Dream Team was such a special time 🙌🏼
— SLAM (@SLAMonline) May 9, 2020
(via @NBA)pic.twitter.com/EhVj7ZjQOW
Bob Warn, el manager del equipo de béisbol, bromeó una noche con Bird, quejándose de que el futuro NBA vivía dentro del salón de entrenamiento recibiendo tratamiento para sus adoloridas rodillas con bolsas de hielo. Warn de nuevo llegó a encontrarse con la leyenda de los Celtics al día siguiente recibiendo tratamiento en sus rodillas y jocosamente le dijo que los verdaderos hombres jugaban con pelotas del tamaño de las que se utilizan en el diamante.
“Tú tienes que tener un balón grande de baloncesto o no lo puedes hacer”, aseveraba el dirigente.
Bird aceptó el reto bajo la condición de Warn, quien le instruyó que tenía que dejarse llevar de los otros jugadores del infield. Allí estuvo en la alineación como el inicialista titular para el segundo partido de la doble jornada que se llevó a cabo el 29 de abril, sentando la base para un evento que provocaría pánico desde Terre Haute, Indiana, hasta el icónico suelo de parquet del Boston Garden.
Luego de poncharse en su primer turno y conectar un sencillo de dos carreras en su próxima vuelta, Bird generó silencio en el estadio al chocar con el receptor mientras perseguía un elevado.
En aquel momento, Warn indicó que apenas pudo pensar: “Dios mío, ¿qué he hecho?”.
Bird se paró después de varios segundos recostado sobre el pasto, decidiendo retirarse con un promedio ofensivo de .500 - el máximo average para cualquier pelotero en la historia del programa, independientemente de cuántos turnos al bate tuviera acumulados.
“Todo el tiempo que había estado jugando baloncesto, nunca me habían dejado inconsciente”, aseveraba Bird. “Me sucedió en un partido de béisbol. Me dolió mucho. Así que el fin de la carrera, de 2-1, promedio de .500, dos RBI. Pensé que no podría hacer mucho mejor que eso.”
Bird y Jordan, el núcleo de un lineup, pero pocos están listos para esta conversación.