Zimmerman goza viaje a la SM de sus Nacionales

WASHINGTON -- Botella de cerveza en mano, Ryan Zimmerman permaneció solo en el vestidor del Nationals Park por unos momentos, observando la escena mientras sus compañeros celebraban que un equipo de Washington disputaría la Serie Mundial por primera ocasión desde 1933.

Eventualmente, alguien colocó un brazo alrededor del veterano de 35 años y lo integró de vuelta al festejo, donde se unió a otros para beber alcohol del trofeo de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, luego de completar una barrida de cuatro juegos sobre los Cardenales de San Luis. Fue apenas lo apropiado que el rostro de la franquicia durante tantos años estuviera justo en el centro del momento más importante del equipo desde que llegó a la capital estadounidense procedente de Montreal.

“Ya lo he visto llorar un par de veces. Apenas al pasar la primera ronda, y ahora que estamos en la Serie Mundial”, comentó el campocorto Trea Turner, en medio de la algarabía del martes, al hablar del primer jugador seleccionado en el draft por los Nacionales en 2005 y el único que ha vestido su uniforme en todas y cada una de sus 15 temporadas (incluso una vez cuando la palabra sobre el pecho decía “Natinals” en lugar de “Nationals”).

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“Ha puesto su corazón y alma en esta organización”, agregó Turner. “Sacrificó mucho. Y le ha dado mucho a esta organización. Para mí, eso dice mucho sobre él y su familia. No puedo decir suficientes cosas agradables sobre él, porque es una buena persona y un gran jugador. Amo verlo batear en este orden e impulsar carreras para nosotros y ser parte de esta recorrido”.

La próxima semana, el Clásico de Otoño comenzará ya sea en Houston o Nueva York -- los Astros aventajan 2-1 a los Yanquis en la Serie de Campeonato de la Liga Americana y el cuarto juego pospuesto el miércoles debido a la lluvia pronosticada.

Y cuando los Nacionales emprendan su siguiente misión, Zimmerman estará seguramente en la alineación titular, bateando sexto o por ahí en el orden y encargándose de la primera base.

En el largo camino para llegar ahí, estableció las marcas para los Expos-Nacionales de hits, dobles, bases totales, jonrones y producidas.

También ha estado en cada éxito y fracaso.

“Yo, los aficionados, la comunidad, hemos crecido juntos. Tenía 20 años cuando llegué aquí”, recordó Zimmerman, quien creció no muy lejos de Washington, en Virginia. “No éramos muy buenos. Y los fanáticos... pasamos por esas cosas juntos”.

Es verdad. Ha pasado por todo.

Los primeros días de los Expos rebautizados como Nacionales en el deteriorado estadio RFK. El jonrón que bateó para terminar el primer partido en el nuevo estadio de los Nacionales en 2008, uno de sus 11 batazos para decidir un juego, con lo que está empatado por la segunda mayor cantidad en la historia de la Liga Nacional, uno detrás de la marca de Stan Musial.

Las temporadas consecutivas de 100 derrotas en 2008 y 2009. El sorpresivo resurgimiento a un título de la División Este de la Nacional en 2012. El colapso en el quinto juego de la Serie Divisional de ese año contra los Cardenales. Las subsecuentes eliminaciones en las Series Divisionales de 2014, 2016 y 2017.

“A veces”, compartió Zimmerman, quien ha intercambiado mensajes de texto con sus excompañeros de los Nacionales últimamente, “tienes que esperar las cosas buenas”.

Y aquí está, en lo que podría ser su última celebración. Los Nacionales poseen una opción en su contrato para 2020 por 18 millones de dólares, mucho dinero para un jugador cuyas lesiones lo limitaron a 52 encuentros y un promedio de .257 con seis cuadrangulares y 27 remolcadas en esta temporada.