Carlos Delgado conectó 4 jonrones en un juego mientras... ¡tenía gripe! La historia contada por su protagonista
El boricua Carlos Delgado jugó 17 años en las Mayores, durante los cuales conectó un total de 473 jonrones mientras vestía los uniformes de tres equipos: los Azulejos de Toronto, los Marlins de la Florida y los Mets de Nueva York. Pero el 25 de septiembre del 2003 fue el protagonista de una jornada única: Esa noche, el bateador zurdo natural de Aguadilla conectó cuatro cuadrangulares en la victoria de los Azulejos sobre los Tampa Bay Devil Rays, 10 carreras por 8 en el Skydome de la ciudad canadiense.
Lo que muchas personas no conocen es que ese día Carlos tenía gripe e incluso, el médico del equipo le había recetado tomar antibióticos, lo cual nos puede dar una idea clara acerca del malestar que sentía entonces el jugador puertorriqueño.
"Fue uno de esos días que tú nunca olvidas, por lo que pasó. El resultado fueron los cuatro jonrones, lo que siempre me parece irónico y cuando lo cuento mucha gente no lo cree: Esa semana estaba con catarro. Había ido al médico, pero ese día, particularmente, no me sentía bien. Llegué al parque sintiéndome un poco cansado y solamente agarré dos rondas de la práctica de bateo- le contó el exjugador de la Gran Carpa a Corte4 en una reciente entrevista telefónica.
"Voy al camerino y me recuesto. Le dije al trainer que me avisara a las 6:50 p.m. a ver cómo me sentía entonces. Y así fue. Me levanté diciéndome: 'Caballo, lo básico, no tratar de hacer más de la cuenta. Vamos a tratar de ver la bola y a darle'- nos contó el exligamayorista desde su hogar en Dorado, Puerto Rico.
Después de ese primer cuadrangular (su 38vo de la campaña y su 300mo de por vida en MLB), Carlos no sintió presión alguna. Depositar la pelota al otro lado de las cercas se había convertido en algo normal para él. Recordemos que desde 1997 venía hilando una impresionante racha de temporadas con 30 o más vuelacercas, un total de siete, si contamos también la de ese año. Pero en el 2003, Carlos había gozado únicamente de cuatro jornadas multijonrones, todas con un dúo per cápita. Y esa noche sería la quinta...
"En el tercer turno me traen de relevo a un pitcher que se llama Joe Kennedy. Históricamente yo no había tenido ni mucho ni poco éxito con él. Incluso, como decimos los boricuas, le podía pedir la bendición y no perdía. Me había dominado siempre durante mi carrera. Típicamente, él me tiraba sinker bajito y adentro y me dominaba. En esa ocasión me tiró una curvita que se quedó 'jangueá' y le di jonrón..."- relató Delgado.
Así las cosas, y con un swing, el espigado inicialista alcanzaba el trío de cuadrangulares por primera vez en la temporada del 2003, aunque dicha hazaña no era nueva para él, pues esa era la quinta ocasión en su carrera de Grandes Ligas en la que la lograba. Sin embargo, Carlos se sentía en otro mundo: "No recuerdo recorrer las bases en el tercer jonrón. Yo estaba en otro planeta".
Y entonces llegó la magia... En el octavo episodio, ante los envíos del cerrador de Tampa, Lance Carter, y en conteo parejo de dos strikes y dos bolas, el boricua conectó un batazo que aterrizó justo encima del restaurante Windows, ubicado sobre las gradas del jardín central. Sencillamente impresionante.
"Yo no recuerdo correr las bases tampoco, ni recuerdo tirar el bate. El 'bat-flip' fue un movimiento involuntario, no lo hice adrede... Pero ese era un día en el que yo estaba en otro mundo y los planetas estaban alineados, porque después del juego vi el video de los pitcheos y mi reacción fue como: 'No, no, ese video está mal. No puede ser, yo vi esas bolas todas por el medio de home'... Yo estaba enfermo, me sentía mal... Aunque ojalá hubiera estado enfermo más a menudo (Risas)."
Carlos Delgado también le comentó a Corte4 lo que significa para él estar en un exclusivo listado de apenas 18 jugadores en la historia de las Mayores que han logrado lo que él aquella noche del 25 de septiembre del 2003 en Toronto: "Definitivamente es un honor, y es una de esas historias que es buena para contarla y compartirla con los niños, pero... eso no define tu carrera. Es muy difícil, casi imposible decir 'Ok, hoy voy a dar cuatro jonrones.' Son cosas que no puedes controlar."
Carlos es todo emoción cuando habla de su noche mágica, la cual se disfrutó (a pesar de la gripe) y recuerda con lujo de detalles, aunque sucedió hace ya 17 años. De paso, compartió con nosotros algunas de las cualidades que debe tener un bateador para contar con la oportunidad de conectar un cuarteto de cuadrangulares: Contacto, fuerza y... suerte. Sí, suerte. Esa noche, Carlos fue al cajón de bateo tres veces abriendo entrada, en la 4ta, en la 6ta y en la 8va. Solamente su vuelacercas en la parte baja de la primera encontró compañeros de equipo en circulación (2). Quizás, de no haber sido así, hoy no estuviéramos escribiendo sobre su excepcional jornada ofensiva, porque podrían haberle otorgado alguna base por bolas de forma intencional. ¿Suerte? ¿Casualidad? ¿Estrategia equivocada del cuerpo de pitcheo del equipo a la defensa? ¿Descuido del manager rival? Nunca lo sabremos. Podrían ser todas juntas. Así es el béisbol.
Y para terminar, no podíamos dejar pasar la oportunidad de tener a Carlos Delgado contándonos en su propia voz, la espectacular historia de sus cuatro jonrones en Toronto en el 2003 mientras luchaba contra la gripe, sin preguntarle a cuál jugador de la Gran Carpa en la actualidad veía con mayores posibilidades de ingresar al selecto grupo que él integra desde hace casi dos décadas:
"Si fuera a escoger puro talento, yo diría que un tipo como Mike Trout. La puede sacar por cualquier lado, tiene buen contacto... En Grandes Ligas hay muchos jugadores que batean mucho, pero si tuviera que escoger a alguno, me iría con Mike Trout."
Teniendo en cuenta que el jardinero central de los Angels de Anaheim ha conectado 30 o más cuadrangulares en seis de sus nueve temporadas en el mejor béisbol del mundo, diríamos que no es una elección alocada por parte del extoletero boricua.
Aunque quizás para ello tengan que alinearse nuevamente los astros, o Mike decidir jugar mientras combate una gripe.
