Hace tres años, el sonido de piezas de ajedrez moviéndose estratégicamente en los tableros recibía a los invitados que entraban al clubhouse de los Guardianes. Si hubieras estado ahí, habrías presenciado la confianza palpable que exhibían muchos en el roster activo mientras se enfrentaban en ajedrez hora tras hora. El jardinero Steven Kwan podría ser identificado como el líder, buscando eventualmente nueva competencia para humillar a sus talentosos y confiados compañeros de equipo.
El juego de Steven, tanto dentro como fuera del terreno, gira en torno a la fortaleza mental. El diario es una parte significativa de su rutina diaria, y al igual que el ajedrez, se ha convertido en un escape frecuente y una distracción saludable del béisbol. Es el enfoque proactivo de Steven hacia la salud mental y su consecuente comportamiento calmado lo que lo distingue de otros bateadores.
La fortaleza mental de Steven podría ser la razón por la que está en la cima de la tabla de promedios de bateo. Pero la comunidad que ha construido en Cleveland y los jóvenes fanáticos de béisbol que ha inspirado merecen quizás algo de crédito tanto por su éxito reciente como también por el de los Guardianes tanto en el terreno como en la taquilla.